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El fenómeno de que a una persona le entren ganas de bostezar si ve hacerlo a
alguien con quien convive, es bien conocido, y se supone que es una señal
inconsciente de empatía. En algunos otros animales, por ejemplo el perro,
también sucede. ¿Ocurre lo mismo con el lobo?
Imagen A: El lobo situado a la derecha bostezó durante un período de descanso. Imagen B: Unos segundos más tarde, el lobo de la izquierda bostezó por contagio. (Fotos: Teresa Romero)
Aunque se asume que los bostezos “contagiosos” están relacionados con la
capacidad humana de la empatía, hay pocas evidencias, aparte de las aportadas
por estudios sobre primates, que conecten en otros animales dichos bostezos
contagiosos con la empatía. En un estudio anterior se documentó que los perros
domésticos tienden a experimentar bostezos contagiosos bajo observación en el
laboratorio, pero no está claro si este fenómeno está enraizado en la historia
evolutiva de los mamíferos, o si ha evolucionado en perros como resultado de la
domesticación.
En un nuevo estudio, el equipo de Teresa Romero, de la Universidad de Tokio
en Japón, ha investigado los bostezos contagiosos y su potencial conexión con la
empatía en lobos. Romero y sus colegas observaron y registraron los bostezos de
una sola manada de 12 lobos en el Parque Zoológico de Tama, en Tokio, Japón,
durante cinco meses, en situaciones relajadas (sin signos visibles de tensión),
y tomaron nota del momento exacto de cada bostezo, la identidad del que empezó a
bostezar primero, y la identidad y posición de los individuos próximos a este
último.
Los resultados sugieren que ciertamente los lobos pueden experimentar
bostezos contagiosos. La fortaleza del vínculo social del miembro de la manada
con respecto al lobo que bostezaba afectaba positivamente a la frecuencia de los
bostezos contagiosos. Además, las lobas mostraban un tiempo de reacción más
rápido que los machos cuando observaban bostezos de compañeros allegados, lo que
sugiere que las hembras son más receptivas a los estímulos sociales de su
entorno.
Según los autores, a pesar del pequeño tamaño de la muestra poblacional de
lobos, estos resultados podrían proporcionar las pruebas preliminares de que los
bostezos contagiosos pueden estar relacionados con la capacidad de los lobos
para la empatía, y sugiere que los fundamentos de la empatía están presentes en
una gama más amplia de especies de lo que se pensaba antes.
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