domingo, 30 de noviembre de 2014

UN TSUNAMI FOSILIZÓ CIENTOS DE PISADAS DE DINOSAURIOS EN TERUEL

noticiasdelaciencia.com

Los megayacimientos de icnitas de dinosaurios suelen ser formaciones rocosas con gran cantidad de pisadas de estos animales, que se distribuyen en diferentes estratos a lo largo de cientos de miles de años.

Imagen de campo de la base del depósito de tsunami con los moldes de las huellas de dinosaurios. (Foto: UZ)

Rocío Navarrete, investigadora del área de Estratigrafía, junto con Carlos Liesa, investigador del área de Geodinámica Interna –ambos del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza, en España– han documentado un solo estrato en el que se encuentran icnitas de grandes dinosaurios en varios kilómetros. Este estrato se encuentra entre las localidades de Aliaga y Miravete de la Sierra en Teruel.
El estudio en detalle del nivel fosilífero, recientemente publicado en la revista Sedimentary Geology, demuestra que este yacimiento presenta una litología muy particular, similar a la producida por los grandes tsunamis acaecidos en las últimas décadas.
Hace 128 millones de años el área de Aliaga-Miravete era una zona costera con una barra de arena que la separaba de mar abierto, es decir una isla-barrera, como se conoce en geología. "Era un lugar por donde se desplazaban grandes dinosaurios como saurópodos y ornitópodos, como demuestra la gran cantidad de icnitas que hay en las rocas", señalan los investigadores.
Un terremoto que se produjo en el fondo marino provocó una ola de gran tamaño que cubrió por completo la isla-barrera, erosionándola e incorporando al flujo gran cantidad de partículas de arena. La ola cargada de arena fue tierra adentro algunos kilómetros, perdió energía y produjo un depósito de arena que enterró por completo todas las pisadas de dinosaurios que estaban expuestas.
Aunque un tsunami es un proceso natural de gran poder destructivo, en este caso los científicos reconocen que "es fascinante": fue el responsable de conservar un megayacimiento de icnitas y "quizás de atrapar a algún dinosaurio, aunque por el momento no ha sido encontrado", subrayan los investigadores. (Fuente: Universidad de Zaragoza)

viernes, 28 de noviembre de 2014

ECOSISTEMA CARIBEÑO EXÓTICO QUE PODRÍA TENER UN EQUIVALENTE EN UNA LUNA DEL PLANETA JÚPITER

noticiasdelaciencia.com

Un raro ecosistema submarino ubicado frente a la costa occidental de Cuba y caracterizado por una simbiosis llamativa entre bacterias y crustáceos, y por la conducta también singular de estos últimos, demuestra la viabilidad de tal sistema, en unas condiciones similares a las que podrían existir en el océano subterráneo de Europa, un satélite de Júpiter.

Aglomeración notable de individuos de Rimicaris hybisae. (Foto: Chris German, WHOI/NSF, NASA/ROV Jason ©2012 Woods Hole Oceanographic Institution)

Este ecosistema extraño reside en uno de los campos de fumarolas volcánicas submarinas más profundos del mundo, cuyo descubrimiento data tan solo de 2009. Allí, diminutos crustáceos, de la especie Rimicaris hybisae, se apilan unos sobre otros, capa sobre capa, arrastrándose sobre las chimeneas de roca que expelen agua caliente. Las bacterias dentro de las bocas y otras partes de los crustáceos producen materia orgánica que alimenta a estos animales. Esta es pues la fuente principal de alimentación de dichos crustáceos, aunque se tiene constancia de que a veces practican también el canibalismo.
Las bacterias de las fumarolas pueden prosperar en un ambiente extremo como este gracias a la quimiosíntesis, un proceso que no requiere luz solar y que implica a organismos obteniendo energía de las reacciones químicas. En este caso, las bacterias usan sulfuro de hidrógeno, una sustancia abundante en las fumarolas, para fabricar materia orgánica. Las temperaturas en las fumarolas pueden subir hasta unos abrasadores 400 grados centígrados (unos 750 grados Fahrenheit), pero las aguas a poco más de un par de centímetros (una pulgada) de distancia son lo bastante frías para permitirles a los crustáceos su estancia allí. Estos animales son ciegos, pero poseen receptores térmicos en la parte trasera de sus cabezas.
En concentraciones altas, el sulfuro de hidrógeno es tóxico para los organismos, pero las bacterias que alimentan a los crustáceos necesitan una cierta cantidad de esta sustancia para sobrevivir. La naturaleza ha encontrado una solución para el dilema: La posición de los crustáceos justo en la frontera entre el agua oceánica normal y oxigenada, y el agua rica en sulfuro, de manera que ellos y las bacterias puedan coexistir en armonía.
Chris German, del Instituto Oceanográfico de Woods Hole (WHOI) en Massachusetts, Max Coleman, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California, y Cindy Van Dover, de la Universidad Duke en Durham, Carolina del Norte, todas estas instituciones en Estados Unidos, figuran entre quienes han estado investigando este exótico ecosistema. Sus implicaciones para la astrobiología han sido lo bastante claras como para merecer financiación de la NASA.
El objetivo general de esta línea de investigación es ver cuánta vida o biomasa puede ser mantenida por la energía química de las fumarolas hidrotermales.
El descubrimiento de las fumarolas hidrotermales del fondo oceánico en 1977 rompió muchos dogmas sobre la vida. Se demostró que en la oscuridad perpetua del fondo del mar es factible la existencia estable de ecosistemas bastante complejos sostenidos por tales fumarolas y basados en el uso de la energía química para producir nutrientes, en vez de la energía de la luz solar utilizada por la mayoría de los vegetales y que es la base esencial de los ecosistemas en la superficie.
Las fumarolas hidrotermales se forman en el lecho oceánico debido al movimiento de las placas tectónicas. Donde el fondo del mar se vuelve delgado, el magma caliente bajo la corteza crea una hendidura de la que brota agua calentada por los procesos geotérmicos, que alcanza temperaturas capaces de superar los 400 grados centígrados.
En los últimos años está cobrando cada vez más fuerza en la comunidad científica la creencia de que la vida en la Tierra se inició en fumarolas hidrotermales del fondo del mar. Por tanto, los ecosistemas como el investigado frente a Cuba podrían aportar pistas sobre cómo surgieron las primeras formas de vida en nuestro planeta. También permiten vislumbrar las características básicas de eventuales ecosistemas de este tipo en lugares extraterrestres con ciertas similitudes ambientales, como por ejemplo el océano subterráneo de la luna Europa.
La vida microbiana es la más simple, y por tanto la que más probabilidades tiene de existir en cualquier lugar, como por ejemplo la luna Europa. En cuanto a si podría existir en Europa vida más compleja, y concretamente un animal como el Rimicaris hybisae, ello depende mucho de la cantidad real de energía que sea liberada allí, a través por ejemplo de fumarolas hidrotermales, tal como apunta Emma Versteegh, investigadora del JPL.

LOS PERROS DISTINGUEN LOS DIFERENTES COMPONENTES DEL HABLA HUMANA

agenciasinc.es

¿Tu perro obedece inmediatamente a una orden y responde por su nombre? Aunque muchos dirían que su mejor amigo entiende todo, lo que en realidad hace el cerebro canino es diferenciar entre los sonidos del habla y la manera de expresarse. Según un nuevo estudio, el can atiende no solo a la persona que le da la orden y cómo se la da, sino también a lo que le dice.


Los perros son también capaces de diferenciar y procesar los diferentes componentes del habla humana

Cuando escuchamos a una persona hablar no solo percibimos el contenido verbal, sino también la información relacionada con el orador, como su sexo, el estado emocional, la identidad, la personalidad, etc. Distinguimos los diferentes componentes del discurso a través del hemisferio derecho, especializado en emociones, sentimientos, y habilidades visuales y sonoras no verbales, entre otras; y el izquierdo, que se ocupa del lenguaje articulado, la discriminación fonética, y la memoria verbal.
Los animales también responden a estas tendencias del lenguaje utilizado por cada especie, pero ¿qué pasa con los animales que han estado expuestos al lenguaje humano durante su domesticación? Científicos británicos demuestran por primera vez que los perros son también capaces de diferenciar y procesar los diferentes componentes del habla humana.
Los experimentos desarrollados revelan que, al escuchar el mismo tipo de información, las tendencias hemisféricas de los canes son paralelas y en líneas generales comparables a las de los humanos.
"Aunque no sabemos cuánto entienden los perros del discurso, sí hemos podido comprobar que muestran tendencias cerebrales opuestas al contenido verbal y a la información relacionada con el orador”, señala a Sinc Victoria Ratcliffe, investigadora en la Universidad de Sussex (Reino Unido).
Investigaciones previas realizadas en oyentes humanos ya habían confirmado que la información percibida por un oído se procesa en el hemisferio opuesto del cerebro. “La mayoría de los humanos oímos el contenido verbal del discurso desde el oído derecho, porque el hemisferio izquierdo del cerebro está más especializado en procesar la información verbal”, explica la autora principal del estudio que se publica hoy en Current Biology.

