martes, 25 de noviembre de 2014

ORUGAS QUE SE HACEN PASAR POR HORMIGAS REINA AL LOGRAR IMITAR LA “VOZ” DE ESTAS

noticiasdelaciencia.com

Unos científicos han revelado cómo una oruga parásita puede darse una vida de reina en la colonia hambrienta en la que vive infiltrada: Una estrategia clave es imitar la “voz” de una hormiga reina, de tal modo que ello equivale a ordenarles a las hormigas que le den de comer porque ella es su reina y tiene hambre.

Una oruga de mariposa infiltrada entre hormigas. (Foto: Marco Gherlenda / Universidad de Turín en Italia)

Los hormigueros tienen mucho que ofrecer a otros organismos aparte de las hormigas. Están bien protegidos, y son espacios ambientalmente estables y ricos en recursos; en muchos aspectos, un hormiguero tiene todo lo que una criatura diminuta podría pedir que poseyera su hogar. Por supuesto, siempre y cuando pueda convivir sin problemas rodeada de hormigas.
Para las miles de especies de insectos que se aposentan en los hormigueros, la supervivencia significa encontrar formas de convivir con las hormigas, por ejemplo emitiendo señales químicas lo bastante parecidas a las que las hormigas emiten para demostrar a sus compañeras que son habitantes legítimas de la colonia. Si el insecto infiltrado logra engañar con sus señales químicas a las hormigas, estas le percibirán como a una inquilina de pleno derecho. Si no, se percatarán de que huele a intruso y le acabarán descubriendo como tal.
Recientemente, un equipo de científicos de la Universidad de Turín en Italia, que han estado investigando cómo ciertas orugas también utilizan el sonido como medida de camuflaje y protección, ha presentado los últimos resultados de su intrigante línea de investigación en un congreso de la Acoustical Society of America (ASA) (Sociedad Acústica de Estados Unidos) celebrado en Indianápolis, Indiana, Estados Unidos.
El equipo de Francesca Barbero ha estado investigando a orugas de mariposas del género Maculinea, que se infiltran en hormigueros de hormigas del género Myrmica y pasan buena parte de sus vidas ahí como huéspedes no deseados al lograr imitar los sonidos producidos por las propias hormigas.
Las señales acústicas transmiten información bastante compleja, no solo entre las hormigas obreras mientras están fuera de la colonia, como por ejemplo mientras buscan comida, sino también dentro del hormiguero y entre castas.
Durante varios años, el equipo de Barbero ha grabado y analizado las señales sonoras emitidas por larvas y crisálidas de Maculinea y por reinas y obreras de las hormigas Myrmica con quienes las primeras convivían. Observando las similitudes en los patrones entre dichos parásitos y las señales acústicas de las hormigas, el equipo ha investigado el papel de esas señales en las sociedades de hormigas y en las relaciones entre las hormigas y los parásitos, mediante la reproducción en hormigueros de sonidos grabados previamente.
Hace varios años, el equipo de Barbero constató que los sonidos que emiten las hormigas reinas se distinguen de los de las obreras dentro de las colonias. El nuevo trabajo muestra que las mariposas parásitas se aprovechan de esa diferencia.
Depositadas como huevos sobre hojas o brotes de una planta específica, las Maculinea que tienen suerte son encontradas y transportadas hasta dentro de un hormiguero por alguna incauta obrera Myrmica. Una vez dentro, ponen en marcha su estrategia y comienza su buena vida. Las orugas pueden fácilmente emitir señales químicas que se parecen tanto a las de larvas de hormigas que logran ser confundidas por estas y se las alimenta. Haciéndose pasar por "bebés" de hormiga, ya es mucho lo que consiguen. Pero a veces esto no les basta, sobre todo si la colonia atraviesa por una época de carestía.
Algunas orugas logran que se las trate como a hormigas reina, lo que implica ser alimentadas antes que nadie y más que nadie, incluso en épocas de carestía y estando hambrientas las larvas de hormigas. Este privilegio está reservado normalmente para las reinas de las colonias. El enigma de cómo las orugas consiguen hacerse pasar por reinas (las señales químicas no bastan) se ha resuelto ahora.
Para resolver el misterio, Barbero y sus colegas, sospechando la importancia de las señales acústicas, utilizaron un micrófono diseñado especialmente para grabar los ruidos de las hormigas y las orugas y luego reprodujeron sonidos de las orugas dentro de hormigueros. Mediante la comparación de las señales acústicas y el análisis de las reacciones de las hormigas a las grabaciones, constataron que las orugas son capaces de imitar los sonidos peculiares que emiten las reinas de los hormigueros en los que están infiltradas, y gracias a ello engañan a las hormigas obreras para que las alimenten y hasta las limpien, dándoles prioridad por encima de las larvas de hormiga.
El equipo de investigación también comparó poblaciones de dos especies de mariposas parásitas: una especie depredadora que devora larvas de hormiga, y una especie que es alimentada por comida que le traen las hormigas obreras. Se constató que, si bien ambas especies son capaces de imitar sonidos de hormigas reina, la imitación hecha por las mariposas que son alimentadas con comida traída por las hormigas obreras es particularmente buena, generando en dichas obreras reacciones más fervorosas. Tiene su lógica. Una vez en el interior del hormiguero, la principal diferencia entre los dos estilos de vida es que las orugas que buscan ser alimentadas por las hormigas necesitan ser consideradas como miembros importantes de la colonia, mientras que a las depredadoras, capaces de buscar y servirse la comida por su cuenta, les basta con no ser descubiertas por las hormigas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario