lunes, 9 de enero de 2012

UN PROYECTO TITÁNICO PARA CATALOGAR LAS ESPECIES DE MICROBIOS DE LA TIERRA

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En cada uno de nosotros viven 100 billones de microbios. Mil billones de trillones viven en los océanos. Teniendo en cuenta además el aire, los vegetales, el suelo y los animales, la cantidad de microbios se vuelve casi inimaginable.

El Microbio Staphylococcus aureus. (Foto: Beltsville Agricultural Research Center)

Una iniciativa llamada Proyecto Microbioma de la Tierra (Earth Microbiome Project), dirigida por Jack Gilbert en el Laboratorio Nacional estadounidense de Argonne, y que incluye a científicos de todo el mundo, está haciendo frente a la colosal tarea de catalogar el ADN de las especies de todos esos microbios.
Los microbios desempeñan un papel muy importante en la salud humana, pero lo que sabemos sobre ellos es apenas un pedacito de la punta del iceberg. También son responsables del 99 por ciento de los ciclos de nutrientes y gases en el mundo. Estos ciclos son de vital importancia para el planeta y, por extensión, para nuestra alimentación, industria y economía.
Por ejemplo, Gilbert argumenta que el trabajo que un metro cúbico de tierra, lleno de microbios, hace en un día, descomponiendo productos químicos, almacenando y liberando carbono, y produciendo nutrientes útiles para las plantas, costaría 500.000 millones de dólares si los humanos tuviéramos que realizarlo mediante métodos exclusivamente artificiales. Es lógico, por tanto, que los científicos ansíen desentrañar los secretos de esa maquinaria microbiana para usarlos en provecho del Ser Humano.
El Proyecto Microbioma de la Tierra es el mayor proyecto de secuenciación que se ha emprendido a día de hoy. El Proyecto Genoma Humano mapeó 3.000 millones de pares de bases de ADN. El estudio piloto del Proyecto Microbioma de la Tierra pretende mapear 35 billones de pares de bases. Y eso es sólo el comienzo.
La metagenómica es un campo relativamente nuevo en el que se trabaja con ADN obtenido directamente de una muestra del entorno. La técnica fue desarrollada ante el temor muy fundado de que los métodos anteriores, basados en extraer y cultivar ciertos organismos, pasaban por alto a muchos otros, de importancia comparable o incluso mayor.
Las poblaciones microbianas varían mucho según las condiciones; Gilbert lo deja muy claro con un ejemplo cotidiano: "Incluso las comunidades de microbios que viven en las teclas D y L de mi teclado son completamente diferentes". Debido a esa gran variabilidad, el titánico proyecto abordado por el equipo de Gilbert debe comenzar por dividir la Tierra en biomas, o áreas en las cuales las condiciones ambientales son muy similares. Los científicos catalogaran la cantidad, tipo y frecuencia de los microbios que viven en cada lugar, usando muestras proporcionadas por investigadores de todo el mundo que están examinando esas áreas.
El amplio mapeo de una comunidad microbiana puede permitir a los científicos predecir cómo un sistema reaccionaría a cambios específicos.
Por otra parte, los métodos desarrollados por científicos del Laboratorio Nacional de Argonne y de otras instituciones durante el Proyecto Microbioma de la Tierra tendrán ramificaciones importantes en campos como la microbiología médica. Recordemos que los microbios que viven en nosotros están estrechamente asociados a nuestro bienestar.

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