¿Cómo oyen los perros?

Para comprobar la forma en la que los perros procesan el sonido, los científicos instalaron dos altavoces digitales a un metro y medio de cada lado del perro para que, al liberar el sonido, este entrara a la vez en cada oído. Durante el experimento, realizado con 25 perros, los científicos enviaron diferentes señales, dando en unas más importancia al contenido verbal y, en otras, a aspectos como la entonación.
Cuando los canes oyeron órdenes familiares en las que el significado de las palabras fue más obvio, estos giraron su cabeza hacia la derecha mostrando actividad en el hemisferio izquierdo del cerebro.
Por otra parte, cuando los científicos exageraron la entonación (información relacionada con el orador) de alguna de las señales, los perros mostraron una mayor tendencia en el hemisferio derecho. “Al inhibir el contenido verbal, aumentó la importancia de la información propia del orador”, apunta Ratcliffe.
“Esto implica que procesan los componentes del habla por separado, y sugiere que el hemisferio izquierdo del cerebro es más activo para procesar información fonética o verbal del discurso y el hemisferio derecho es más activo en procesar información relacionada con el orador en la señal”, subraya la investigadora.
Según el estudio, la percepción del habla humana por parte de los perros podría haberse desarrollado durante el proceso de domesticación, “lo que podría ser un caso de evolución convergente”, indica Ratcliffe que añade que también podría ser una característica ancestral compartida por otros mamíferos.
Los científicos sugieren realizar otros experimentos con animales domesticados (como caballos) y no domesticados (como lobos en cautividad) que hayan estado expuestos al habla humana a lo largo de su evolución.

Referencia bibliográfica:

Ratcliffe et al.: "Orienting asymmetries in dogs' responses to different communicatory components of human speech" Current Biology 26 de noviembre de 2014

martes, 25 de noviembre de 2014

ORUGAS QUE SE HACEN PASAR POR HORMIGAS REINA AL LOGRAR IMITAR LA “VOZ” DE ESTAS

noticiasdelaciencia.com

Unos científicos han revelado cómo una oruga parásita puede darse una vida de reina en la colonia hambrienta en la que vive infiltrada: Una estrategia clave es imitar la “voz” de una hormiga reina, de tal modo que ello equivale a ordenarles a las hormigas que le den de comer porque ella es su reina y tiene hambre.

Una oruga de mariposa infiltrada entre hormigas. (Foto: Marco Gherlenda / Universidad de Turín en Italia)

Los hormigueros tienen mucho que ofrecer a otros organismos aparte de las hormigas. Están bien protegidos, y son espacios ambientalmente estables y ricos en recursos; en muchos aspectos, un hormiguero tiene todo lo que una criatura diminuta podría pedir que poseyera su hogar. Por supuesto, siempre y cuando pueda convivir sin problemas rodeada de hormigas.
Para las miles de especies de insectos que se aposentan en los hormigueros, la supervivencia significa encontrar formas de convivir con las hormigas, por ejemplo emitiendo señales químicas lo bastante parecidas a las que las hormigas emiten para demostrar a sus compañeras que son habitantes legítimas de la colonia. Si el insecto infiltrado logra engañar con sus señales químicas a las hormigas, estas le percibirán como a una inquilina de pleno derecho. Si no, se percatarán de que huele a intruso y le acabarán descubriendo como tal.
Recientemente, un equipo de científicos de la Universidad de Turín en Italia, que han estado investigando cómo ciertas orugas también utilizan el sonido como medida de camuflaje y protección, ha presentado los últimos resultados de su intrigante línea de investigación en un congreso de la Acoustical Society of America (ASA) (Sociedad Acústica de Estados Unidos) celebrado en Indianápolis, Indiana, Estados Unidos.
El equipo de Francesca Barbero ha estado investigando a orugas de mariposas del género Maculinea, que se infiltran en hormigueros de hormigas del género Myrmica y pasan buena parte de sus vidas ahí como huéspedes no deseados al lograr imitar los sonidos producidos por las propias hormigas.
Las señales acústicas transmiten información bastante compleja, no solo entre las hormigas obreras mientras están fuera de la colonia, como por ejemplo mientras buscan comida, sino también dentro del hormiguero y entre castas.
Durante varios años, el equipo de Barbero ha grabado y analizado las señales sonoras emitidas por larvas y crisálidas de Maculinea y por reinas y obreras de las hormigas Myrmica con quienes las primeras convivían. Observando las similitudes en los patrones entre dichos parásitos y las señales acústicas de las hormigas, el equipo ha investigado el papel de esas señales en las sociedades de hormigas y en las relaciones entre las hormigas y los parásitos, mediante la reproducción en hormigueros de sonidos grabados previamente.
Hace varios años, el equipo de Barbero constató que los sonidos que emiten las hormigas reinas se distinguen de los de las obreras dentro de las colonias. El nuevo trabajo muestra que las mariposas parásitas se aprovechan de esa diferencia.
Depositadas como huevos sobre hojas o brotes de una planta específica, las Maculinea que tienen suerte son encontradas y transportadas hasta dentro de un hormiguero por alguna incauta obrera Myrmica. Una vez dentro, ponen en marcha su estrategia y comienza su buena vida. Las orugas pueden fácilmente emitir señales químicas que se parecen tanto a las de larvas de hormigas que logran ser confundidas por estas y se las alimenta. Haciéndose pasar por "bebés" de hormiga, ya es mucho lo que consiguen. Pero a veces esto no les basta, sobre todo si la colonia atraviesa por una época de carestía.
Algunas orugas logran que se las trate como a hormigas reina, lo que implica ser alimentadas antes que nadie y más que nadie, incluso en épocas de carestía y estando hambrientas las larvas de hormigas. Este privilegio está reservado normalmente para las reinas de las colonias. El enigma de cómo las orugas consiguen hacerse pasar por reinas (las señales químicas no bastan) se ha resuelto ahora.
Para resolver el misterio, Barbero y sus colegas, sospechando la importancia de las señales acústicas, utilizaron un micrófono diseñado especialmente para grabar los ruidos de las hormigas y las orugas y luego reprodujeron sonidos de las orugas dentro de hormigueros. Mediante la comparación de las señales acústicas y el análisis de las reacciones de las hormigas a las grabaciones, constataron que las orugas son capaces de imitar los sonidos peculiares que emiten las reinas de los hormigueros en los que están infiltradas, y gracias a ello engañan a las hormigas obreras para que las alimenten y hasta las limpien, dándoles prioridad por encima de las larvas de hormiga.
El equipo de investigación también comparó poblaciones de dos especies de mariposas parásitas: una especie depredadora que devora larvas de hormiga, y una especie que es alimentada por comida que le traen las hormigas obreras. Se constató que, si bien ambas especies son capaces de imitar sonidos de hormigas reina, la imitación hecha por las mariposas que son alimentadas con comida traída por las hormigas obreras es particularmente buena, generando en dichas obreras reacciones más fervorosas. Tiene su lógica. Una vez en el interior del hormiguero, la principal diferencia entre los dos estilos de vida es que las orugas que buscan ser alimentadas por las hormigas necesitan ser consideradas como miembros importantes de la colonia, mientras que a las depredadoras, capaces de buscar y servirse la comida por su cuenta, les basta con no ser descubiertas por las hormigas.

DESCUBREN MECANISMOS DE LA “VISIÓN” DE LAS PLANTAS

noticiasdelaciencia.com

Hace más de medio siglo, Harry Borthwick, Sterling Hendricks y sus colaboradores, del Centro de Investigaciones de Beltsville del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, descubrieron que las plantas contenían fotorreceptores a los que llamaron fitocromos. Estas estructuras dispersas en sus hojas, en el tallo, en las raíces, y otras partes, funcionan como ojos que “informan” a los árboles, cultivos o arbustos acerca de las variaciones de la luz ambiental. “De esta forma, la planta ‘sabe’ cuál es el momento apropiado para florecer, germinar o alargar el tallo, entre otras acciones”, explica el doctor Jorge Casal, jefe del laboratorio de Fisiología Molecular de Plantas del Instituto Leloir y líder del trabajo.

Imagen de la portada de Plant Physiology, revista de la Sociedad Americana de Biólogos Vegetales. (Créditos: Santiago Trupkin / American Society of Plant Biologists)

Antes de que se publicara el trabajo argentino, se estableció dentro de la comunidad internacional de biólogos vegetales que para percibir si un ambiente era soleado o sombreado, los sensores (los fitocromos) percibían proporciones de los diferentes tipos de luz (color rojo, azul, naranja y otros) del espectro luminoso.
“Nuestro trabajo demuestra que los fitocromos no sólo distinguen proporciones entre tipos de luz que se encuentran en lugares sombreados o soleados, sino que también miden su cantidad”, afirma Casal que también es científico del IFEVA y del CONICET.
Para llegar a esos resultados, los investigadores manipularon espectros de luz que se liberaban en diferentes plantas de la especie Arabidopsis thaliana – que comparte características genéticas con el trigo, el maíz, la papa y otros cultivos – y simultáneamente observaban cómo se modificaba el comportamiento de esos sensores.
“Si seguimos investigando, existe la posibilidad de mejorar el rendimiento de cultivos en diferentes ambientes lumínicos utilizando biotecnologías que activen o desactiven ‘interruptores genéticos’ vinculados a la acción de los fotorreceptores”, destacó Casal. “Encontramos una pieza que puede ayudar a que las plantas utilicen mejor sus recursos para producir granos”.
El resto de los participantes del estudio, que fue tapa de la Plant Physiology, publicación de la Sociedad Estadounidense de Biólogos Vegetales, son Martina Legris, licenciada en biología y experta en microscopía confocal del Instituto Leloir, el doctor Santiago Ariel Trupkin, la licenciada en biología Ana Sabrina Buchovsky, y la estudiante María Belén Tolava del IFEVA. (Fuente .AGENCIA CYTA-INSTITUTO LELOIR/DICYT)

lunes, 24 de noviembre de 2014

LOS ANCESTROS DEL CABALLO Y EL RINOCERONTE SURGIERON EN LA INDIA

ecoticias.com

Un equipo de investigadores de una excavación en La India han llenado un vacío importante en la comprensión de la evolución de un grupo de animales al que pertenecen caballos y rinocerontes.



El hallazgo de fósiles les ha permitido determinar que los antepasados de estas especies se originaron en el subcontinente, cuando todavía era una isla.
Los caballos modernos y los rinocerontes pertenecen a un grupo biológico llamado perisodáctilos. Estos animales tienen, como su nombre indica, un número impar de dedos en sus patas traseras y un sistema digestivo distintivo. Aunque los paleontólogos habían encontrado restos de perisodáctilos desde los inicios de la época del Eoceno, hace unos 56 millones de años, su evolución anterior seguía siendo un misterio.
El científico Ken Rose y su equipo de investigación han llevado a cabo excavaciones durante años en la cuenca del Bighorn (Estados Unidos), pero en 2001 se trasladaron a La India para explorar los sedimentos del Eoceno en el oeste del país, ante las sospechas, ahora confirmadas, de que los perisodáctilos se habían originado allí.
En una mina de carbón al noreste de Bombay descubrieron una rica veta de huesos antiguos y dientes que han podido ir estudiando a lo largo de los años. De ellos, más de 200 fósiles resultaron pertenecer a un animal llamado 'Cambaytherium thewissi', del que poco se había conocido.
Este trabajo, que ha sido publicado en ' data los fósiles de unos 54,5 millones años de edad, por lo que son un poco más jóvenes que el más antiguo perisodáctilo conocido hasta ese momento.
"Muchas de las características de Cambaytherium, como los dientes, el número de vértebras sacras, y los huesos de las manos y los pies, son intermedios entre los perisodáctilos y los animales más primitivos. Esto es lo más parecido que hemos encontrado a un ancestro común de la orden de los perisodáctilos", ha apuntado Rose.
Además, el descubrimiento de Cambaytherium, entre hallazgos en la zona, también proporcionan pistas tentadoras sobre la separación de La India de Madagascar, la migración en la zona y la eventual colisión con el continente asiático, además de cómo han cambiado las placas tectónicas de la Tierra.

UNA CONFIRMACIÓN


Según ha explicado Rose, en 1990, dos investigadores, David Krause y María Maas, publicaron un artículo que sugiere que varios grupos de mamíferos que aparecen al principio del Eoceno, incluyendo primates y ungulados impares y artiodáctilos, podrían haber evolucionado en la India mientras estuvo aislada. "Cambaytherium es la primera evidencia concreta para apoyar esa idea, aunque no es una historia simple", ha declarado el científico.
"Creemos que la India era una isla en esa época, pero también tenía primates y roedores similares a los que vivían en Europa en ese momento", ha explicado. En este sentido, apunta como posible explicación el hecho de que "La India pasó cerca de la Península Arábiga o el Cuerno de África, y había un puente de Tierra que permitió emigrar a los animales".
Rose ha reconocido que su equipo es "muy afortunado" por este descubrimiento el sitio y por el hecho de que la empresa minera les permitiera trabajar en el lugar del hallazgo". Sus trabajo continúan ya que los investigadores han encontrado otras minas en la zona para continuar la excavación.

sábado, 22 de noviembre de 2014

MÁS PLANTAS CON ESPINAS Y MENOS VEGETALES FÁCILMENTE COMESTIBLES; EL EFECTO DE LA DESAPARICIÓN DE CARNÍVOROS

noticiasdelaciencia.com

El declive global en las poblaciones de carnívoros podría envalentonar a los herbívoros a consumir con frecuencia cada vez mayor vegetales a los que no se atrevían a acercarse por miedo a los primeros, y un resultado de esta nueva tendencia puede ser un incremento de pérdidas en la biodiversidad de vegetales, según una nueva investigación.

Los investigadores han llegado a la conclusión de que el declive global en los carnívoros podría provocar pérdidas significativas en la biodiversidad de los vegetales. (Foto: Adam Ford)

El equipo internacional del zoólogo Adam Ford, de la Universidad de la Columbia Británica en Canadá, utilizó seguimiento por GPS y experimentos de alimentación para medir cómo el miedo de unos antílopes africanos (impalas) hacia sus depredadores naturales, así como los patrones de crecimiento de plantas con espinas, se combinan con el resultado de cambios en la vegetación del entorno.
Las defensas esgrimidas por las plantas, como por ejemplo espinas, influyen en qué parcelas de vegetación escogen los herbívoros para alimentarse. El nuevo estudio confirma que otra influencia importante viene de la presencia de carnívoros, como los leopardos, en zonas de vegetación.
A medida que las actividades humanas continúan reduciendo las poblaciones de depredadores, los herbívoros como el impala cada vez se alimentan más en áreas de vegetación que antes eran demasiado arriesgadas para ellos. Al disponer de más vegetación, estos animales escogen la mejor, que no es la que tiene espinas. La consecuencia de esto es que las plantas espinosas son cada vez más abundantes allá donde los carnívoros son cada vez más escasos.

Según unos cálculos recientes, más de tres cuartas partes de las 31 especies de grandes carnívoros del mundo se hallan en declive, y 17 de las especies ocupan menos de la mitad de sus respectivas áreas de distribución geográfica históricas. Cabe pues deducir, a la luz de las conclusiones del estudio hecho por Ford y sus colegas, que la vegetación espinosa tenderá a aumentar en tales áreas, mientras que la mejor comestible tenderá a disminuir.

BACTERIAS CON “SENTIDO DEL TACTO”

noticiasdelaciencia.com

En una nueva investigación, se ha encontrado que una de las bacterias infecciosamente más prolíficas del mundo consigue infectar a humanos, animales e incluso plantas ayudándose de un mecanismo nunca antes visto en microorganismo infeccioso alguno: un “sentido del tacto”. Esta singular habilidad ayuda a la bacteria Pseudomonas aeruginosa a proliferar en muchas situaciones diferentes. Es el primer patógeno del que se sabe que inicia una infección tan pronto como entra en contacto con la superficie de un anfitrión.

