noticiasdelaciencia.com
Una investigación del comportamiento canino demuestra que el sexo, la edad y el
contexto en el que se encuentra el perro, así como el reconocimiento individual
del mismo pueden efectuarse con un alto porcentaje de acierto por medio de
métodos estadístico-computacionales de reconocimiento de patrones aplicados a
sus ladridos.
Perro de la raza Mudi. (Foto: UPM)
Así lo revela el grupo de investigación Computational Intelligence Group
(CIG) de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Informáticos de la
Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en España. en colaboración con una
estudiante de veterinaria de la Universidad Alfonso X El Sabio, y el
departamento de Etología de la Eötvös Loránd University de Budapest. Estos
resultados podrían resultar de gran ayuda para organizaciones que necesitan
identificar el estado del perro para el desarrollo de algunas tareas.
La comunicación canina ha sido un tema de investigación en etología durante
la última década. La mayoría de los trabajos se han centrado en estudiar cómo
los canes son capaces de entender diferentes formas de comunicación humana, por
ejemplo a través de la visualización de gestos y el reconocimiento de la voz
humana.
Ahora, el estudio, publicado en Animal Cognition, ha tenido como objetivo
interpretar las señales acústicas obtenidas a partir de los ladridos de los
perros cuando estos han sido sometidos a diferentes situaciones. Esta
interpretación se efectúa desarrollando un sistema computacional basado en
modelización estadística, que ha demostrado ser capaz de reconocer diferentes
características propias del perro (sexo, edad, individuo, situación en la que se
encuentra, etc.).
Los experimentos se llevaron a cabo en Budapest con ocho ejemplares –tres
machos y cinco hembras– de la raza Mudi, originaria de Hungría, y que es
utilizada como perro pastor. De cada uno de los ocho perros (con edades
comprendidas entre uno y diez años) se registraron 100 ladridos.
El total de 800 ladridos se obtuvo al situar al perro en siete situaciones
distintas: solo, en la cual el dueño del perro ató al mismo a un árbol; jugando
con un balón; peleando, para la cual un humano actuó imitando un ataque al dueño
del perro; recibiendo su ración de comida; jugando con el dueño; en compañía de
una persona que resultaba extraña para el perro; y preparándose para salir de
casa con el dueño. Cada uno de los 800 ladridos se caracterizó a partir de 29
mediciones acústicas.
Usando los distintos modelos computacionales obtenidos de los datos de la
experimentación se pudo reconocer correctamente el sexo del perro en el 85,13%
de las veces, mientras que la edad del mismo (recodificada como joven, adulto y
viejo) se clasificó sin fallos en el 80,25% de las ocasiones.
En la tarea de identificar (de entre las siete posibles) la situación en la
que se encontraba el animal se realizó con éxito en el 55,50% de las veces,
mientras que el reconocimiento (de entre los 8 que participaron en el estudio)
del ejemplar Mudi que se encontraba ladrando se hizo correctamente en el 67,63%
de las ocasiones.
Este trabajo pone de manifiesto la riqueza y la relevancia biológica de la
información contenida en los ladridos de los perros, y abre nuevas posibilidades
en la investigación aplicada. Ejemplo de ello es la evaluación del
comportamiento canino que es de gran importancia para distintas organizaciones,
para las cuales el desarrollo de software con el que identificar el miedo, la
angustia y el nivel de agresividad de un perro puede ser de gran ayuda. (Fuente:
Universidad Politécnica de Madrid).
No hay comentarios:
Publicar un comentario