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Un grupo de investigadores de Universidad de Lovaina (Bélgica) han confirmado
que la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) se ve atraída por el aroma
que desprende la levadura de la cerveza (Saccharomyces cerevisiae), de tal forma
que si el hongo deja de emitir su olor, el insecto ya no se acerca.
Células de levadura viajan en la pata de una mosca de la fruta. (Foto: Cell Reports, Christiaens et al.)
Los resultados de este estudio, que publica la revista Cell Reports, sugieren
que el aroma que emiten este y otros microorganismos tiene como objetivo atraer
a los insectos para que dispersen sus células reproductivas en el medio
ambiente.
"Dos especies aparentemente no relacionadas han desarrollado una simbiosis
compleja basada en el olor, donde la mosca se alimenta de la levadura, y esta se
beneficiar del medio de transporte que ofrece el insecto”, dice Kevin
Verstrepen, uno de los autores del trabajo.
"Parece muy posible que el olor que bacterias y hongos producen en ciertos
alimentos sea una táctica para atraer a insectos”, declaran los
investigadores.
Los investigadores afirman que este tipo de simbiosis sucede habitualmente en
la naturaleza. Según asegura Verstrepen a Sinc, “para muchos microbios, moverse
en el medio ambiente es un reto, por lo que se ven obligados a atraer a otros
seres vivos, preferentemente con piernas o alas; por lo que parece muy posible
que el olor que bacterias y hongos producen en alimentos como el queso sea una
táctica para atraer insectos”.
La idea de la investigación surgió cuando, por accidente, se escaparon las
moscas en el laboratorio y se dirigieron a un frasco con un cultivo de levadura
muy olorosa, mientras que no se acercaron a otro matraz que contenía una cepa de
levadura mutante a la que se había eliminado el gen del aroma.
Ahora, el equipo lo ha confirmado manipulando el gen ATF1 de la levadura,
responsable del olor afrutado. Cuando se desactiva, el hongo no emite el olor y
las moscas no acuden.
Los expertos reconocen que no es fácil demostrar que el gen haya evolucionado
específicamente para favorecer su reproducción. “Es tentador especular con esta
posibilidad y varios informes demuestran la simbiosis existente entre levaduras
e insectos voladores como moscas de la fruta”, declaran los autores.
Tras experimentar con diferentes variedades de levadura, los expertos han
encontrado que la mayoría producen compuestos aromáticos afrutados. También han
confirmado que estas sustancias no afectan negativamente a los alimentos. Su
concentración es muy pequeña, pero por su pureza afectan al aroma de los
productos fermentados. “El único inconveniente es que la cerveza y el vino
atraen a más moscas de la fruta”, bromea Verstrepen. (Fuente: SINC)
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