En uno de los experimentos del estudio se comprobó que, gracias a su sentido del “tacto”, cuando los investigadores, tras haber infectado células de hiedra (anillos azules) con la bacteria (áreas verdes), introdujeron amebas (amarillo) en la misma muestra, las Pseudomonas las detectaron y atacaron inmediatamente. (Imagen: Albert Siryaporn, Departamento de Biología Molecular de la Universidad de Princeton)

El hallazgo lo han hecho unos científicos de la Universidad de Princeton en Nueva Jersey, y el Dartmouth College en Hanover, New Hampshire, ambas instituciones en Estados Unidos.
La posesión del mecanismo estudiado significa que estas bacterias, a diferencia de la mayoría de patógenos, no dependen de una señal química específica de un anfitrión, y que solo tienen que “tocar” cualquier organismo cuyo estado le haga apto para la infección.
La mayoría de las bacterias, virus y otros agentes que causan enfermedades infecciosas dependen del “sentido del gusto”, por así decirlo, dado que responden a señales químicas propias de los anfitriones con los que normalmente han coevolucionado. Las Pseudomonas, sin embargo, a través de su sentido del tacto, son capaces de prosperar en humanos, plantas, animales, numerosas superficies fabricadas por el Hombre, y en agua y tierra. Pueden causar infecciones potencialmente mortales en diversos órganos, y son muy resistentes a los antibióticos.
El equipo de Zemer Gitai, de la Universidad de Princeton, encontró, no obstante, que las bacterias no podían infectar a otro organismo cuando una proteína en su superficie, conocida como PilY1, estaba desactivada. Esto sugiere una posible vía de tratamiento que, en vez de estar orientada a intentar matar al patógeno, se limite a actuar contra los mecanismos de infección de la bacteria. Saboteadas de este modo, las bacterias no podrían poner en marcha sus infecciones, y ello acabaría haciéndolas desaparecer.

DESCUBREN UNA PIEZA COMÚN DEL RELOJ BIOLÓGICO EN PLANTAS Y HUMANOS

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Un grupo de científicos demostró que los relojes biológicos de las plantas y de los seres humanos tienen en común una pieza sin la cual no podrían adaptar sus funciones fisiológicas a lo largo del día y de las estaciones. Entre los ritmos regulados por ese mecanismo se destacan los ciclos de sueño vigilia en las personas y los ritmos en la posición de las hojas.

El doctor Marcelo Yanovsky, jefe del laboratorio de Genómica Vegetal del Instituto Leloir (FIL), y dos integrantes de su equipo, las licenciadas Estefanía Mancinia y Soledad Perez-Santángelo, en el fitotrón de la FIL. (Foto: Agencia CyTA-Instituto Leloir)

“Cuando analizamos la información que generábamos en experimentos con células de plantas y de humanos en cultivo nos sorprendió descubrir que sus relojes biológicos comparten un mecanismo clave para que su engranaje funcione correctamente”, afirmó el doctor Marcelo Yanovsky, investigador del CONICET y jefe del laboratorio de Genómica Vegetal del Instituto Leloir, en la ciudad de Buenos Aires (Argentina).
Los científicos encontraron que los genes LSm, en particular LSm5, son fundamentales para el funcionamiento del reloj biológico de plantas y mamíferos, incluidos los seres humanos. “Cuando estos genes se alteran, los relojes circadianos en ambos sistemas se enlentencen y dan ritmos en procesos que se repiten cada 26 o 27 horas en lugar de las clásicas 24 horas”, explicó el investigador.
Asimismo, Yanovsky y sus colegas demostraron que ambos genes actúan como “directores de orquesta” y juegan un papel clave en el proceso conocido como “splicing alternativo”, mediante el cual se procesan miles de genes en forma rítmica para así impactar en múltiples procesos biológicos en forma coordinada.
Comprender los mecanismos que regulan los ritmos biológicos en plantas es clave para disponer de más herramientas genéticas que permitan optimizar el crecimiento y desarrollo de cultivos en distintas regiones geográficas, en particular en distintas latitudes. En animales, entender los mecanismos de regulación de los ritmos biológicos puede ser importante para atenuar los síntomas de enfermedades vinculadas al mal desempeño de los relojes, como ciertos síndromes del sueño, afirmó Yanovsky. “Sin embargo, nuestro hallazgo todavía está lejos de impactar sobre aplicaciones concretas en temas agropecuarios o de salud”, aclaró.
El doctor Diego Golombek, director del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad Nacional de Quilmes, quien no participó en este estudio, indicó que “cuando un hallazgo de estas características se comprueba en organismos tan distintos, es una evidencia de que es un mecanismo que o bien se ha conservado evolutivamente o bien que a través de la evolución se ha convergido al mismo tipo de soluciones para regular aspectos básicos de la biología”.
“El trabajo de Yanovsky demuestra que muchas piezas del engranaje de nuestros relojes son -y funcionan- de forma muy parecida en diversos organismos… ¡sí, desde la lechuga hasta el consumidor de la misma!”, opinó por su parte el biólogo Ezequiel Petrillo, quien está actualmente investigando con una beca postdoctoral Marie Curie de la Unión Europea en la Universidad Médica de Viena, Austria.
Para descifrar la actividad de millones de genes en tiempos muy breves, los investigadores utilizaron equipos de última generación prestados por el Instituto de Agrobiotecnología de Rosario (INDEAR), un instituto mixto resultante de la asociación de la empresa Bioceres con el CONICET.
Del estudio, publicado en la destacada revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences también participaron las licenciadas Soledad Perez-Santángelo y Estefanía Mancinia y el doctor Ruben Gustavo Schlaen del laboratorio de Yanovsky; el doctor Ariel Chernomoretz del laboratorio de Bioinformática Estructural del Leloir; y los doctores Lauren Francey y John Hogenesch, de la Facultad Perelman de Medicina de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos. (Fuente: AGENCIA CYTA-INSTITUTO LELOIR/DICYT)

miércoles, 19 de noviembre de 2014

LAS HERRAMIENTAS QUE LOS CHIMPANCÉS CONSTRUYEN Y USAN PARA ALIMENTARSE DE CIERTAS HORMIGAS

noticiasdelaciencia.com

Los chimpancés de África Occidental dedican mucho tiempo y esfuerzos a buscar ejemplares de Alchornea hirtella, un arbusto largo y delgado cuyos brotes rectos proporcionan las herramientas ideales para cazar a las agresivas hormigas del género Dorylus de un modo ingenioso. La planta les proporciona a los chimpancés dos tipos diferentes de herramienta, una más gruesa para “cavar” y una más delgada para introducir en el “agujero”.

Imagen de un chimpancé usando una herramienta para extraer hormigas. (Foto: Kathelijne Koops)

Si no encuentran la Alchornea hirtella, los chimpancés preparan las herramientas a partir de otras plantas, pero parece que solo después de una búsqueda exhaustiva infructuosa en busca de su proveedor de herramientas preferido.
Para localizar una colonia de las citadas hormigas, los chimpancés excavan en el nido con la primera herramienta, lo que, como es previsible, hace que las hormigas reaccionen de manera frenética. Entonces introducen la segunda herramienta en el hormiguero, haciendo que las enfadadas hormigas se arremolinen alrededor de ella. Una vez la herramienta delgada está cubierta de hormigas, los chimpancés tiran de ella y pasan sus dedos en toda su extensión, recogiendo insectos hasta que tienen en la mano un puñado apreciable que va directo a la boca en un hábil movimiento.
Anteriormente se creía que esta técnica era un último recurso para simios hambrientos, al que recurrían solo cuando no podían encontrar su comida preferida, por lo general ciertas frutas. Pero un nuevo estudio, realizado por el equipo internacional de Kathelijne Koops, de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, y basado en más de 10 años de datos, muestra que, en realidad, tales hormigas son un alimento básico en la dieta del chimpancé, que las come todo el año, independientemente de las frutas que estén disponibles.
Las hormigas podrían ser una importante fuente de nutrientes esenciales no disponibles en la fruta, tal como aventuran los autores del estudio, así como una fuente potencial de proteínas y grasas.

martes, 18 de noviembre de 2014

¿GATO DOMÉSTICO, CÓMO Y CUANDO?

ecoticias.com

Liderado por científicos estadounidenses y con participación del Laboratorio de Genómica Comparada de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), un estudio analiza el genoma del gato doméstico (Felis silvestriscatus), que posee alrededor de unos 20.000 genes, y ha permitido observar las diferencias en términos biológicos, evolutivos y de comportamiento, en comparación con el genoma de otros organismos como el gato montés, el tigre, el perro, la vaca y el humano.



Las conclusiones del trabajo, liderado por Tomás Marqués-Bonet,investigador ICREA del departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud(CEXS)de la UPF,identifican281 genes con mutaciones exclusivas del gato doméstico y han sidopublicadas recientemente en la revistaPNAS.
Los gatos salvajes del Paleolítico han evolucionado hacia los actuales gatos domésticos gracias a cambios genéticos que les hicieron ser más dóciles para obtener alimento, con muy buena memoria y más asustadizos (aunque de esta última característica todavía no se sabe exactamente la causa).
En el análisis comparativo se "han seleccionado una colección de genes que tienen que ver con los mecanismos de recompensa", explicaMarqués-Bonet, coautor del trabajo. Y, como ha añadido, "esto se explica porque los gatos han aprendido a hacer bondad a cambio de comida". Aunque los científicos no encuentran una buena explicación de por qué son más ariscos, "quizá sea por prudencia o debido al azar", sostiene.

Los felinos son animales territoriales

Además, los investigadores han podido observar en su genoma evidencias de la buena memoria de los gatos domésticos y de su excelente oído y visión. Esto concuerda con el hecho de que los felinos son animales territoriales que deben reconocer bastas extensiones de terreno en el que, para sobrevivir, deben sorprender a sus presas. De ahí las ventajas de cogerlas por sorpresa incluso en la oscuridad.
El estudio de la rápida evolución que han experimentado los animales domésticos, como los gatos y los perros, sirve para seleccionar los genes responsables de estos cambios y en qué rasgos intervienen. Ayuda a "interpretar los genomas", indicaMarqués-Bonet, y esto ayuda al mismo tiempo a "comprender mejor nuestro genoma", concluye.

POR CULPA DE UN VEGETAL, UNOS SAPOS ESTÁN SIENDO DIEZMADOS POR ARAÑAS EN UN ECOSISTEMA

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Las alteraciones en un ecosistema, como por ejemplo cuando una planta foránea se aposenta con éxito en un hábitat que no ha sido nunca el suyo natural, pueden tener consecuencias inesperadas, como cuando en el juego del billar el choque de una bola contra otra puede desplazar a una tercera, y ésta a su vez a una cuarta, y así hasta varias veces en una cascada difícil de prever.

Las arañas lobo prosperan en terrenos cubiertos por plantas de la especie Microstegium vimineum, a costa de los sapos americanos, presas fáciles para esas arañas. (Foto: Jayna DeVore / UGA)

En ciertos bosques de Estados Unidos, se ha registrado un fenómeno extraño y un tanto inquietante: El aposentamiento de una especie invasora de origen asiático, la planta Microstegium vimineum, que fue introducida de forma accidental en el país a principios del siglo XX, ha creado un hábitat muy favorable para ciertas arañas de la familia Lycosidae, conocidas popularmente como arañas lobo. El notorio aumento de las poblaciones de araña lobo ha incrementado también la cantidad de presas que estos arácnidos deben cazar para subsistir, y ello está diezmando a los sapos de la especie Anaxyrus americanus, conocidos popularmente como sapos americanos.
Así lo ha comprobado el equipo de Jayna DeVore (que ahora está en la Universidad de Sídney en Australia) y John Maerz, de la Universidad de Georgia (UGA) en la ciudad estadounidense de Athens.
El fenómeno resulta especialmente llamativo por cuanto esos bosques en los que los sapos americanos están siendo diezmados eran en el pasado lugares donde disfrutaban de un alto nivel de supervivencia natural.
Tal como argumenta DeVore, la gente no se da del todo cuenta a menudo sobre cuánto pueden afectar unos cambios estructurales en un entorno a la forma en que interactúan los animales. Los ecosistemas son tan increíblemente complejos que puede resultar muy difícil predecir cómo los cambios medioambientales, tales como la colonización por una especie invasora, afectarán a los organismos autóctonos que viven en las áreas afectadas.
Las arañas son depredadoras de una voracidad tremenda, y tienden a devorar cualquier cosa que puedan cazar, incluso otras arañas. Ese canibalismo entre ellas mantiene normalmente a las poblaciones de arañas a raya, pero la planta de la especie Microstegium vimineum hace muy fácil para las arañas esconderse unas de otras, por lo que se matan menos entre ellas, hay más bocas arácnidas que alimentar, y los pequeños sapos que emergen de los humedales, presa fácil para esas grandes arañas, se convierten en una víctima muy propicia.
Para probar su hipótesis, DeVore y Maerz prepararon jaulas donde podían controlar la presencia de la planta y las arañas. Comprobaron que las densidades de las arañas eran un 33 por ciento superiores y la supervivencia de los sapos había disminuido en un 65 por ciento en las jaulas con presencia de la planta. La sola presencia de esta última, en ausencia de las arañas, no afectaba a la supervivencia de los sapos.

sábado, 15 de noviembre de 2014

RECONSTRUYEN HÁBITAT DE LAGUNAS LITORALES PATAGÓNICAS DE 70 MILLONES DE AÑOS

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Un equipo de paleontólogos describió en forma exhaustiva la composición de la comunidad vegetal de un sistema de lagunas costeras en Patagonia que existió hace 70 millones de años, lo cual, indirectamente, confirma el potencial de una zona de Chubut como yacimiento de hidrocarburos.

El doctor en ciencias geológicas Néstor Rubén Cúneo, director del Museo Egidio Feruglio (MEF). (Foto: MEF)

El trabajo, basado en el análisis de más de dos mil restos fósiles vegetales y evidencias geológicas, constituye la primera interpretación y reconstrucción de un hábitat acuático cretácico para el sur de Sudamérica mediante esa metodología, según indicó a la Agencia CyTA el líder del estudio, el doctor en ciencias geológicas Néstor Rubén Cúneo, director del Museo Egidio Feruglio (MEF) de Trelew, Chubut (Argentina).
El sistema de lagunas estaba situado en lo que hoy es el sudeste del Macizo de Somuncurá, en el centro-norte de la provincia del Chubut, donde aflora la Formación La Colonia. “El análisis evidencia que esa zona se caracterizaba por ser un ambiente de lagunas litorales con conexión esporádica con el mar como consecuencia de tormentas o mareas extraordinarias”, afirmó Cúneo.
En esas lagunas se identificaron restos fósiles de plantas acuáticas, las que poseen representantes actuales conocidos popularmente como tréboles de agua, lotos y lentejas de agua. El estudio, publicado en la revista científica PLoS One, confirma que “esta formación geológica pudo haber sido propicia para generar hidrocarburos a partir de la alta concentración de materia orgánica que registra”, señaló el investigador del CONICET, para quien “no sería extraño” que en el futuro cercano se inicien exploraciones en esa zona.
El trabajo publicado representa el resultado de una labor interdisciplinaria que involucró a especialistas del MEF, de la UBA y de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos. (Fuente: AGENCIA CYTA-INSTITUTO LELOIR/DICYT)

martes, 11 de noviembre de 2014

LOS MONOS BABUINOS POSEEN LA HABILIDAD DE LA CULTURA ACUMULATIVA

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La capacidad de acumular conocimientos con el paso de las generaciones, algo que se denomina cultura acumulativa, ha proporcionado a la humanidad el lenguaje y la tecnología. Si bien se creía hasta ahora que estaba limitada a los humanos, unos investigadores han encontrado recientemente que los monos babuinos son también capaces de cultura acumulativa.

Mono babuino utilizando una pantalla táctil. (Foto: © 2014 Nicolas Claidière)

La humanidad es capaz de grandes logros, tales como enviar naves al espacio y erradicar enfermedades; estos logros han sido posibles porque los humanos aprendemos de nuestros mayores y enriquecemos nuestro conocimiento con el paso de las generaciones. Se creía con anterioridad que este aspecto acumulativo de la cultura, por el cual la acumulación de pequeños cambios se va transmitiendo, usando y enriqueciendo por otros, estaba limitado a los humanos. Esto no es así, como se ha comprobado ahora mediante observaciones a otro primate, el mono babuino, gracias a una investigación realizada por científicos del Laboratorio de Psicología Cognitiva, adscrito a la Universidad de Aix-Marsella en Francia y al CNRS (Centro Nacional francés para la Investigación Científica), trabajando en colaboración con colegas de la Universidad de Edimburgo en el Reino Unido.
Si bien está claro que monos como por ejemplo los chimpancés aprenden muchas cosas de sus compañeros, cada individuo parece empezar a aprender desde cero. En cambio, los humanos usamos técnicas que evolucionan y mejoran de una generación a otra, y que también difieren de una población a otra. El origen de la cultura acumulativa en el Ser Humanos encierra muchos misterios, que los científicos intentan desentrañar con la ayuda de investigaciones como esta.
Nicolas Claidière, Joël Fagot, Simon Kirby y Kenny Smith hicieron el estudio con monos babuinos viviendo en grupos en unas instalaciones y que tenían acceso libre a un área con pantallas táctiles donde podían jugar a un “juego de memoria” diseñado específicamente para el estudio. En este juego, la pantalla muestra brevemente una cuadrícula de 16 cuadros, cuatro de los cuales son rojos y los otros blancos. La imagen es entonces reemplazada por una cuadrícula parecida, pero compuesta solo de cuadros blancos, y los monos babuinos deben tocar los cuatro que previamente eran rojos. La primera fase del experimento empezó con un período de aprendizaje de una tarea basada en el juego y caracterizada por el hecho de que la posición de los cuatro cuadros rojos era aleatoria cada vez. En la segunda fase, se usaba un patrón por el cual la información era transmitida de un individuo a otro. En esta segunda fase, la respuesta de un mono babuino (los cuadros tocados en la pantalla) era utilizada para generar el próximo patrón de cuadrícula que el siguiente mono tendría que memorizar y reproducir, y así durante 12 “generaciones”.
Los investigadores vieron que los monos babuinos actuaban mejor en la fase que implicaba una cadena de transmisión, en comparación con la prueba aleatoria, que continuó a lo largo de todo el período del experimento. La tasa de éxito se incrementó del 80 a aproximadamente el 95 por ciento.

lunes, 10 de noviembre de 2014

MÁS LUZ EN LA EVOLUCIÓN DE LOS INSECTOS

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La cooperación de más de 100 investigadores de 10 países en un estudio científico sin precedentes ha logrado resultados, recientemente anunciados, que resuelven la historia de la evolución de los insectos. Los resultados incluyen respuestas a muchas preguntas antiguas sobre la historia evolutiva del grupo de organismos más grande y diverso del mundo.

Insecto de la especie Chrysopa perla. (Imagen: © Oliver Niehuis, ZFMK, Bonn)

Dichos resultados, publicados por científicos del proyecto 1KITE (1,000 Insect Transcriptome Evolution, 1kite.org), son esenciales para entender aspectos importantes del árbol genealógico evolutivo de los millones de especies vivientes de insectos que contribuyen a dar forma a cuantiosos ecosistemas de la Tierra y que en algunos casos amenazan a nuestros recursos naturales (por ejemplo los devoradores de cosechas agrícolas) y en otros los potencian (por ejemplo los que ayudan a polinizar vegetales de uso humano).
Analizando a fondo un conjunto de datos sobre 144 especies cuidadosamente seleccionadas, el equipo dirigido por Bernhard Misof del Museo Alexander Koenig de Investigación Zoológica en la ciudad alemana de Bonn, Karl Kjer de la Universidad Rutgers (Universidad Estatal de Nueva Jersey) en Estados Unidos, y Xin Zhou del BGI (la organización anteriormente conocida como Instituto de Genómica de Pekín), cuya sede principal está en la ciudad china de Shenzhen, presenta estimaciones fiables sobre las fechas de origen y relaciones evolutivas de todos los grupos de insectos principales, basándose en el enorme conjunto de datos moleculares amasado por estos científicos.
Los resultados de la macroinvestigación indican, entre otras cosas, que los insectos se originaron al mismo tiempo que las plantas terrestres más primitivas, hace unos 480 millones de años. Sus análisis por tanto sugieren que insectos y plantas dieron forma conjuntamente a los ecosistemas terrestres más antiguos, desarrollando los insectos alas para volar hace 400 millones de años, mucho antes que lo pudiera hacer cualquier otro animal, y casi al mismo tiempo que las plantas terrestres empezaban a incrementar sus tamaños verticales máximos hasta llegar a conformar las primeras parcelas de vegetación definibles como bosques.
En el proyecto también ha trabajado José Luis Navarrete-Heredia, de la Universidad de Guadalajara en Zapopan, Jalisco, México.

jueves, 6 de noviembre de 2014

CORROBORAN LA EXISTENCIA ACTUAL DE EXTRAÑOS CIERVOS CON COLMILLOS DE VAMPIRO EN UNA ZONA DE AFGANISTÁN

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Más de 60 años después de su último avistamiento confirmado, una extraña especie de ciervo con colmillos que recuerdan a los de los vampiros sigue viviendo en las escarpadas laderas arboladas de zonas montañosas en el nordeste de Afganistán, según lo observado en una investigación en la que se ha confirmado la presencia de la especie.

Un ciervo con colmillos que recuerdan a los de los vampiros. Este ejemplar es de una especie siberiana, muy similar a la avistada en Afganistán. (Foto: Julie Larsen Maher © WCS)

La anterior observación científica de este animal en Afganistán se cree que fue hecha por un equipo danés que atravesaba la región en 1948.
El nuevo estudio de campo ha sido realizado por un equipo integrado, entre otros, por Stephane Ostrowski y Peter Zahler de la Wildlife Conservation Society (WCS) (Sociedad para la Conservación de la Fauna y la Flora), con sede en Estados Unidos.
La especie está clasificada como en peligro de extinción en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, International Union for Conservation of Nature) debido a la pérdida de hábitat y la caza furtiva. Sus glándulas odoríferas son codiciadas por los traficantes de vida salvaje y están consideradas más valiosas a igual peso que el oro, alcanzando hasta 45.000 dólares por kilo en el mercado negro.
El equipo de investigación registró cinco avistamientos de estos raros ciervos, incluyendo un macho solitario en la misma área en tres ocasiones, una hembra con un ejemplar joven, y una hembra sola, que pudo ser la misma sin su cría. Todas las observaciones se hicieron en escarpados afloramientos rocosos entremezclados con praderas alpinas y áreas de vegetación densa, aunque dispersas, dominadas por enebros y rododendros.
Estos ciervos son muy escurridizos, hasta el punto de que los autores de la nueva investigación no lograron fotografiarlos en sus fugaces apariciones. Sí hay imágenes de individuos de especies muy similares de tales ciervos con colmillos “de vampiro”.

LOS CUERVOS CONOCEN Y USAN LA ESTRATEGIA DEL “DIVIDE Y VENCERÁS”

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Tras estudiar de forma minuciosa y durante años el comportamiento de aproximadamente 300 cuervos salvajes en los Alpes de Austria, unos investigadores han documentado científicamente un asombroso rasgo de conducta en esta especie de pájaro que ya de por sí es famosa por su gran inteligencia.

Los cuervos socialmente bien integrados evitan que otros construyan nuevas alianzas a base de sabotear sus intentos de relacionarse. (Foto: © Jorg Massen)

El equipo de Thomas Bugnyar y Jorg Massen, de la Universidad de Viena en Austria, ha observado que los cuervos construyen lentamente alianzas a través de interacciones tales como limpiar y desparasitar el pelaje del amigo, o jugar con él. Sin embargo, observaron también que estas interacciones tendentes a establecer una nueva asociación eran interrumpidas a menudo por un tercer individuo. Aunque en aproximadamente el 50 por ciento de los casos estas intervenciones tenían éxito y saboteaban el acercamiento de un cuervo respecto a otro, intervenir podía ser potencialmente peligroso cuando los dos cuervos que estaban estableciendo lazos de cooperación decidían actuar juntos y expulsaban al cuervo que se entrometía.
Curiosamente, los investigadores hallaron que estas intervenciones no ocurrían de forma aleatoria. En concreto, cuervos que ya tenían una alianza tendían a interrumpir las “negociaciones” entre esos individuos que estaban en el proceso de establecer una. Debido a su poder ya establecido, los cuervos aliados pueden permitirse tales estrategias arriesgadas: Fijan como objetivo específicamente a esos cuervos que van a establecer una nueva alianza, y pueden por tanto evitar que se conviertan en futuros competidores a través de una estrategia de “divide y vencerás”.
Parece que los cuervos hacen un seguimiento de las relaciones de otros, y que tienen una comprensión clara sobre cuándo intervenir para intentar sabotear negociaciones de asociación y cuándo no hacerlo; por ejemplo, no cuando son solo contactos intrascendentes u ocasionales, pero tampoco cuando la alianza ya se ha establecido y es demasiado tarde. Es la primera vez que se ha descrito tal maniobra política sofisticada en animales aparte de los humanos.

RESUELVEN EL ENIGMA DEL ESTANCAMIENTO EVOLUTIVO QUE SUFRIÓ LA VIDA DURANTE MIL MILLONES DE AÑOS

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Los científicos han especulado desde hace tiempo sobre por qué no surgió vida animal antes, una vez hubo suficiente oxígeno en la biosfera de la Tierra. Los animales empezaron a proliferar a finales del Período Proterozoico, hace unos 800 millones de años, pero, ¿qué hay del período previo de unos 1.000 millones de años, cuando la mayoría de los científicos cree que también había oxígeno de sobra?

Christopher Reinhard y Noah Planavsky haciendo trabajo de campo en China con motivo de su investigación. (Foto: Universidad Yale)

El equipo internacional de Noah Planavsky, de la Universidad Yale, y Christopher Reinhard, del Instituto Tecnológico de Georgia, ambas entidades en Estados Unidos, parece haber resuelto el misterio. Si sus análisis son correctos, en aquellos tiempos la biosfera de la Tierra poseyó mucho menos oxígeno de lo asumido.
Los resultados de sus análisis indican que los niveles de oxígeno durante el período “inactivo” de 1.000 millones de años alcanzaron solo el 0,1 por ciento de los actuales. En otras palabras, la biosfera de la Tierra no habría podido acoger la proliferación de vida compleja de finales del Proterozoico, sin importar los avances genéticos que estuvieran a punto de suceder.
No hay ninguna duda de que la innovación genética y ecológica debe estar detrás del surgimiento de los animales, pero es igualmente inevitable que estos necesiten un cierto nivel de oxígeno. Los autores del nuevo estudio aportan la primera prueba de que los niveles de oxígeno eran lo bastante bajos durante este período como para impedir casi con toda certeza este surgimiento.
Los científicos encontraron sus evidencias analizando isótopos de cromo en sedimentos antiguos de China, Australia, Canadá, y Estados Unidos. El cromo se encuentra en la corteza continental de la Tierra, y su oxidación está conectada directamente con la presencia de oxígeno libre en la atmósfera.
En concreto, el equipo estudió muestras depositadas en áreas oceánicas poco profundas y ricas en hierro, cerca de la orilla. Compararon sus datos con los de otras muestras tomadas de sitios menos antiguos, de los que se conocen niveles de oxígeno más altos.

AVES DEL TERROR: SIGUEN LAS HUELLAS DE LAS PREDADORAS MÁS GRANDES DE LA PREHISTORIA

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Imaginemos el planeta hace 15 millones de años. América del norte separada por completo de América del sur. Justamente en el sur del continente americano vivían aves enormes y predadoras como la especie Kelenken guillermoi, que pertenece a la familia de las aves del terror (las aves predadoras conocidas más grandes de la prehistoria). Estos animales podían medir tres metros de altura y pesar unos 160 kilos; su cabeza (que incluía un pico enorme y curvo) tenía más de 70 cm de longitud y sus fósiles, que fueron encontrados especialmente en Argentina, son estudiados por científicos de todo el mundo. Sara Bertelli integra ese grupo de expertos.

Cráneo del Phorusrhacidaeo, ave del terror más grande encontrada hasta el momento. (Foto: Argentina Investiga)

La bióloga y paleontóloga es egresada de la Facultad de Ciencias Naturales y se especializa en el estudio de la evolución de las aves actuales y de los fósiles. Es una de los tantos científicos repatriados por el Conicet gracias al programa nacional Raíces, y en la actualidad trabaja en la Fundación Miguel Lillo. Realizó posdoctorados en los museos de Ciencias Naturales de Estados Unidos (Nueva York, Los Ángeles) y Alemania (Berlín, Frankfurt). A partir de ese momento integró el equipo de expertos que estudia las “aves del terror”, dirigido por Luis Chiappe, del Museo de Historia Natural de los Ángeles.
El equipo de Chiappe y Bertelli fue convocado para estudiar el cráneo del Phorusrhacidaeo, ave del terror más grande encontrada hasta el momento, descubierta junto a un tarsometatarso del animal en la estación de tren de Comallo, cerca de San Carlos de Bariloche.
A partir de aquel hallazgo cambió radicalmente la idea que tenían los especialistas sobre algunas características de la especie. “Se pensaba que por su gran tamaño estas aves se movían lentamente y esta idea está siendo modificada, ya que por las características de los huesos de las patas (delgados y gráciles) se considera que habrían sido bastante ágiles, aunque un poco menos veloces que el avestruz que se conoce en la actualidad”, explica Bertelli a Argentina Investiga.
Otro punto de inflexión que representó el descubrimiento es concluir que el tamaño de estas aves podía llegar a los tres metros (estimado a partir de la dimensión del cráneo encontrado en Bariloche) a diferencia de los cráneos antes estudiados, que eran más pequeños. Bertelli comentó que las aves del terror vivieron hace entre 60 millones de años (Paleoceno) y dos millones de años (Plioceno tardío), y que fueron desapareciendo con la emergencia del istmo panameño que unió América del norte con América del sur. “Eso explica los fósiles encontrados más recientemente de Phorusracidae en Florida, Estados Unidos, que demuestran el intercambio de la fauna desde América del sur, una vez unidos ambos continentes”, detalló la profesional.
Bertelli se prepara para realizar en los próximos meses una nueva expedición al Noroeste Argentino (Catamarca), y más precisamente a Santa María y Andalgalá, con la idea de encontrar nuevos fósiles de otras aves del terror. “Esta vez buscamos fósiles parientes de Andalgalornis y Procariama, que al igual que el Kelenken integran el grupo de las aves del terror, pero son de menor tamaño”, sostuvo la investigadora.
Bertelli señala que mejoraron las condiciones para los científicos en los últimos años y que eso la motivó para volver a su país en 2012. “Hay programas y líneas de financiamiento, el apoyo a la investigación científica es hoy una política de Estado, lo cual nos permite vivir de nuestro trabajo y en nuestro país”, concluyó la profesional. (Fuente: ARGENTINA INVESTIGA/DICYT)

martes, 4 de noviembre de 2014

AVES RAPACES Y PEQUEÑOS MAMÍFEROS COMPARTIERON CUEVAS CON LOS NEANDERTALES

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Las investigaciones efectuadas hasta ahora habían constatado que la Cova de les Teixoneres, ubicada en Moià (Barcelona), durante el Paleolítico medio había sido ocupada por neandertales y por grandes carnívoros. Dos nuevos estudios que se acaban de hacer públicos aportan más información sobre estas dinámicas ocupacionales de la cueva y, lo más importante, amplían el espectro de la fauna que hizo uso de la misma. 

Fémur de conejo con marcas provocada por el mordisco de un carnívoro. / Anna Rufà | CR Palevol

Un artículo que acaba de publicar la revista Comptes Rendus Palevol, con Anna Rufà, becaria predoctoral en el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES), como firmante principal, constata que las aves rapaces nocturnas y pequeños mamíferos carnívoros como el zorro compartieron espacio con los neandertales en la Cova de les Teixoneres durante el Paleolítico medio, hace entre 40.000 y 50.000 años, aproximadamente.
Tanto estos animales como los homínidos consumieron dentro de la cavidad conejo y liebre (lepóridos). "Esto permite constatar que Homo neanderthalensis era capaz de explotar un amplio espectro faunístico", comenta Anna Rufà.
"El estudio zooarqueológicos y tafonómico de estos lepóridos ha permitido identificar la presencia de aves rapaces nocturnas, así como pequeños mamíferos carnívoros -como el zorro- como agentes acumuladores de lepóridos en Teixoneres. Lo hemos podido saber porque que estos predadores han dejado rastros de consumo sobre los huesos, tales como marcas de dientes (depresiones y surcos) o corrosiones digestivas leves", puntualiza la misma investigadora.
Además, aunque en menor grado, los grupos humanos también intervienen sobre los restos de lepóridos, pudiendo identificar marcas de corte, huesos quemados y fracturas intencionales sobre algunos restos.
"Este comportamiento permite constatar –apunta Anna Rufà– que los neandertales eran capaces de explotar un amplio espectro faunístico (desde grandes ungulados hasta conejos). En el caso de los lepóridos, los perfiles de sexo y edad de los individuos demuestran una caza de tipo oportunista, que se podría asociar a ocupaiones de corta duración".

Estudios de microdesgaste dental

Por otra parte, en un nuevo artículo publicado en el Journal of Archaeological Science, encabezado por Carlos Sánchez-Hernández, ex alumno del Máster de Arqueología del Cuaternario y Evolución Humana de la URV, se reafirma que la ocupación de la Cova de les Teixoneres por parte de los neandertales son estancias de corta duración, localizándose cerca de la entrada.
Se ha llegado a esta conclusión con el análisis de los patrones de microdesgaste dental y de erupción dental de los grandes mamíferos herbívoros (ungulados) más abundantes en el registro arqueológico de Teixoneres: el ciervo y el caballo.
El microdesgaste dental estudia las marcas microscópicas relacionadas con la alimentación, las cuales son sustituidas por otras nuevas en un período relativamente corto de tiempo, borrando paulatinamente las anteriores. Este fenómeno se utiliza como indicador de la nutrición de los últimos días de vida de un animal. El estudio de la variabilidad del patrón de microdesgaste nos facilita proponer una estimación de la duración de ocupación de un yacimiento.
Además, el estudio de la secuencia de erupción y reemplazo de los dientes nos permite definir el periodo de ocupación del lugar. En la Cova de les Teixoneres han podido identificar diferencias entre niveles. En uno de los niveles (IIIa) las ocupaciones suelen ser cortas, pero se desarrollarían a lo largo de todo el año. En contra, hay un nivel por debajo de la anterior (IIIb) donde las ocupaciones son principalmente en verano, y puntualmente, en invierno.

Referencias bibliográficas

Rufà, A.; Blasco, R.; Rivals, F.; Rosell, J.; 2014. “Leporids as a potential resource for predators (hominins, mammalian carnivores, raptors): An example of mixed contribution from level III of Teixoneres Cave (MIS 3; Barcelona, Spain)”. Comptes Rendus Palevol 13 (8), 665-680.

Sánchez-Hernández, C.; Rivals, F.; Blasco, R., Rosell, J.; (2014). “Short, but repeated Neanderthal visits to Teixoneres Cave (MIS 3, Barcelona, Spain): a combined analysis of tooth microwear patterns and seasonality”, Journal of Archaeological Science 49, 317-325. 

domingo, 2 de noviembre de 2014

AGALLAS VEGETALES, UN MICROCOSMOS NATURAL

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Las agallas son unas estructuras realmente fascinantes que sustentan complejas comunidades de artrópodos. Las especies inductoras de agallas, en su mayoría insectos, son capaces de manipular a la planta en su propio beneficio mediante la formación de estas estructuras vegetales que al tiempo que proporcionan alimento a la larva también la protegen de depredadores y parásitos.




A lo largo de la historia, las agallas de las plantas han atraído la atención de los amantes de la naturaleza y han sido utilizadas con diferentes fines. Su uso farmacológico ya fue mencionado por Hipócrates, Plinio y Teofrasto, para el tratamiento de diarreas, infecciones bucales y hemorroides; Plinio incluso hablaba de la utilidad de las agallas de roble para tratar la alopecia. También se usaban -por su alto contenido en ácidos tánicos- como curtientes de pieles, en la fabricación de tinta de alta calidad, en tintes para el pelo y la ropa, y en la elaboración de adornos o tatuajes. Algunas agallas incluso se han utilizado como alimento; por ejemplo, las producidas en el mediterráneo oriental en plantas de Salvia sp. por pequeñas avispas Hedickiana levantina, jugosas y de agradable olor a limón, o las inducidas por las avispillas Isocolus lichtensteini en las plantas Centaura aspera y Centaurea melitensi, que los niños comían en épocas de escasez cuando estaban tiernas.
Las agallas más antiguas que se conocen datan del Cretácico. Entre los primeros insectos capaces de desarrollar agallas se encuentran algunos himenópteros del suborden Symphyta (tentredínidos gallícolas). Pero fue en el Terciario cuando esta aptitud alcanzó su máximo desarrollo coincidiendo con la diversificación de las plantas angiospermas, ya que más del 95% de los insectos gallícolas inducen agallas en angiospermas, especialmente en dicotiledóneas.
Se conocen más de 20.000 especies de organismos capaces de inducir la formación de agallas, entre los que se encuentran virus, bacterias, algas, hongos, protozoos, rotíferos, gusanos nematodos, ácaros e insectos; estos últimos son los más numerosos. Se estima que hay 15.000 especies de insectos gallícolas cuyas diferencias tienen que ver con los mecanismos de inducción de las agallas, efectos sobre los hospedadores, métodos de alimentación y diferentes ciclos de vida. Lo más relevante del proceso es la capacidad, desarrollada independientemente en muchos taxones, de reproducir los procesos de crecimiento de la planta hospedadora, orientándolos para proporcionar cobijo y nutrición adecuadas para el insecto gallícola.
El estudio de las agallas de las plantas, también llamadas cecidias, se conoce como cecidología y requiere el concurso de distintas disciplinas como la taxonomía, fisiología, genética, ecología, evolución, etc. Las agallas más evolucionadas y complejas corresponden a los cinípidos, una superfamilia de los himenópteros. La mayoría de las especies gallícolas seleccionan específicamente tanto la especie de planta como el órgano donde se formará la agalla. En el caso de los cinípidos, las agallas pueden formarse tanto en hojas, tallos, flores y frutos, como en las raíces y estolones. Dentro de este grupo el grado de especificidad entre planta e insecto es tan elevado y la morfología de la cecidia tan diferenciada, que la propia agalla se considera como un fenotipo extendido del insecto.
Aún no se conoce bien el proceso de formación de las agallas, aunque en el caso de los cinípidos, o avispillas de las agallas, se inicia con la rotura de la pared celular de las células vegetales que están en contacto con el huevo del insecto. Después las larvas segregan unas sustancias que producen hipertrofia -aumento del tamaño de las células- e hiperplasia -proliferación anormal de células- de los tejidos vegetales que las rodean. La secreción de sustancias por la larva es fundamental, ya que se ha comprobado que si la larva muere prematuramente la agalla detiene su crecimiento y diferenciación.
Posteriormente se produce una diferenciación de los tejidos que da lugar a una cámara larval, que encierra la larva; una capa de tejido nutritivo, que tapiza la pared interna de la cavidad larval; un estuche o cubierta más o menos lignificada; un tejido cortical con numerosos haces vasculares, que conectan el tejido vascular con la planta y una capa más externa o epidermis. El tejido nutritivo y la cubierta lignificada que envuelven a la larva constituyen la "agalla interna"; la epidermis y el tejido cortical configuran la "agalla externa". Mientras que el tamaño de la agalla interna es constante, la agalla externa varía considerablemente según la especie.
Llama la atención la gran diversidad morfológica de las agallas que pueden ser esféricas, ovales, fusiformes, cilíndricas, lenticulares, etc., y cuyo tamaño puede oscilar entre unos pocos milímetros y más de 4 cm de diámetro. En su madurez pueden ser jugosas o leñosas; su superficie puede ser lisa, rugosa, irregular o estriada; pueden estar cubiertas de pilosidad, o de una secreción viscosa muy pegajosa; puede presentar apéndices o excrecencias espinosas. Muchas de estas peculiaridades se consideran estrategias defensivas frente al ataque de parasitoides.
Las agallas de cinípidos pueden considerarse "puntos calientes" ecológicos dado que forman comunidades de gran complejidad funcional. Estas comunidades se estructuran en varios niveles tróficos. El primero está formado por la larva o larvas del cinípido inductor que se alimentan del tejido nutritivo de la agalla, y por otras larvas fitófagas de avispillas que no pueden inducir la formación de agallas y a las que se denomina inquilinos. El siguiente nivel trófico está compuesto por himenópteros parasitoides cuyas larvas viven a expensas de las larvas del cinípido inductor, de los inquilinos, o de otros parasitoides. Estos tres tipos: propietario o inductor, inquilino y paraistoide (la mayoría de estos últimos pertenecen a la superfamilia calcídidos), sería la fauna primaria de las agallas. Pero existe una fauna secundaria, ligada opcionalmente a las cecidias, como son los cecidófagos y los sucesores. Los primeros, como su nombre indica, se alimentan de las agallas y son algunas especies de coleópteros y lepidópteros, así como algunos micromamíferos y aves. En cuanto a los sucesores, se trata de artrópodos (áfidos, cóccidos, formícidos, arañas, pseudoescorpiones, etc.) que aprovechan algunas agallas, especialmente las grandes, para cobijarse o para nidificar.
El Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) alberga una importante colección de agallas que supera las 6.000 muestras. Se inició en el primer tercio del siglo XX con las zoocecidias de J. Cogolludo, a la que luego se añadieron las agallas de cinípidos de Angel Cabrera. En los últimos años se ha enriquecido sensiblemente gracias a las aportaciones del investigador del MNCN José Luis Nieves-Aldrey, que ha formado una de las colecciones de agallas vegetales más importantes de Europa, incluyendo colecciones de la región neotropical, principalmente de Panamá y Chile, como se refleja en dos recientes publicaciones. José Luis Nieves-Aldrey nos comenta: "Hay que destacar el valor científico de esta colección ya que documenta una de las más interesantes interacciones planta-animal que existen en la naturaleza, en los casos más complejos con implicaciones coevolutivas; además, está ausente en muchos museos de historia natural".