noticiasdelaciencia.com
La extinción masiva de la casi totalidad de animales y plantas pudo
producirse por el impacto de un meteorito, la liberación de gases de
invernadero atrapados en fondos oceánicos o la intensa actividad
volcánica en la zona de Siberia. A estas hipótesis se añade la
acidificación producida por la liberación de CO2 por las erupciones
volcánicas.
Zona de los Emiratos Árabes Unidos, donde los investigadores han encontrado rocas que hace 250 millones de años pertenecían al fondo marino. (Foto: D. Astratti)
Un estudio internacional, liderado por investigadores británicos,
revela que los movimientos volcánicos de hace unos 252 millones de años
provocaron la emisión de grandes cantidades de CO2 en dos fases: la
primera más suave y la segunda mucho más súbita, intensa y prolongada
que ocasionó la acidificación de los océanos durante unos 10.000 años a
finales del período Pérmico e inicios del Triásico.
“Este cambio en la composición química de la superficie marina fue el
golpe de gracia que provocó la segunda oleada de la mayor extinción
vivida en la Tierra”, asegura a Sinc Matthew Clarkson, geólogo de la
Universidad de Edimburgo (Reino Unido) y autor principal del trabajo
publicado en la revista Science.
Durante la primera emanación de dióxido de carbono, los océanos –al
ser muy alcalinos– mantuvieron el pH estable. Sin embargo, con la
segunda se desencadenó una acidificación masiva de los mares que alteró
su composición.
Según explica Clarkson, “la falta de carbono hizo que muchos
organismos no pudieran desarrollar conchas y esqueletos; la
acidificación aumentó la corrosión de las conchas ya formadas, y el
incremento del pH afectó al metabolismo interno de algunas especies,
perjudicando actividades como la cría”.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores crearon un
registro de alta resolución del pH del agua marina usando isótopos de
boro y aplicando modelos cuantitativos. Para desarrollar un modelo
climático que ayudara a saber qué provocó la extinción, el equipo
analizó rocas desenterradas en los Emiratos Árabes Unidos, que entonces
estaban bajo el agua y que conservan un registro detallado del cambio de
las condiciones oceánicas. Así pudieron determinar el efecto de las
emisiones de dióxido de carbono provocadas por las erupciones volcánicas
en Siberia.
La extinción del Pérmico-Triásico –conocida como “La Gran Mortandad”–
ocurrió hace cerca de 252 millones de años y fue la más devastadora que
se ha producido en la Tierra, pues en ella desaparecieron en torno al
96% de las especies marinas y el 70% de las terrestres. Transcurrió en
solo 60.000 años, que suelen dividirse en dos fases: una primera al
final del Pérmico, a la que siguió una leve recuperación antes de una
nueva oleada de extinción a principios del Triásico.
“La primera extinción parece no haber sido selectiva en cuanto a los
organismos que murieron de manera masiva. Pero la segunda afectó sobre
todo a aquellos muy calcificados y a los que tenían más dificultades
para prepararse contra el aumento de pH”, aclara el investigador
británico.
Según los científicos, el estudio podría servir también para predecir
cómo reaccionaría en la actualidad nuestro planeta a una posible
acidificación de los océanos provocada por el aumento de las emisiones
de dióxido de carbono debido a la actividad humana. (Fuente: SINC)
No hay comentarios:
Publicar un comentario