martes, 30 de septiembre de 2014

DESCIFRAN CÓMO LOS BRAZOS DE LOS DINOSAURIOS SE CONVIRTIERON EN ALAS DE PÁJAROS

agenciasinc.es

Investigadores de la Universidad de Chile han publicado un trabajo en la revista ‘PLOS Biology’ en el que describen por primera vez los huesos de la muñeca de los dinosaurios que han evolucionado a las alas de las aves. Para ello han analizado colecciones de huesos fósiles de dinosaurios y aves primitivas y embriones en desarrollo de siete especies de aves modernas.

Los primeros dinosaurios tenían hasta nueve osificaciones en la muñeca mientras que en aves solo mantienen cuatro. La investigación, que combina el estudio de embriones y fósiles, proporciona una visión más integrada de su evolución y propone una nomenclatura revisada./ Plos Biology

La comunidad científica tiene evidencia de que las aves evolucionaron de una rama del árbol genealógico de los dinosaurios. Sin embargo, hasta ahora no se ha podido explicar una de las adaptaciones fundamentales en esta evolución: el desarrollo de las alas que permiten el vuelo y que distinguen fundamentalmente a estos animales.
Las discrepancias entre paleontólogos y biólogos del desarrollo en torno a este tema tampoco han ayudado a poner luz. Sus líneas de investigación y metodologías han caminado tradicionalmente por separado. Sin embargo, un reciente trabajo realizado por científicos del Laboratorio de Ontogenia y Filogenia de la Universidad de Chile ha unido ambas perspectivas y ha permitido describir, por primera vez, los huesos de la muñeca de los dinosaurios que han evolucionado a las actuales alas de los pájaros.
La investigación, que se publica hoy en PLOS Biology, pone de manifiesto que detrás de esta transformación evolutiva se encuentra una reducción a la mitad en el número de huesos de la muñeca. Esto originó que las muñecas se convirtieran en hiperflexibles y que las aves pudieran plegar sus alas cuidadosamente contra sus cuerpos cuando no estuvieran en vuelo.
“Los primeros dinosaurios tenían hasta nueve osificaciones en la muñeca mientras que en las aves solo se mantienen cuatro, dos distales que se fusionan entre sí y dos proximales que son más grandes e independientes”, asegura el grupo de investigadores chilenos encabezado por Alexander Vargas.
Pero ¿qué huesos de la muñeca de los dinosaurios se han mantenido y cuáles se han suprimido o modificado? Durante años paleontólogos y biólogos del desarrollo han tratado de dilucidar estas cuestiones, los primeros mediante el estudio de huesos fósiles de dinosaurios y aves primitivas y los segundos analizando cómo las alas de las aves modernas se desarrollan en embriones en crecimiento.
Utilizando un enfoque interdisciplinario, el laboratorio dirigido por Alexander Vargas ha reexaminado fósiles almacenados en varias colecciones de museos y al mismo tiempo ha recogido nuevos datos evolutivos a partir de embriones de siete especies diferentes de aves modernas.
Joao Botelho, estudiante brasileño que trabaja en este laboratorio, desarrolló además una novedosa técnica que permite estudiar en 3D proteínas específicas en esqueletos embrionarios. Al combinar ambas fuentes, fósiles y embriones, el equipo ha podido dar un gran paso adelante en la clarificación de cómo ha evolucionado la muñeca de las aves.

Confirmando la teoría de Ostrom

El profesor de la Universidad de Yale John Ostrom planteó en los años 70 que las muñecas de aves y dinosaurios poseían un hueso muy similar, en forma de media luna (llamado el semilunar), y que este hueso era resultado de la fusión de dos huesos presentes en los dinosaurios. No obstante, el fracaso de los biólogos del desarrollo para confirmar esta teoría planteó dudas sobre si era el mismo hueso, e incluso sobre si las aves procedían evolutivamente de los dinosaurios. 
Ahora, los nuevos datos obtenidos por los investigadores chilenos han revelado que efectivamente el semilunar se formó por la fusión de dos huesos de los dinosaurios, confirmando la hipótesis de Ostrom. 
También han demostrado que otro hueso de la muñeca, el pisiforme (con forma de guisante), se perdió en dinosaurios similares a las aves, pero luego volvió a desarrollarse en la evolución temprana de las aves modernas, probablemente como una adaptación para el vuelo, en un caso extraño de reversión evolutiva.
El estudio también ha puesto nombre y apellidos a los otros dos huesos de la muñeca de las aves que se habían identificado de forma errónea tradicionalmente tanto por paleontólogos como por biólogos del desarrollo.
A juicio de los investigadores, esto pone de relieve los aspectos negativos de la no integración de todas las fuentes de datos. “Una separación completa de la biología del desarrollo y de la paleontología hace perder oportunidades para la comprensión de la evolución, al igual que una separación de la astronomía y la física experimental retrasaría los avances en la cosmología”, concluyen.

Referencia bibliográfica

Botelho, J.F., Ossa-Fuentes, L., Soto-Acuña, S., Smith-Paredes, D., Nuñez-León, D., et al. (2014). “New Developmental Evidence Clarifies the Evolution of Wrist Bones in the Dinosaur–Bird Transition”. PLoS Biol, 12(9): e1001957. doi:10.1371/journal.pbio.1001957 http://www.plosbiology.org/article/info:doi/10.1371/journal.pbio.1001957

lunes, 29 de septiembre de 2014

EXISTIÓ VIDA PLURICELULAR COMPLEJA ANTES DE LO CREÍDO

noticiasdelaciencia.com

El hallazgo y posterior análisis minucioso de unos restos fósiles revelan que la multicelularidad compleja apareció en los seres vivos hace 600 millones de años, casi 60 millones de años antes de que aparecieran los animales con esqueleto durante una proliferación enorme y rápida de nuevas formas de vida en la Tierra conocida como Explosión Cámbrica.

Este fósil de organismo multicelular de hace 600 millones de años muestra evidencias inesperadas de complejidad. (Imagen: Lei Chen y Shuhai Xiao)

El descubrimiento realizado por el equipo internacional de Shuhai Xiao, profesor de geobiología en el Instituto Politécnico de Virginia (Virginia Tech) en la ciudad estadounidense de Blacksburg, contradice algunas interpretaciones largamente mantenidas sobre los fósiles multicelulares del pasado lejano.
Fósiles similares a estos han sido interpretados como bacterias, eucariotas unicelulares, algas y formas de transición relacionadas con ciertos animales existentes hoy en día, como las esponjas, las anémonas de mar, o los animales con simetría bilateral. La nueva investigación refuta algunas de esas interpretaciones.
En un intento de determinar cómo, por qué y cuándo surgió la multicelularidad desde los ancestros unicelulares, Xiao y sus colaboradores analizaron fósiles multicelulares preservados de forma tridimensional provenientes de rocas ricas en fosfatos de la Formación Doushantuo en el sur de China, uno de los yacimientos fósiles más antiguos y que los paleontólogos consideran desde hace tiempo como una ventana a la evolución animal temprana. El análisis de esos fósiles reveló señales de adhesión célula a célula, diferenciación celular, y muerte celular programada, cualidades de los eucariotas multicelulares complejos, tales como animales y plantas.
El descubrimiento aporta datos nuevos y esclarecedores sobre cómo y cuándo las células de vida solitaria e independiente empezaron a cooperar entre ellas para establecer una única forma de vida basada en células unidas.

domingo, 28 de septiembre de 2014

ENCUENTRAN PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE UN MECANISMO EVOLUTIVO ALTERNATIVO

noticiasdelaciencia.com

Se forman nuevas especies cuando sus miembros ya no pueden reproducirse con los de la especie original. El mecanismo habitualmente aceptado es la especiación por aislamiento geográfico, en la cual nuevas barreras geográficas, tales como montañas o grandes cuerpos de agua, separan a miembros de un grupo, haciendo que evolucionen de forma independiente.

Una reina de la especie parásita Mycocepurus castrator (izquierda) y una reina de la especie anfitriona Mycocepurus goeldii (derecha). (Fotos: Christian Rabeling / Universidad de Rochester)


