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Un hongo mortal responsable de la extinción de más de 200 especies de anfibios
en todo el mundo ha coexistido inocuamente con animales en Illinois (Estados
Unidos) y Corea durante más de un siglo, según los resultados de dos
investigaciones recientes.
La rana Anaxyrus americanus fue una de varias especies de Illinois cuyos especímenes fueron sometidos a una prueba para detectar al hongo Batrachochytrium dendrobatidis. (Foto: Brooke Talley)
Los anfibios de ciertos lugares, como es el caso de Illinois, han estado
coexistiendo con el hongo Batrachochytrium dendrobatidis durante al menos 126
años sin sufrir la mortandad masiva ni otros efectos adversos vistos en
poblaciones de otras partes del mundo, según uno de los estudios. En el otro, se
ha logrado fechar la presencia del hongo en Corea desde 1911. Los resultados
ayudarán a los científicos a entender mejor la enfermedad causada por el
Batrachochytrium dendrobatidis, y las condiciones bajo las cuales es posible
sobrevivir a él.
La enfermedad provocada por el hongo ha llevado a más de 200 especies de
anfibios a la extinción en todo el mundo, y supone una amenaza mayor para la
biodiversidad de los vertebrados que cualquier otra enfermedad conocida.
Así lo ha comprobado Vance Vredenburg, de la Universidad Estatal de San
Francisco en Estados Unidos y coautor de los estudios, quien ha estado
investigando al Batrachochytrium dendrobatidis durante más de una década.
Una diferencia clave entre los dos estudios es que, si bien las pruebas
mostraron que el Batrachochytrium dendrobatidis estaba muy extendido en Illinois
desde la década de 1880, la enfermedad por él provocada fue mucho menos habitual
en Corea durante la década de 1900 que lo que lo es hoy en día. Eso, tal como
razona Vredenburg, indica que el comportamiento del hongo difiere dependiendo
del lugar.
El estudio también valida la eficacia de las pruebas para detectar
Batrachochytrium dendrobatidis en especímenes de museo, tal como se ha
demostrado al usar una técnica perfeccionada por Tina Cheng, de la citada
universidad. Algunos de los especímenes de museo tienen más de 100 años, lo que
despertó el temor de que el ADN más antiguo se pudiera haber degradado,
propiciando “falsos negativos”. Sin embargo, tal como Vredenburg y sus colegas
comprobaron, es factible detectar el hongo en muestras tan antiguas. Durante los
dos estudios, los investigadores comprobaron más de 1.200 muestras de anfibios
recogidas entre 1888 y 2004.
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