Desde los tiempos de Darwin, los biólogos evolutivos han debatido largamente sobre si dos especies pueden evolucionar a partir de un ancestro común sin estar aisladas geográficamente la una de la otra. La idea, aunque no se descartaba por completo, parecía poco probable. Ahora, un insólito hallazgo en Sudamérica demuestra que la especiación puede tener lugar dentro de una misma colonia.
Una especie recientemente descubierta de hormigas apoya esta controvertida teoría de la formación de especies. La hormiga, encontrada solo en una única parcela de árboles eucaliptos del campus de la Universidad Estatal de São Paulo en Brasil, se bifurcó de su especie original mientras vivía en la misma colonia, algo considerado raro en los actuales modelos de desarrollo evolutivo.
Al descubrir la especie parásita de hormiga Mycocepurus castrator, el equipo del biólogo Christian Rabeling, de la Universidad de Rochester en Nueva York, Estados Unidos, ha sacado a la luz un ejemplo del citado proceso alternativo y polémico de evolución de especies.
La M. castrator no es simplemente otra hormiga en la colonia; es un parásito que vive con su anfitrión, el Mycocepurus goeldii, y a expensas de él. El anfitrión es una hormiga que cultiva hongos por su valor nutritivo, tanto para ella como, indirectamente, para su parásita, que no participa en el trabajo de cultivar el huerto de hongos. Eso llevó a los investigadores a estudiar las relaciones genéticas de todas las hormigas que cultivan hongos en Sudamérica, incluyendo las cinco ya conocidas y seis recién descubiertas del género Mycocepurus, para determinar si el parásito evolucionó a partir de su anfitrión. Encontraron que las hormigas parásitas estaban, en efecto, muy próximas genéticamente a la M. goeldii, pero no a otras especies de hormigas.
También determinaron que las hormigas parásitas ya no eran compatibles desde el punto de vista reproductivo con las hormigas anfitrionas, lo que las convierte en una especie propia, y que se habían dejado de reproducir con ellas hace apenas 37.000 años, un período muy corto en la escala evolutiva.
El equipo investigador halló una gran pista al comparar los genes de las hormigas, tanto en el núcleo celular como en las mitocondrias, las estructuras que producen energía en las células. Los genes están hechos de unidades llamadas nucleótidos, y Rabeling encontró que lo mostrado en la secuenciación parcial de esos nucleótidos en las mitocondrias está empezando a ser diferente de lo que se encuentra en las hormigas anfitrionas, pero que los genes en el núcleo tienen aún rasgos de la relación ancestral entre éstas y el parásito, lo que ha llevado a los autores del estudio a concluir que la M. castrator ha empezado a alejarse evolutivamente de su anfitrión.
Rabeling admite que comparar solo algunos genes nucleares y mitocondriales puede no ser suficiente para demostrar sin sombra de duda que las hormigas parasitarias son una especie completamente nueva, pero la cuestión se aclarará pronto, pues el grupo ya trabaja en secuenciar los genomas mitocondriales y nucleares completos de estas hormigas parasitarias y de sus anfitrionas.
Las hormigas parasitarias necesitan ser discretas porque aprovecharse de la especie anfitriona comporta una conducta que está considerada un tabú en la sociedad de las hormigas. Se sabe de casos de turbas de hormigas obreras furiosas matando a ladronas descubiertas como tales. Como resultado de ello, la reina parásita de la nueva especie ha evolucionado adoptando un tamaño menor, haciéndola difícil de distinguir de una obrera anfitriona.
Las reinas anfitrionas y los machos de su misma especie se aparean en una ceremonia aérea, solo durante una estación particular, cuando empieza a llover. Rabeling encontró que las reinas parasitarias y sus machos, necesitando ser más discretos sobre sus actividades reproductoras, se han separado del patrón de apareamiento de las anfitrionas. Al necesitar ocultar su identidad parásita, los machos y hembras de M. castrator no podían dejarse ver de ese modo tan ostentoso en tales ceremonias aéreas de apareamiento, y acabaron perdiendo sus adaptaciones especiales que las permitían reproducirse en vuelo. Ahora se aparean dentro del hormiguero de las anfitrionas, lo que las imposibilita para interactuar sexualmente con su especie anfitriona.

DESENTRAÑAN EL ORIGEN GEOGRÁFICO DE LA ABEJA

noticiasdelaciencia.com

Se han presentado los resultados del primer análisis global de la variación genómica de las abejas melíferas. Los resultados muestran un nivel sorprendentemente alto de diversidad genética en las abejas, e indica que el origen de estos carismáticos insectos está muy probablemente en Asia, y no en África como se pensaba previamente.

Una abeja melífera en una flor. (Foto: Matthew Webster)

La abeja (especie Apis mellifera) tiene gran importancia para la humanidad. Un tercio de nuestros alimentos depende de la polinización de plantas ejercida por las abejas y otros insectos. Además, la miel que elaboran las abejas ha sido históricamente un producto muy apreciado por la humanidad. Por esas razones y otras, las cuantiosas desapariciones de colonias de abejas melíferas en años recientes son un problema preocupante.
Además, como otros insectos, las abejas están amenazadas por enfermedades, cambios climáticos, y en su caso también prácticas apícolas inadecuadas. Para combatir estas amenazas es importante conocer bien la historia evolutiva de las abejas y cómo se han adaptado a los diferentes entornos a lo largo y ancho del mundo.
Empleando técnicas sofisticadas de análisis genómico, un equipo internacional, integrado, entre otros, por Matthew Webster, de la Universidad de Uppsala en Suecia, y Pilar De la Rúa, de la Universidad de Murcia en España, ha identificado altos niveles de diversidad genética en abejas. A diferencia de lo que ha ocurrido con otros animales criados por humanos, la gestión humana de las abejas parece haber aumentado los niveles de variación genética de estos insectos por la mezcla de abejas procedentes de diferentes partes del mundo. Los resultados de esta investigación parecen pues indicar que unos niveles altos de endogamia no son la causa, o al menos no la principal, del síndrome de despoblamiento apícola, un inquietante fenómeno que lleva a las abejas de una colmena a abandonar ésta y sus reservas de alimento en pleno invierno, lo que provoca su muerte.
Otro resultado inesperado ha sido que las abejas parecen derivar de un linaje antiguo de abejas que anidaban en cavidades, las cuales llegaron de Asia hace alrededor de 300.000 años y se extendieron rápidamente a lo largo y ancho de Europa y África. Esto contradice las conclusiones de investigaciones anteriores que sugerían que las abejas se originaron en África.
Ocultas hasta ahora en los patrones de la variación genética, hay señales que indican grandes fluctuaciones cíclicas en el tamaño de las poblaciones del insecto, las cuales se correlacionan con patrones históricos de glaciación. Esto indica que los cambios climáticos han tenido históricamente un fuerte impacto en las poblaciones de abejas.
Las poblaciones europeas de abejas parecen haberse contraído durante las edades de hielo, mientras que las poblaciones africanas se expandieron en esas épocas, lo que sugiere que las condiciones ambientales fueron más favorables allí.

jueves, 25 de septiembre de 2014

¿LA EXTRAÑA CONDUCTA DE LAS ABEJAS EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS ES UNA ALERTA DE PROBLEMAS INMINENTES PARA LOS HUMANOS?

noticiasdelaciencia.com

La situación se ha vuelto bastante común en diversas partes del mundo, sobre todo en Europa y América del Norte. En primavera, los apicultores examinan el interior de las colmenas que están a su cargo y se topan con un misterio ecológico: En vez de hallar abejas hambrientas, deseosas de comenzar a volar por los alrededores para recolectar comida, las colmenas están vacías, y, a la inversa, los panales que deberían estar casi vacíos de miel después del largo invierno, están llenos. Por alguna razón, durante los meses más fríos del invierno, estas abejas deciden abandonar la colmena y no regresan a ella, falleciendo en el exterior.

Chengsheng (Alex) Lu considera que existe una inquietante pregunta aún sin respuesta: ¿Los pesticidas con neonicotinoides tienen algo que ver con el reciente aumento de casos de niños con afecciones neurológicas como el autismo y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad? (Foto: Kris Snibbe / Harvard Staff Photographer)

El síndrome de despoblamiento apícola, conocido popularmente como "trastorno de colapso de colonias" o con nombres parecidos, sigue siendo un misterio con implicaciones preocupantes para el futuro abastecimiento a la humanidad de bastantes alimentos de origen vegetal cuya producción depende, en parte, de polinizadores como las abejas. Entre las explicaciones que se han propuesto, figuran la acción de patógenos, efectos nocivos inadvertidos de prácticas apícolas modernas, la desnutrición, el cambio climático y ciertos pesticidas.
Chengsheng (Alex) Lu, profesor en la Escuela de Salud Pública de la Universidad Harvard, en Boston, Massachusetts, Estados Unidos, considera que las posibles consecuencias que para la salud humana tiene el fenómeno causante del síndrome de despoblamiento apícola se extienden más allá de la caída en la polinización. Concretamente, su mayor temor es el impacto en los seres humanos de pesticidas con neonicotinoides, de los que hay fuertes sospechas de que tienen un papel clave en el trastorno sufrido por las abejas. Ese impacto sería a través de la exposición a dosis lo bastante pequeñas como para no disparar alarmas, pero durante el tiempo suficiente como para causar problemas. Lu considera que existe una inquietante pregunta aún sin respuesta: ¿Esos pesticidas tienen algo que ver con el reciente aumento de casos de niños con afecciones neurológicas como el autismo y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad?
En un intento de desentrañar el misterio, Lu ha realizado investigaciones pioneras sobre el impacto de los pesticidas con neonicotinoides en las abejas. Todo comenzó cuando en una investigación, cuyos resultados se hicieron públicos en 2012, replicó experimentalmente el síndrome de despoblamiento apícola, alimentando a abejas con agua azucarada con diferentes niveles de neonicotinoides durante 13 semanas en el verano y observando qué pasaba.
Al principio, no pasó nada. Las colmenas parecían saludables y sin problema alguno a medida que las abejas se preparaban para el invierno. Luego, la semana antes de Navidad, unos tres meses después de detenido el tratamiento con neonicotinoides, las colmenas comenzaron a sufrir el trastorno. Finalmente, 15 de las 16 colmenas quedaron vacías, incluso las tratadas con la dosis más baja.
Dicho trabajo se destacó por brindar un vínculo concreto con los neonicotinoides, los cuales constituyen el grupo de pesticidas más utilizados en el mundo.
Un aspecto especialmente inquietante de esos experimentos es que las abejas que abandonaron las colmenas durante el desmoronamiento de las colonias no fueron las que ingirieron el agua azucarada mezclada con neonicotinoides. Durante el período de alta actividad del verano, las abejas viven tan sólo 35 días, por lo que las colonias que sufrieron el síndrome de despoblamiento apícola estaban integradas por la generación siguiente de abejas, lo que indica que el efecto aparentemente pasó de una generación a la siguiente.
Desde 2012, Lu ha seguido investigando los posibles vínculos entre los neonicotinoides, las abejas y la salud humana, ya que la abeja es un buen organismo modelo para analizar el impacto potencial de los pesticidas en el Ser Humano, así como los efectos potenciales trasmitidos entre generaciones, y cada vez está más convencido de que el síndrome de despoblamiento apícola es una señal de alerta de que los pesticidas con neonicotinoides están causando más daños a la población humana de lo que se creía.
Los neonicotinoides, sustancias químicas similares a la nicotina producida por las plantas de tabaco, se han vuelto comunes debido en parte a la facilidad de su uso. Como son solubles en agua, la planta los absorbe y disemina por sus tejidos. Las empresas de semillas han hecho que su distribución sea aún más fácil para los agricultores al recubrir las semillas con dichas sustancias, lo cual asegura que la planta nace conteniendo el pesticida.
En algunas partes del mundo, dichas sustancias no sólo están presentes en plantas que producen alimentos, sino que también lo están ampliamente en el stock de los viveros de plantas, incluyendo las plantas ornamentales de venta al público. Y ya se están detectando vínculos sospechosos con problemas en aves e invertebrados acuáticos. Recientemente, dimos la noticia (http://noticiasdelaciencia.com/not/11217/) de que una investigación indica que los pesticidas con neonicotinoides están asociados con un declive de población en aves insectívoras.
Lu cree que los apicultores hacen inadvertidamente que las abejas consuman dicho pesticida. Este es utilizado ampliamente para el maíz, el cual se emplea para fabricar jarabe de maíz rico en fructosa. Los apicultores suministran de forma rutinaria a las abejas el jarabe de maíz mezclado con agua.
Las abejas afectadas presentan una serie de trastornos neurológicos, incluyendo desorientación, regresar a colonias que no son la suya, y abandonar su colonia en invierno.

martes, 23 de septiembre de 2014

CÓMO EL METEORITO QUE ANIQUILÓ A LOS DINOSAURIOS RENOVÓ LOS BOSQUES DE LA TIERRA

noticiasdelaciencia.com

Hace 66 millones de años, un objeto cósmico rocoso de 10 kilómetros de diámetro impactó contra la península de Yucatán, cerca del lugar en el que hoy se encuentra la pequeña población de Chicxulub, con una fuerza de 100 teratones. En comparación, una explosión como las de las bombas atómicas arrojadas en Hiroshima y Nagasaki está en la escala de entre los 10 y los 30 kilotones. Mil kilotones son un megatón. Mil megatones son un gigatón. Mil gigatones son un teratón.


Una hoja fosilizada de una planta procedente de la Formación Hell Creek, en Dakota del Norte, Estados Unidos. (Foto: Benjamin Blonder)

Aquel colosal impacto cósmico dejó un cráter de más de 150 kilómetros de diámetro, y se asume que los consiguientes megatsunamis, incendios forestales, terremotos globales y vulcanismo generalizado, aniquilaron a los dinosaurios y dejaron vía libre para la entrada en escena de los mamíferos. Pero, ¿qué les pasó a las plantas que alimentaban a los dinosaurios?
El impacto del meteorito diezmó a los vegetales de hoja perenne entre las plantas con flores de un modo mucho más grande que a las plantas análogas, de sus mismas zonas, pero de hoja caduca, según un nuevo estudio.
Aplicando fórmulas biomecánicas a miles de hojas fosilizadas de angiospermas (plantas con flores) de un valioso conjunto paleontológico, el equipo de Benjamin Blonder, de la Universidad de Arizona en la ciudad estadounidense de Tucson, pudo reconstruir la ecología de una comunidad de plantas diversa, que prosperó durante un período de unos 2,2 millones de años, abarcando el suceso cataclísmico del impacto, el cual se cree que aniquiló a más de la mitad de las especies de plantas que vivían en esa época.
Los investigadores han encontrado pruebas de que después de la catástrofe, las angiospermas vegetales de hoja caduca, de crecimiento rápido, reemplazaron en gran medida a las compañeras vegetales de hoja perenne y de lento crecimiento.

El estudio proporciona evidencias muy buscadas sobre cómo se desarrolló esa gran  extinción en las comunidades vegetales de la época. Si bien se sabía que las especies de plantas que existieron antes del impacto fueron diferentes de las que vinieron después, los datos eran escasos en cuanto a si los cambios en los conjuntos de plantas fueron solo un fenómeno aleatorio o un resultado directo de la citada catástrofe.
Si pensamos en una extinción masiva causada por un acontecimiento catastrófico como un gran meteorito impactando contra la Tierra, podríamos imaginar que todas las especies tendrían las mismas probabilidades de morir; la supervivencia del más apto no se aplica: un impacto de esa magnitud es como darle al botón de reinicio a un ordenador. La hipótesis alternativa, sin embargo, es que algunas especies tenían propiedades que las permitieron sobrevivir.
El nuevo estudio proporciona evidencias de un cambio drástico desde las plantas de crecimiento lento a las especies de crecimiento rápido. Esto nos dice que la extinción no fue aleatoria, y que la forma en que una planta obtiene sus recursos predice cómo responderá ante una perturbación muy grave. Y esto, potencialmente, nos explica también porqué hoy en día los bosques modernos son a menudo de hoja caduca y no de hoja perenne.

CAPACIDAD INESPERADA DE ALGUNAS CIANOBACTERIAS PARA OBTENER ENERGÍA MEDIANTE UN PROCESO ALTERNATIVO

noticiasdelaciencia.com

Las cianobacterias que crecen en entornos con abundante luz roja en el límite humano de visibilidad cromática por estar en la frontera con la banda infrarroja utilizan un proceso previamente desconocido de recolección de energía. El descubrimiento marca el punto de partida de futuras investigaciones adicionales dirigidas hacia la mejora del crecimiento vegetal y de la captura de energía del Sol, y también ayudará a conocer mejor las causas de las proliferaciones masivas de cianobacterias en lagos.

Microcolonias de células cianobacterianas de la cepa JSC-1 de Leptolyngbya. La imagen muestra que las células crecen hacia la luz cuando se les proporciona esta solamente desde arriba. (Foto: Igor I. Brown, NASA JSC)

El equipo de Donald Bryant, profesor de biotecnología en la Universidad Estatal de Pensilvania, ha mostrado que algunas cianobacterias, popularmente conocidas también como algas verdiazules, pueden crecer en un ambiente dominado por la citada luz roja en la frontera con la banda infrarroja (luz del rojo lejano). La mayor parte de las cianobacterias no pueden “ver” esta luz en absoluto. Pero Bryant y sus colegas han encontrado un nuevo subgrupo de cianobacterias que pueden absorber y utilizar la luz del rojo lejano, y han descubierto alguna de las sorprendentes formas que tienen de manipular sus genes para conseguir crecer usando solo estas longitudes de onda.
Los científicos descubrieron que una cepa de cianobacterias, concretamente la Leptolyngbya JSC-1, cambia completamente su sistema fotosintético para poder usar la luz del rojo lejano, que incluye longitudes de onda algo más largas que 700 nanómetros (hasta unos 800 nanómetros), un poco más largas que lo que la mayor parte de las personas podemos ver. Los experimentos del equipo de Bryant revelaron que estas cianobacterias reemplazan diecisiete proteínas en tres complejos principales que utilizan luz, generando también dos nuevos pigmentos de clorofila que pueden capturar la luz del rojo lejano. Las células usan asimismo pigmentos adicionales de modos nuevos. Los científicos descubrieron además que los organismos consiguen esta proeza biológica muy rápidamente, activando un gran número de genes para modificar el metabolismo celular y apagando simultáneamente otra gran cantidad de genes distintos.
Dado que los genes que se activan son aquellos que determinan qué proteínas producirá el organismo, esta remodelación masiva del perfil genético disponible tiene un efecto drástico, cuyo resultado final es una célula muy diferenciada que es entonces capaz de crecer en un ambiente rico en luz del rojo lejano. Lo más llamativo es que el organismo es mejor que otras cepas de cianobacterias a la hora de producir oxígeno cuando la iluminación es la citada.

lunes, 22 de septiembre de 2014

INNOVADOR MÉTODO PARA PREDECIR LAS INVASIONES BIOLÓGICAS DE ESPECIES EXÓTICAS

ecoticias.com

Un equipo internacional de científicos de España, Italia y Estados Unidos, con participación del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona y de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), ha desarrollado un método que permite predecir de forma rápida y sencilla qué especies exóticas pueden desarrollar poblaciones invasoras.




El método, publicado en la revista 'Ecology Letters', se basa en comparar la morfología de la especie exótica con la de las especies nativas para poder hacer una predicción de su éxito, ha informado este viernes el Centro Superior de Investigaciones Científicas (Csic) en un comunicado.
Los expertos han analizado especies de peces del mar Rojo que han entrado en el Mediterráneo a través del Canal de Suez: se trata de uno de los procesos de cambio de mayor escala de la historia, que se inició a principios del siglo XX y que se ha agudizado en los últimos años.
El representante del Istituto Superiore per la Protezione e la Ricerca Ambientale (Ispra) de Italia Ernesto Azzurro ha explicado que el método se basa en "marcar distintas partes de la anatomía de un ejemplar de cada especie para definir un espacio morfológico dentro del cual cada especie ocupa un lugar".
Especies de forma de vida similar, ha añadido Azzurro, "se encuentran cercanas en este morfoespacio, lo que indica que su anatomía y el tipo de nicho ecológico ocupado se encuentran fuertemente relacionados".
Esta relación entre nicho ecológico y potencialidad de invasión, que el científico Charles Darwin ya había avanzado en su libro 'El origen de las especies', "permite predecir las posibilidades de éxito de una nueva especie introducida".

CAPACIDAD DE EXPLOTAR

El representante del Instituto de Ciencias del Mar Antoni Lombarte ha explicado que una especie nueva que sea similar a las ya existentes tendrá menos posibilidades de desarrollar poblaciones invasoras, "dado que su capacidad de explotar los recursos existentes ya la poseen las poblaciones residentes, bien establecidas".
"En cambio, si existen zonas del espacio morfológico más vacías --lo que significa nichos no ocupados y por lo tanto oportunidades nuevas-- el invasor tiene posibilidades de progresar, aunque de forma limitada", ha añadido Lombarte.
Por último, aquellas especies que posean una morfología que las aleje de todas las morfologías presentes en el hábitat receptor, tendrá "enormes oportunidades de expandirse".
Aunque la mayoría de las especies exóticas no sobreviven o permanecen inocuas en los lugares de introducción, algunas se adaptan al ambiente de forma más eficiente que las especies nativas, y en el peor de los casos llegan a dominar el ecosistema, lo que conlleva graves perjuicios ecológicos y económicos.
El mejillón cebra o el caracol manzana son dos ejemplos de hasta qué punto el éxito de un invasor puede destruir y dañar irreversiblemente un hábitat natural.

domingo, 21 de septiembre de 2014

LOS HUMANOS Y LOS CHIMPANCÉS SON LAS ÚNICOS SERES VIVOS QUE ATACAN COORDINADAMENTE A OTROS MIEMBROS DE SU MISMA ESPECIE

ecoticias.com

De todas las especies del mundo, los humanos y los chimpancés se cuentan entre las únicas que participan en ataques coordinados contra otros miembros de su misma especie. Jane Goodall fue una de las primeras en introducir la idea de letales matanzas intercomunitarias y desde entonces primatólogos y antropólogos han debatido durante mucho tiempo el concepto de guerra en este género.



Expertos internacionales en simios publican en 'Nature' que la interferencia humana no determina las agresiones entre chimpancés, en contra de lo que han sostenido varios científicos.
De todas las especies del mundo, los humanos y los chimpancés se cuentan entre las únicas que participan en ataques coordinados contra otros miembros de su misma especie. Jane Goodall fue una de las primeras en introducir la idea de letales matanzas intercomunitarias y desde entonces primatólogos y antropólogos han debatido durante mucho tiempo el concepto de guerra en este género.
Algunas teorías de investigación se han centrado en el aumento de ganancias y beneficios de matar a los competidores y el mayor acceso a los recursos, tanto de alimentos como de parejas. Por el contrario, otros científicos han argumentado que la guerra entre chimpancés es el resultado del impacto humano sobre esta especie, como la destrucción del hábitat o el aprovisionamiento de alimentos, en lugar de estrategias de adaptación.
El nuevo estudio comenzó como una respuesta a un creciente número de expertos que afirman que la violencia chimpancé ha sido provocada por los impactos humanos. "Si estamos usando a los chimpancés como un modelo para entender la violencia humana, tenemos que saber qué hace realmente que los chimpancés sean violentos", afirma el autor principal del trabajo, Michael L. Wilson, investigador de la Universidad de Minnesota.
"Los seres humanos han influido mucho en los bosques tropicales y los chimpancés africanos y una de las preguntas de hace mucho tiempo es si la perturbación humana es un factor subyacente que causa la agresión letal observada", plantea el coautor David Morgan, investigador del de Chicago, Estados Unidos.
"Una clave de esta investigación es que la influencia humana no estimula el aumento de la agresión dentro o entre comunidades de chimpancés", sentencia Morgan, quien ha estudiado los chimpancés en lo profundo de los bosques de la República del Congo durante 14 años.
Un equipo de 30 investigadores de simios reunió un conjunto extenso de datos que abarcan cinco décadas de investigación recogidos de 18 comunidades de chimpancés que experimentan diversos grados de influencia humana. En total, los datos incluyen el análisis del patrón de 152 muertes cometidas een conflictos protagonizados por los chimpancés.
Las principales conclusiones de su análisis indican que la mayoría de los atacantes violentos y las víctimas del ataque son chimpancés machos, y la información es consistente con la teoría de que estos actos de violencia son impulsados por los beneficios de una buena adaptación en lugar de los impactos humanos.
"Las comunidades de chimpancés salvajes a menudo se dividen en dos grandes categorías en función de si viven en ambientes perturbados por el hombre o libres de su presencia --explica Morgan--. Sin embargo, en realidad, la perturbación humana puede ocurrir de forma continua y los sitios incluidos en esta investigación abarcó el espectro. Encontramos que el impacto humano no predijo la tasa de muerte entre las comunidades".
"Cuanto más aprendemos acerca de la agresión de chimpancé y de los factores que provocan los ataques letales entre los chimpancés, los administradores de los parques y los funcionarios gubernamentales están más preparados para abordar y mitigar los riesgos para las poblaciones especialmente con el cambio de uso de la tierra por los seres humanos en el hábitat de los chimpancés", concluye.

jueves, 18 de septiembre de 2014

EL RECHAZO FRENTE A LA INJUSTICIA ENTRE PRIMATES NOS EMPUJA A COOPERAR

agenciasinc.es

Una amplia revisión de estudios sobre la moral de primates y otros animales prueba que las especies cuyos individuos cooperan entre sí son muy sensibles ante las desigualdades. Los monos capuchinos, por ejemplo, se rebelan cuando reciben un premio menos sabroso que el del compañero. Solo los humanos y algunos primates, como los chimpancés, somos capaces de quejarnos si el reparto es injusto para el prójimo; y lo hacemos para evitar futuros conflictos.

Los monos capuchinos viven en sociedades cooperativas. / Brosnan

Usted está contento con su salario hasta que se entera de que su compañero de al lado, con el mismo puesto, gana más. La razón evolutiva de este fuerte sentido de la equidad, que los humanos comparten con otros animales, intriga a los científicos. “Nos interesa saber por qué los humanos no somos felices con lo que tenemos, aunque sea bueno, si alguien tiene más que nosotros”, dice la psicobióloga Sarah Brosnan, de la Universidad Estatal de Georgia (EE UU).
“En este sentido de la justicia se fundamentan desde la discriminación salarial hasta la política internacional”, añade Brosnan; sin embargo, no se sabe cuál es su origen en la historia de la evolución. En busca de sus raíces, durante las dos últimas décadas se ha generado una gran cantidad de literatura sobre la moral de los animales, en especial de los primates.
Brosnan y el primatólogo Frans de Waal, de la Universidad Emory (Atlanta, EE UU) han publicado en la revista Science una revisión de más de noventa artículos sobre las respuestas a la desigualdad de primates y otras especies. Los científicos han llegado a la conclusión de que “el sentido de la justicia no ha evolucionado porque sí, sino para asegurar los beneficios que se obtienen de la cooperación a largo plazo”.
Para De Waal, la moral se basa en dos pilares fundamentales: la reciprocidad y la empatía. Solo en relaciones de cooperación de las que se espera un beneficio recíproco surge, en algunas especies, el concepto de justicia.
Entre primates es habitual establecer vínculos de cooperación con otros, incluso si no son parientes. Precisamente, con individuos ajenos a la familia el rechazo a la injusticia se hace más fuerte. Frans de Waal explica a Sinc por qué: “Hay menos competición en estas relaciones. Cuando los individuos viven juntos durante mucho tiempo, pierden la cuenta de las veces que colaboran. Pero si yo le hago un favor a un conocido, lo recordaré por ser algo que no sucede con demasiada frecuencia”.
El problema para la cohesión de la comunidad comienza cuando el conocido no colabora como se espera o si obtiene más beneficios que los demás. Según explican los investigadores, “los individuos que perciben resultados desiguales podrían obstaculizar la cooperación y encontrar un nuevo compañero”.

¿Por qué a mí me dan pepino y a mi compañero uvas?

Los experimentos llevados a cabo con primates, perros, elefantes y cuervos sostienen que los animales que trabajan de forma cooperativa reconocen la injusticia en los resultados que son fruto de un esfuerzo similar.
En un conocido experimento realizado por De Waal y Brosnan, dos monos capuchinos (Cebus capucinus) recibían un trozo de pepino por una acción realizada correctamente.
En un primer momento, ambos aceptaban el premio, hasta que uno de ellos observaba que, por el mismo esfuerzo, su compañero obtenía una gratificación superior: uvas. El mono, entonces, rechazaba el pepino pese a que esto agrandaba la diferencia entre ambas recompensas. Pese a que las uvas siempre habían estado a la vista, junto a los trozos de pepino, no habían sido un problema hasta que su compañero se beneficiaba de ellas.
La extrapolación de este experimento a los seres humanos es el juego del ultimátum. En él participan dos individuos. Uno se encarga de repartir una cantidad de dinero fija de forma que, si el otro está de acuerdo con la distribución, ambos reciben la cantidad aceptada, pero de no hacerlo, no hay recompensa para ninguno. A grandes desigualdades –cuya percepción depende de la cultura–, el sujeto que recibe una oferta menor a la esperada castiga al compañero negándole la recompensa.
Brosnan y de Waal distinguen dos tipos de aversión a la desigualdad: la que supone una ventaja para el individuo y la que juega en su contra. Lo más común entre todas las especies es protestar cuando la injusticia nos perjudica. Solo los humanos y algunos primates, como los chimpancés, se sienten incómodos ante una desigualdad que les beneficia e incluso llegan a rechazar el trato de favor.
“Renunciar a una ventaja para conseguir un beneficio a largo plazo requiere no solo capacidad de pensar en el futuro, sino también cierto autocontrol”, explica Brosnan. Este segundo paso, que exige habilidades cognitivas superiores, lleva a un verdadero sentido de la justicia, añade la autora.

La actitud también cuenta

Según varios de los estudios analizados por los dos investigadores, para algunos animales la actitud a la hora de colaborar es tan importante como los resultados. Por ejemplo, los monos capuchinos son reticentes a colaborar con un individuo que monopoliza la recompensa.  Esto indica que “lo que impide la colaboración no es la desigualdad per se, sino que se combina con la actitud del compañero”.
Para De Waal, esto también nos sucede a los humanos. Preferimos no colaborar con personas que nos han demostrado actitudes nocivas, incluso renunciando a una recompensa segura.
El estatus de los individuos es otro factor determinante en la respuesta a la desigualdad. En grupos de primates con jerarquías muy establecidas, los individuos acatan situaciones que no les benefician a favor de los miembros más influyentes del grupo, porque es lo que se considera justo, pero no las aceptan con miembros de su misma posición social.
Los estudios revelan una mayor tendencia de los chimpancés a actuar de manera solitaria frente a otras especies como los monos capuchinos o los bonobos.
Para De Waal, esta actitud independiente puede proporcionar ventajas siempre que sea viable, pero no siempre lo es: “Si un chimpancé puede obtener ventajas por sí mismo, preferirá actuar solo. Los humanos probablemente también. Pero hay algunas ventajas que no puede obtener solo y necesita compañeros. Ahí es donde surge la cooperación y empieza a cobrar sentido comparar los propios esfuerzos con sus recompensas”.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

PECES ESPECIALIZADOS HACEN DE MÉDICOS PARA LOS ARRECIFES DE CORAL

ecoticias.com

Un estudio internacional alerta de que la biodiversidad de los arrecifes de coral no puede proporcionar el nivel de seguridad para la supervivencia de estos ecosistemas. Para ello, los autores de la investigación, que se publica en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', creen relevante identificar y proteger a las especies más importantes dentro de los ecosistemas de los arrecifes.



En los arrecifes de coral, al igual que en cualquier sociedad moderna, hay trabajos vitales que mantienen la seguridad y funcionalidad del ecosistema, pero, en muchos casos, una sola especie de pez tiene un papel único y esencial, por lo que el ecosistema es vulnerable a la pérdida de esa especie, argumenta uno de los principales ecologistas sobre arrecifes de coral de Australia, el profesor David Bellwood, del
Este experto y un equipo de colegas internacionales, liderados por el profesor David Mouillot, de la Universidad de Montpellier, en Francia, examinaron los "trabajos" de más de 6.000 especies de peces de arrecife de coral a través de 169 sitios en el mundo. "A menudo suponemos que si perdemos una especie en un arrecife, hay muchas otras que pueden intervenir y hacerse cargo de su trabajo", explica Bellwood.
Pero él y sus colegas consideran que esto no sucede así, sino que si un ecosistema de arrecife perdiera una especie que lleva a cabo un papel "especialista", el impacto podría ser profundo. "Podríamos perder fácilmente un tipo de pez que no tiene sustituto ni reemplazo --afirma el profesor Bellwood--. Desafortunadamente, nos hemos vuelto complacientes, hemos asumido que la biodiversidad proporcionará algo de tiempo y algún tipo de seguro, pero eso no necesariamente es así".

EL PEZ LORO

"No se trata de un número de especies -añade el profesor David Mouillot--. La biodiversidad es importante y deseable en un ecosistema, pero no es necesariamente la clave para que esté a salvo y seguro". Bellwood pone como ejemplo el pez loro, explicando que entre miles de especies de peces de arrecife, en la Gran Barrera de Coral sólo una especie de pez loro realiza regularmente la tarea de raspado y limpieza de los arrecifes de coral cerca de la costa.
"Este pez loro es una especie particularmente valiosa", dice, comparando este resultado con una gran ciudad con muchos habitantes pero con un sólo médico. "Para proteger los ecosistemas, tenemos que garantizar que se mantengan los puestos de trabajo específicos -pone como ejemplo Bellwood--. Y eso significa que debemos proteger a los peces que los hacen".

martes, 16 de septiembre de 2014

LAS CARAS HUMANAS HAN EVOLUCIONADO PARA SER ÚNICAS E INCONFUNDIBLES

agenciasinc.es

Los rostros de las personas son muy diferentes entre sí, mucho más que los de de la mayoría de los animales. Esta diversidad es el resultado de la presión evolutiva para que cada individuo sea fácilmente reconocible dentro de un grupo complejo y evitar así el caos social, según un estudio de la Universidad de California en Berkeley.

Los humanos tienen caras inusualmente distintivas porque han sido objeto de una selección, para ser únicos y fácilmente reconocibles. / Fotalia. 

La gran variedad de los rostros humanos no tiene comparación en el reino animal. Que la cara de cada persona sea única e irrepetible es el resultado de presiones evolutivas que han conseguido evitar el caos en la identidad dentro de grupos sociales complejos, según un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications.
Un equipo de científicos, liderado por la Universidad de California en Berkeley (EE UU), midió los rasgos faciales y corporales humanos para mostrar que los rostros de las personas son mucho más variables en su forma y diseño que en otros animales.
Además, examinaron una gran base de datos genética de personas de ascendencia africana y europea para encontrar pruebas de una mayor variación en las regiones asociadas con las características faciales.
“Se analizaron los datos genéticos de poblaciones de África, Europa y Asia del proyecto 1.000 Genomas para buscar firmas de la selección natural en las regiones del genoma asociadas con la variación en la morfología facial humana”, explica a Sinc Michael Joseph Sheehan, autor principal del trabajo e investigador de la Universidad de California.
Los científicos se preguntaron si los humanos tienen caras inusualmente únicas –en comparación con otros animales– porque la selección ha propiciado que sean fácilmente reconocibles. “Si este fuera el caso –añade el experto– las zonas del genoma asociadas con patrones faciales tendrían niveles elevados de diversidad genética dentro de las poblaciones. El resultado es que esa es la realidad”.  
Los investigadores encontraron que los rasgos faciales son mucho más variables que los corporales, tales como la longitud de la mano. Las personas con brazos más largos, por ejemplo, suelen tener las piernas más largas, mientras que los humanos con narices más anchas o de ojos muy separados no tienen por qué lucir narices largas.
Asimismo, el hallazgo supone que las presiones evolutivas han intervenido para mantener altos niveles de diversidad en los rostros.
“Muchas otras especies utilizan las caras para el reconocimiento individual. Este tipo de identificación está presente en muchos primates e incluso se ha demostrado su papel en algunas avispas. Otras especies sin variaciones en sus caras pueden utilizar otros rasgos tales como vocalizaciones o marcas olfativas para el reconocimiento. Sin embargo, no hay evidencias de que este tipo de rasgos también sean seleccionados para ser más diferentes entre sí”, apunta el investigador.
Este es el primer estudio en animales que ha proporcionado pruebas de selección de señales de identidad mediante el análisis de la variación genética.
"Está claro que reconocemos a la gente por muchos rasgos –por ejemplo, su altura o su modo de andar– pero nuestros hallazgos sostienen que pero las facciones de la cara son las más determinantes", concluye Sheehan.

Caras diferentes antes de ser humanos modernos

Las similitudes en estas regiones específicas del genoma, en comparación con las secuencias de los neandertales, también indican que esta variación puede incluso preceder al origen de los humanos modernos.
“Al comparar la variación genética que se encuentra en los humanos modernos con las secuencias del genoma de los neandertales y los homínidos de Denisova (otro homínido arcaico) encontramos que las secuencias de los individuos antiguos se encuentran dentro de la diversidad humana moderna. Esto significa que la variación que vemos en los humanos modernos debe haberse originado antes de la división entre los linajes humanos y neandertales”, asegura el científico.

Referencia bibliográfica:

Michael J. Sheehan y Michael W. Nachman. “Morphological and population genomic evidence that human faces have evolved to signal individual identity”, Nature Communications, 16 de septiembre de 2014. DOI: 10.1038/ncomms5800

lunes, 15 de septiembre de 2014

LAS SEÑALES QUÍMICAS EN LA ATMÓSFERA DE OTROS MUNDOS DELATADORAS DE LA PRESENCIA DE VIDA

noticiasdelaciencia.com

Los astrónomos que buscan en las atmósferas de otros mundos señales de la existencia de gases cuya abundancia pueda deberse a la presencia de formas de vida allí, no pueden fiarse de la detección de uno solo de los gases sospechosos, como el oxígeno, el ozono o el metano, dado que en algunos casos estos gases se pueden producir por medios no biológicos. En cambio, el metano y el oxígeno juntos, o el metano y el ozono juntos, sí serían señales bastante contundentes de la existencia de vida. A esta conclusión y otras se ha llegado en un estudio realizado por el equipo de Shawn Domagal-Goldman, del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, en Greenbelt, Maryland, Estados Unidos, y Antígona Segura, de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la ciudad de México.

Izquierda: La presencia de moléculas de ozono en la atmósfera de un planeta quizá podría delatar la existencia de actividad biológica; pero el ozono acompañado por dióxido de carbono y monóxido de carbono, sin metano, denota muy posiblemente que el ozono se ha generado por procesos no biológicos. Derecha: La presencia simultánea, en cantidades significativas, de ozono, oxígeno, dióxido de carbono y metano, sin monóxido de carbono, indica altas probabilidades de intervención de mecanismos biológicos. (Imagen: NASA)

Durante más de cuatro años, los investigadores trabajaron con modelos digitales simulando cuidadosamente miles de veces la química de la atmósfera de mundos hipotéticos carentes de vida, introduciendo infinidad de variaciones en la composición química de la atmósfera y en el tipo de estrella en torno a la cual tales mundos giraban.
Al ejecutarse las simulaciones, en algunos casos se generaban, sin intervención alguna de mecanismos biológicos, cantidades lo bastante grandes como para que hubieran resultado sospechosas, de algún gas que en la atmósfera de la Tierra a menudo está promovido por procesos biológicos.
Antes se creía que el ozono y el oxígeno eran biofirmas contundentes por sí mismas. El ozono consta de tres átomos de oxígeno unidos. En la Tierra, el ozono se produce cuando el oxígeno molecular (dos átomos de oxígeno unidos) y el oxígeno atómico (un solo átomo de oxígeno) se combinan, después de que el oxígeno atómico sea liberado por otras reacciones energizadas por la luz solar o los relámpagos. La vida es la principal fuente de oxígeno molecular en nuestro planeta, ya que el gas es producido por la fotosíntesis en los vegetales y en algunos organismos unicelulares microscópicos. Dado que la vida es la principal productora de oxígeno, y el oxígeno es necesario para la generación de ozono, se consideraba a ambos gases como biofirmas bastante fiables por sí mismas. Sin embargo, los resultados del nuevo estudio demuestran que tanto el oxígeno molecular como el ozono pueden generarse en ciertas atmósferas sin intervención alguna de mecanismos biológicos, cuando la luz ultravioleta descompone dióxido de carbono (un átomo de carbono unido a dos átomos de oxígeno). Lo descubierto por el equipo de Domagal-Goldman y Segura sugiere que este proceso no biológico podría crear suficiente ozono para que fuese detectable a gran distancia desde la Tierra, por lo que la detección de ozono por sí misma no sería un signo definitivo de la existencia de vida.
El metano es un átomo de carbono unido a cuatro átomos de hidrógeno. En la Tierra, gran parte del metano se produce biológicamente (las ventosidades de las vacas son un ejemplo popular clásico). Sin embargo, el metano también puede aparecer en la atmósfera por medios no biológicos: Un ejemplo de esto último lo constituyen los volcanes del fondo del mar, que pueden liberar el gas después de que se produzca por reacciones químicas entre el agua de mar y componentes de las rocas en el fondo marino.
En cambio, los resultados de la investigación refuerzan la teoría de que el metano y el oxígeno juntos, o el metano y el ozono juntos, sí son señales robustas de vida, ya que en las simulaciones no se generó ningún falso positivo para esas parejas.
La presencia simultánea de moléculas de metano y oxígeno en una atmósfera es un signo fiable de actividad biológica porque el metano no dura mucho tiempo en una atmósfera que contenga moléculas portadoras de oxígeno. Si ambos son detectados coexistiendo en una atmósfera, eso implica que el metano se ha liberado a la atmósfera recientemente, ya que el oxígeno intervendrá en un conjunto de reacciones que consumirán el metano en poco tiempo. Por tanto, si se sigue detectando metano, eso significa que está siendo producido de manera continuada, en un proceso que reabastece a la atmósfera. Y los procesos más factibles capaces de liberar metano de manera continuada en una atmósfera rica en oxígeno son todos de tipo biológico. Lo mismo sucede a la inversa: Para mantener la presencia de oxígeno en una atmósfera que posee cantidades significativas de metano, se requiere un proceso que libere de manera continuada oxígeno a la atmósfera, y los procesos más factibles capaces de hacer eso son también de tipo biológico todos ellos.
Los astrónomos detectan sustancias químicas en las atmósferas de exoplanetas midiendo los colores de la luz de la estrella en torno a la cual gira el exoplaneta (planeta de fuera de nuestro sistema solar) cuando esta luz pasa a través de la atmósfera del exoplaneta. Cuando esto ocurre, parte de la luz es absorbida por las moléculas atmosféricas. Diferentes moléculas absorben diferentes colores de la luz, por lo que los astrónomos usan estas características de absorción como "firmas" exclusivas del tipo y la cantidad de moléculas presentes.
En la investigación también han trabajado Mark W. Claire de la Universidad de St. Andrews en el Reino Unido, Tyler D. Robinson del Instituto de Astrobiología de la NASA, y Victoria S. Meadows de la Universidad de Washington en Seattle, Estados Unidos.

domingo, 14 de septiembre de 2014

LAS ABEJAS SON ‘REINAS’ DE LA BIODIVERSIDAD Y ESTÁN EN SERIO PELIGRO

ecoticias.com

En todo el mundo hay entre 25.000 y 30.000 especies de abejas de las cuales 2.500 se encuentran en Europa y en España más de 1.000. Solo por si mismas ya son un elemento fundamental de la biodiversidad.







Pero su importancia y la de otros polinizadores para la biodiversidad en la Tierra es incuestionable. El 71% de los principales cultivos a nivel mundial y cerca del 90% de las plantas con flor silvestres dependen de la polinización por insectos. Sin ellas frutos y semillas, fundamentales para la humanidad y para muchas otras especies, no existirían. Además, solo para la agricultura la polinización supone anualmente unos 265.000 millones de euros a nivel mundial, 22.000 millones de euros en Europa y más de 2.400 millones de euros en España. Sin embargo las poblaciones de abejas y otros polinizadores están en declive. 
De esto trata precisamente el congreso Eurbee 2014. Este congreso internacional reúne en Murcia a más de 300 científicos de 49 países, que durante estos días van a discutir sobre la dramática situación que viven las abejas melíferas en todo el mundo y de cómo las podemos salvar. 
En una entrevista reciente, la presidenta del congreso, investigadora y profesora en la Universidad de Murcia, Pilar de la Rúa, lo decía claramente: “El declive de los polinizadores es un indicador claro de que algo funciona mal”, “Se está observando un declive debido, fundamentalmente, a las actividades humanas: el uso de plaguicidas, cambios en el uso del suelo y la dispersión de patógenos (...)” y concluía “El trabajo de los insectos polinizadores es insustituible”.
Durante la primera ponencia magistral llevada a cabo por el investigador británico Dave Goulson quedó clara la gravedad del problema y la gran responsabilidad de la agricultura industrial y en particular de los plaguicidas. Estos no solo tienen efectos nocivos sobre las abejas (desde afectar, por ejemplo, su compleja capacidad de navegación desorientandolas hasta efectos agudos que provocan su muerte inmediata) sino que en el caso de los neonicotinoides se acumulan en el terreno en cantidades de hasta el 94% por lo que son absorbidas por otras plantas, afectan los acuíferos y dañan a otras especies beneficiosas y el ecosistema en general.
El profesor José Serrano, quien presentó a Dave Goulson, fue contundente y dijo que los plaguicidas “son bombas de relojería” porque “no conocemos ni todo el bien ni todo el mal que causan porque no se han estudiado a fondo”. Sin duda, un gran motivo para aplicar estrictamente el principio de precaución y no permitir su uso.
Conocemos las soluciones y con voluntad política podemos avanzar hacia ellas. Pero sin duda hay que actuar con urgencia prohibiendo en la inmediatez a los plaguicidas peligrosos para las abejas y otros insectos polinizadores y a largo plazo apostar por la agricultura ecológica, el único modelo de agricultura que demuestra cada dia que no solo es benéfico para las abejas y resto de biodiversidad sino que para nuestra propia salud.


Fuente original: http://www.greenpeace.org/

jueves, 11 de septiembre de 2014

EXTRAÑAS CRIATURAS MARINAS CON FORMA DE HONGO

noticiasdelaciencia.com

Una descripción científica pionera de extraños seres marinos con forma de hongo los sitúa como dos especies hasta ahora desconocidas de una nueva familia.Los nuevos organismos son multicelulares y básicamente no simétricos, con una densa capa de material gelatinoso entre la capa exterior de células de piel y la capa interior de células estomacales.

Imágenes del nuevo organismo de aguas profundas con forma de hongo. (Foto: Just et al. CC-BY.)

Estos llamativos organismos no pudieron ser situados en ningún grupo reconocido de animales, y han sido clasificados como dos nuevas especies en un nuevo género, Dendrogramma enigmatica y Dendrogramma discoides, en la nueva familia, Dendrogrammatidae.
El equipo de Jean Just, de la Universidad de Copenhague en Dinamarca, también encontró similitudes entre estos organismos y miembros de los filos Ctenophora y Cnidaria, lo que sugiere que podrían tener un parentesco evolutivo bastante cercano con uno de estos dos filos.
Los investigadores encontraron asimismo intrigantes similitudes con formas de vida extintas del Precámbrico, de hace unos 600 millones de años, a las que algunos expertos han considerado posibles “intentos” tempranos pero fallidos de vida multicelular.
Todo parece apuntar ahora a que esas dos especies representan una rama muy antigua del árbol de la vida, relacionada probablemente con parte de la fauna ediacárica, ya extinta, de hace unos 600 millones de años.

DESCUBREN BACTERIAS CAPACES DE PROSPERAR EN CEMENTERIOS NUCLEARES

noticiasdelaciencia.com

La eliminación de desechos nucleares es muy complicada, con volúmenes muy grandes destinados a ser enterrados a gran profundidad. El mayor volumen de desechos radiactivos, corresponde a los del tipo catalogado como de “nivel intermedio”, que deben ser encerrados en sarcófagos de hormigón antes de su almacenamiento en cámaras subterráneas especiales. Sin embargo, tarde o temprano, las aguas subterráneas acaban alcanzando estos materiales de desecho, y entonces reaccionan con el cemento, convirtiéndolo en altamente alcalino. Este cambio lleva a una serie de reacciones químicas, desencadenando la descomposición de los diversos materiales presentes en estos desechos complejos.


La bacteria, mostrada en el recuadro, fue hallada en muestras de tierra del Distrito de los Picos, una zona de tierras altas situada en Inglaterra. (Imagen: Universidad de Manchester)

Uno de los productos relacionados con estas actividades, el ácido isosacarínico, causa mucha preocupación porque puede reaccionar con una amplia gama de radionucleidos, elementos tóxicos e inestables que se constituyen durante la producción de energía nuclear y que dan forma al componente radiactivo del desecho nuclear. Si el ácido isosacarínico se enlaza químicamente a los radionucleidos, como por ejemplo, el uranio, entonces se vuelven mucho más solubles y aumenta la probabilidad de que fluyan fuera de las cámaras subterráneas, alcanzando acuíferos e incluso la superficie, con el consiguiente riesgo de que contaminen el agua potable o entren en la cadena alimentaria.
Se sabe de algunos microorganismos exóticos que son capaces de sobrevivir expuestos a elevadísimas dosis de radiactividad y que además realizan una actividad biogeoquímica que podría, potencialmente, ayudar a descontaminar lugares emponzoñados con desechos radiactivos, o a evitar que los residuos contaminantes se propaguen por el entorno. El hallazgo de una nueva bacteria de este tipo proyecta un rayo de esperanza sobre algunas de las cuestiones más punzantes de la problemática de los residuos nucleares.
El equipo de Jonathan Lloyd, de la Universidad de Manchester en el Reino Unido, ha descubierto bacterias extremófilas especializadas, que pueden vivir bajo las condiciones alcalinas que podemos esperar encontrar en los desechos radiactivos recubiertos con cemento. Los organismos no solo están adaptados de forma soberbia a vivir en desechos cálcicos altamente alcalinos, sino que pueden usar el ácido isosacarínico como fuente de alimento y energía bajo condiciones virtualmente idénticas a aquellas que se estima que existen dentro de los cementerios nucleares para desechos de nivel intermedio o en sus alrededores. Por ejemplo, cuando no hay oxígeno (un escenario probable en cámaras subterráneas de almacenamiento), que ayude a estas bacterias a “respirar” y descomponer el ácido isosacarínico, estos simples microorganismos unicelulares son capaces de cambiar su metabolismo para respirar usando otras sustancias en el agua, como nitrato o hierro.
Los procesos biológicos fascinantes que utilizan para mantenerse con vida bajo condiciones tan extremas están siendo estudiados todavía por el equipo de la Universidad de Manchester, así como los efectos de estabilización de estas modestas bacterias sobre los desechos radiactivos, y todo apunta a que esta línea de investigación será muy fructífera.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

ARAÑAS QUE PROSPERAN MÁS EN ÁREAS URBANAS QUE EN EL CAMPO

noticiasdelaciencia.com

A algunas arañas les va mejor conviviendo con nosotros en las ciudades que en espacios naturales con poca presencia humana. Así se ha constatado en una investigación, cuyos resultados indican concretamente que un tipo de arañas, las que tejen las típicas telarañas con forma circular, ha aumentado en las zonas urbanas su potencial para proliferar. Esas arañas pueden crecer más y tienen una mayor capacidad de reproducirse cuando viven en ellas.

Una araña de las que tejen las típicas telarañas con forma circular. (Foto: Elizabeth Lowe. CC-BY)

La urbanización puede alterar drásticamente el paisaje, el clima local, y en consecuencia, los organismos que lo habitan. Algunos ya no tendrán los recursos que necesitan para sobrevivir cuando su entorno se vuelve urbano, mientras que otros lograrán adaptarse y algunos privilegiados prosperarán más que en su hábitat natural. Una forma de verificar el grado de éxito de una especie animal en un entorno que ha sido urbanizado es observar si el promedio de tamaño corporal de la población aumenta o disminuye.
El equipo de Elizabeth Lowe, de la Universidad de Sídney en Australia, se valió de múltiples variables ambientales para investigar los cambios en los atributos físicos de arañas de las que tejen las típicas telarañas con forma circular. Las arañas de este tipo viven tanto en el campo como en la ciudad, lo que ofrece buenas oportunidades de comparar las de la ciudad con las del campo.
Los investigadores cuantificaron el grado de urbanización en múltiples sitios de Sídney, Australia, e investigaron los cambios en el tamaño del cuerpo de las citadas arañas, sus reservas de grasa corporal, y el peso de sus ovarios.
Los resultados mostraron que las arañas tenían cuerpos más pequeños en las zonas con mayor cobertura vegetal, y cuerpos más grandes en áreas asociadas al desarrollo urbano. Además, los autores del estudio comprobaron que la capacidad reproductiva de las arañas, medida por el peso de sus ovarios, parece que se ha incrementado en las áreas urbanas, sobre todo en las de mayor nivel socioeconómico.
Según Lowe y sus colegas, el tamaño corporal más grande y una mayor capacidad de reproducción de estas arañas en las zonas urbanas apoyan la idea de que algunas especies animales pueden beneficiarse de los cambios de hábitat asociados con la urbanización.

martes, 9 de septiembre de 2014

LA RADIACIÓN ULTRAVIOLETA AYUDÓ A LAS PLANTAS A CONQUISTAR LA TIERRA

agenciasinc.es

La radiación ultravioleta (UV) ha sido un factor evolutivo importante en la conquista del medio terrestre por parte de las plantas. Según un estudio de la Universidad de La Rioja, provocó la aparición de diferentes adaptaciones que les permitieron especializarse en la colonización de distintos ambientes. El trabajo se publica en la revista Ecological Indicators.

El trabajo ha permitido ahondar en el conocimiento de los efectos que tiene la radiación UV sobre la biosfera. / Fotolia

"La vida surgió en el agua. Posteriormente, y de una manera progresiva, los organismos comenzaron a colonizar los ambientes terrestres. En el caso de las plantas, se piensa que las primeras colonizadoras fueron las hepáticas, pequeñas plantas emparentadas con los musgos. A continuación evolucionaron los propios musgos, y después las plantas superiores –helechos y plantas con flores–. En la colonización del medio terrestre, las plantas tuvieron que hacer frente a mayores niveles de radiación ultravioleta (UV) que los existentes en el medio acuático primigenio", explica Monforte.
"Para defenderse de la radiación UV –añade la investigadora–, las hepáticas utilizaron como estrategia de colonización la acumulación de compuestos protectores dentro de sus células, fundamentalmente para evitar los procesos de oxidación derivados de la exposición a la radiación UV".
Este mecanismo solamente les permitió colonizar ambientes más bien sombríos y húmedos, expuestos a niveles relativamente bajos de UV. Por el contrario, los musgos acumularon compuestos protectores en el exterior de las células, aumentando así la eficiencia de la protección, ya que estos compuestos formaban una pantalla continua que protegía completamente a las células.
"De esta manera, los musgos pudieron colonizar ambientes soleados, mucho más expuestos a la radiación UV. Por lo tanto, musgos y hepáticas habrían evolucionado de manera diferente en este aspecto, por lo que habrían colonizado distintos ambientes", detalla Monforte.

Una planta acuática como biomarcador

Asimismo, esta investigación ha demostrado la utilidad de una pequeña planta hepática acuática (Jungermanniacordifolia) en la biomonitorización de radiación UV, tanto en la reconstrucción de los niveles pasados como en la evaluación de los niveles actuales y el previsible aumento ligado a la destrucción de la capa de ozono estratosférico.
"En particular, los compuestos protectores presentes en el exterior de las células de dicha planta, así como un compuesto acumulado dentro de éstas (el ácido para-comaroilmálico) han sido los mejores biomarcadores de radiación UV", comenta la experta.
El trabajo ha permitido ahondar en el conocimiento de los efectos que tiene la radiación UV sobre la biosfera, de cara a aumentar la información ambiental dirigida a los ciudadanos y, en consecuencia, su propia protección frente a las lesiones derivadas del exceso de radiación UV.
"En un sentido más amplio, permitirá mejorar la seguridad laboral de las personas que trabajan a la intemperie como la planificación de las actividades turísticas y de ocio que se realizan en contacto con la naturaleza, preferentemente en zonas de montaña o en la época estival. Por otra parte, podría evaluarse la utilidad de los compuestos protectores identificados en la hepática Jungermanniacordifolia en la elaboración de cremas de protección solar", finaliza Monforte.

Referencia bibliográfica:

‘Cell compartmentation of ultraviolet-absorbing compounds in herbarium samples of a liverwort and its usefulness in ultraviolet radiation biomonitoring’, Ecological Indicators.

lunes, 8 de septiembre de 2014

ANFIBIOS CAPACES DE CRUZAR GRANDES EXTENSIONES OCEÁNICAS

noticiasdelaciencia.com

Se ha venido creyendo que la dispersión de especies de anfibios de un continente a otro a través de grandes extensiones de mar es esencialmente imposible, debido a la intolerancia de estos animales a la sal. Sin embargo, los resultados de un reciente análisis biogeográfico a gran escala indican que, sorprendentemente, algunas especies se propagaron de ese modo.

La Pseudophilautus poppiae, una rana microendémica del sur de Sri Lanka, cuya única población conocida se encuentra en unas pocas hectáreas de bosque nuboso. (Foto: Alex Pyron)

El biólogo Alex Pyron, de la Universidad George Washington, en Washington, D.C., Estados Unidos, es el autor de este análisis pionero. Hay más de 7.000 especies conocidas de anfibios que se pueden encontrar en casi cada tipo de ecosistema en seis continentes. Pero ha habido pocos intentos de aclarar exactamente cuándo y cómo ranas, sapos, salamandras y cecílidos se han trasladado a través del planeta a lo largo del tiempo.
Armado con datos de secuencias de ADN, Pyron recompuso poco a poco el rompecabezas de esta intrincada historia de migraciones de especies, que muestra el movimiento de 3.309 especies entre 12 ecorregiones globales. La filogenia, o árbol genealógico evolutivo, de tales especies incluye aproximadamente la mitad de todas las especies de anfibios existentes de cada grupo taxonómico.
Anteriormente, ya se hicieron estudios similares, pero de menor escala, incluyendo solo unos pocos linajes principales. Lo que se necesitaba, y que Pyron ha conseguido, es una filogenia a gran escala que incluyese la mayor cantidad posible de especies. Así es factible rastrear la procedencia de especies, remontándose a épocas pasadas y a lugares lejanos, para ver no solo cómo las diferentes especies están relacionadas, sino también cómo se movían de un lugar a otro.
Los resultados obtenidos por Pyron han aportado una revelación inesperada. En contra de lo que se ha venido creyendo, ciertos grupos de anfibios fueron capaces de cubrir a nado grandes distancias desde una costa a otra en los últimos millones de años.
Hasta ahora, se creía que solo había dos únicas formas de distribución de anfibios desde un continente a otro. Una es la vía pasiva impuesta por la aparición de barreras naturales. Un ejemplo de esta es cuando un antiguo continente se fragmenta, dejando la población dividida entre los fragmentos que se alejan unos de otros, y de ese modo el paso del tiempo deja dos o más poblaciones estrechamente emparentadas en sitios muy separados del planeta, con vastas extensiones de mar interponiéndose entre ellas. La otra forma de propagación común de anfibios desde un continente a otro es la aparición temporal de un puente sólido entre ambos, o una disminución temporal lo bastante grande de la distancia por mar que hay que cruzar para pasar de uno a otro.
Dado el origen antiguo de los anfibios, no es sorprendente que la historia de la propagación de estos animales sea en buena parte una mezcla de esas dos formas principales de distribución. Pero ciertos casos, relativamente recientes, se produjeron, según indican los hallazgos del nuevo estudio, en épocas donde los territorios de origen y destino estaban muy separados. Por ejemplo, un grupo de ranas que se encuentra en Australia y Nueva Guinea tiene un parentesco evolutivo muy estrecho con un grupo de anfibios que solo existe en América del Sur. En la época en que ese tipo de ranas se originó, todas las principales masas de tierra continentales ocupaban prácticamente sus posiciones actuales, con América del Sur y Australia separadas de la Antártida desde mucho tiempo atrás.
La siguiente cuestión a aclarar en la línea de investigación de Pyron es si hay alguna cualidad específica, como por ejemplo una buena tolerancia al agua salada, que permita a algunos grupos de anfibios propagarse a otras tierras por vía marítima mejor de lo que hasta ahora se ha creído.
Pyron también ha comenzado a realizar un análisis similar en lagartos y serpientes para ver si su historia de distribución geográfica ostenta patrones de distribución como los descubiertos en los anfibios. Y, a medida que se vayan descubriendo nuevas especies de estos animales, Pyron continuará revisando y actualizando su modelo.

jueves, 4 de septiembre de 2014

EL INSOSPECHADO PAPEL DE LOS GUSANOS EN LA ESTABILIZACIÓN DEL OXÍGENO DE LA TIERRA

noticiasdelaciecia.com

El surgimiento, durante la evolución, de los primeros animales excavadores pudo desempeñar un papel importante en la estabilización de la provisión de oxígeno presente en la atmósfera de la Tierra, según un nuevo estudio. La estabilidad del oxígeno ha sido un agente favorable para la evolución que plantas y animales han seguido hasta conformar los ecosistemas actuales.


Fósil de cavidad excavada en una capa de sedimentos, de unos 530 millones de años de antigüedad. (Foto: Martin Brasier, Universidad de Oxford)

La investigación llevada a cabo por el equipo de Richard Boyle, del Centro Nórdico de Estudios de la Evolución de la Tierra en la Universidad del Sur de Dinamarca, es un intento de colocar la diseminación de la vida animal en el contexto de ciclos biogeoquímicos más amplios.
 La conclusión a la que han llegado estos científicos es que hace unos 540 millones de años, cuando aparecieron los primeros animales excavadores y los gusanos comenzaron a mezclar los sedimentos del suelo marino, su actividad llegó a influir significativamente en el ciclo del fósforo. Como resultado de esa influencia, se desencadenaron cambios en la química oceánica que afectaron a la de la atmósfera, mediante el agua de las profundidades que acababa llegando a la superficie marítima y entraba así en contacto con el aire. La consecuencia final de esta cadena de efectos desde el mar al aire fue una estabilización de la cantidad de oxígeno en la atmósfera de la Tierra.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

CADA FAMILIA TIENE UN ‘AURA’ DE BACTERIAS CARACTERÍSTICA

materia.com

Un estudio muestra que cuando una familia se muda de casa se lleva consigo un mundo propio e identificable de miles de especies de microbios, que influyen en su salud.



Mírese a sí mismo un instante. Eso que cree un cuerpo humano está, en realidad, mayoritariamente formado por otros seres vivos microscópicos, con sus propias preocupaciones e intereses. Por cada una de las células humanas que hay en su cuerpo, hay nueve bacterias. Técnicamente hablando, usted es 10% humano, 90% bacteria.
Pero, como señala el microbiólogo estadounidense Jack Gilbert, ese mundo paralelo invisible que marca nuestras vidas no acaba en uno mismo. Cada familia, y por tanto cada casa, tiene un aura de bacterias características. Gilbert, profesor de la Universidad de Chicago, capitanea el Proyecto Microbioma del Hogar, que explora cómo las personas interactúan con las bacterias que viven en sus casas.
El microbiólogo y su equipo han seguido durante seis semanas a siete familias, en los estados de California, Washington e Illinois. Cada dos días, los adultos participantes en el estudio —15, acompañados por tres niños, tres perros y un gato— cogían bastoncillos con algodón esterilizado y tomaban muestras del interior de su nariz, de sus manos y de sus talones. Además, pasaban estos hisopos por la manija de la entrada principal de su casa, por el pomo de la puerta del baño, por el suelo del dormitorio y por la encimera y el interruptor de la cocina.

Bacterias que engordan

La primera conclusión de su estudio, que se publica hoy en la revista Science, es que cada hogar tiene una fauna microscópica característica. Y, es más, cuando una familia se muda de casa, como hicieron tres de las participantes en el estudio, se llevan su personal aura de bacterias con ellas. En sólo un día, el nuevo hogar tiene la misma flora microbiana que el antiguo. Ahora, la gran pregunta es cómo influyen estas compañeras invisibles en la salud humana.
“Sabemos que ciertas bacterias pueden hacer que un ratón engorde de manera más sencilla, por ejemplo, y que otras tienen un papel en el desarrollo cerebral de los ratones jóvenes”, explica Gilbert en un comunicado. “Queremos saber de dónde vienen estas bacterias y, ya que la gente pasa cada vez más tiempo bajo techo, queríamos mapear los microbios que viven en nuestros hogares y la probabilidad de que se establezcan con nosotros”, expone. “Son esenciales para entender nuestra salud en el siglo XXI”.
El equipo de Gilbert ha observado que los miembros de un núcleo familiar tienen muchas más bacterias en común entre ellos que con las personas de otros hogares. Sus manos tienen una población microscópica muy similar y sólo el interior de sus narices muestra un mundo de bacterias más personal, propio de cada individuo.

Transmisión de enfermedades

En las más de 1.500 muestras recogidas, los científicos han identificado unas 22.000 especies diferentes de bacterias. ”Las especies más comunes que vemos son bacterias asociadas a la piel. El género Propionibacterium tiende a dominar todo”, detalla por correo electrónico Gilbert, cuya familia ha participado en el estudio.
“Pasamos el 90% de nuestras vidas bajo techo y de niños ese porcentaje puede ser incluso mayor. Este es nuestro ecosistema y adquirimos nuestras bacterias de este ecosistema. Si nos faltan algunas bacterias que pueden ser beneficiosas para nuestra salud, podemos sufrir impactos negativos. Por ejemplo, sabemos que la falta de algunas bacterias puede influir en nuestra propensión a desarrollar asma y alergias alimentarias. Si pudiéramos manipular la casa para tener más bacterias de este tipo, podríamos tratar estas enfermedades desde el nacimiento”, especula el microbiólogo.
En una de las familias investigadas, los científicos siguieron el rastro de una cepa potencialmente patógena del género Enterobacter. Primero apareció en las manos de una persona, luego en la encimera de la cocina y luego en las manos de otra persona, mostrando una posible cadena de transmisión de enfermedades dentro del hogar.
El aura de bacterias característica de una familia podría, además, servir como herramienta forense, en opinión de Gilbert. Con una muestra sin identificar de microbios del suelo de una de las casas del estudio, “se podría predecir fácilmente a qué familia pertenece”.

Noticia relacionada:

REFERENCIA