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Los peces eléctricos se conocen desde hace mucho tiempo. Los antiguos egipcios 
utilizaban una raya eléctrica marina para tratar la epilepsia. Michael Faraday 
usaba anguilas para investigar la naturaleza de la electricidad. La anatomía de 
la anguila ayudó a inspirar a Volta para crear la primera pila eléctrica. Se 
sabe que una anguila de dos metros puede generar unos 600 voltios de 
electricidad. Incluso se ha secuenciado ya el genoma completo de la anguila 
eléctrica.
Anguila eléctrica. (Foto: Kenneth Catania, Universidad Vanderbilt)
Hasta ahora, sin embargo, nadie había averiguado cómo funciona exactamente el 
sistema de descargas eléctricas de la anguila. Para conseguirlo, Kenneth 
Catania, profesor de ciencias biológicas en la Universidad Vanderbilt, en 
Nashville, Tennessee, Estados Unidos, equipó un gran acuario con un sistema que 
puede detectar las señales eléctricas de la anguila y obtuvo varios de estos 
animales, de hasta 1,20 metros de largo.
A medida que empezó a observar el comportamiento de las anguilas, el biólogo 
descubrió que sus movimientos son increíblemente rápidos. Pueden atacar y 
tragarse un gusano o pez pequeño en aproximadamente una décima de segundo. Así 
que Catania preparó un sistema de video de alta velocidad que funcionaba a unos 
mil fotogramas por segundo para poder estudiar las acciones de las anguilas en 
cámara lenta.
Catania registró tres clases diferentes de descargas eléctricas de las 
anguilas: pulsos de bajo voltaje para inspeccionar su entorno; secuencias cortas 
de pulsos de alto voltaje de milisegundos de duración (que se describen como 
dobletes o tripletes) emitidas durante la cacería, y descargas de pulsos de alta 
frecuencia y alto voltaje al capturar una presa o defenderse de un ataque.
El científico encontró que la anguila comienza a preparar su ataque sobre una 
presa con una descarga de pulsos de alta frecuencia y alto voltaje, de una 
duración de entre 10 y 15 milisegundos, antes del ataque propiamente dicho. En 
el video de alta velocidad, resultó claro que el pez quedó completamente 
inmovilizado a los tres o cuatro milisegundos de recibir la descarga. La 
parálisis era temporal: si la anguila no capturaba de inmediato al pez, este 
solía recuperar su movilidad después de un corto período y se escapaba 
nadando.
Las observaciones plantearon una pregunta obvia: ¿Cómo lo hacen las anguilas? 
Para ello, no existía una respuesta clara en la literatura científica.
Catania tiene algunos amigos del ámbito policial, así que sabe cómo funciona 
una pistola eléctrica del tipo Taser. Y se sorprendió por lo mucho que se 
parecen la descarga de la anguila y la de un arma de ese tipo. Esta última emite 
19 pulsos de alto voltaje por segundo, mientras que la anguila eléctrica produce 
400 pulsos por segundo.
La pistola eléctrica de tipo Taser funciona abrumando los nervios que 
controlan los músculos en el cuerpo de la presa, haciendo que se contraigan 
involuntariamente.
Catania comprobó que la descarga eléctrica de la anguila tiene el mismo 
efecto sobre las presas. También corroboró que las descargas eléctricas de la 
anguila actúan sobre las neuronas motoras, tal como lo hacen las descargas de 
las pistolas del tipo Taser.
A continuación, Catania centró su atención en el modo con que la anguila usa 
señales eléctricas para localizar presas potenciales. La anguila es nocturna y 
no tiene muy buena vista. Así que necesita valerse de otras cualidades para 
detectar a presas ocultas.
El biólogo determinó que los dobletes y tripletes que la anguila emite de 
forma continuada durante cada emisión se corresponden con la señal eléctrica que 
las neuronas motoras envían a los músculos para producir una contracción 
extremadamente rápida.
Normalmente, ningún individuo contrae todos los músculos en su cuerpo al 
mismo tiempo. Sin embargo, eso es lo que puede causar la anguila con su 
señal.
Teniendo en cuenta el hecho de que las anguilas son extremadamente sensibles 
a los movimientos del agua y el hecho de que la contracción muscular de todo el 
cuerpo ocasiona que la presa se retuerza, creando movimientos acuáticos que la 
anguila puede detectar, Catania llegó a la conclusión de que el la anguila 
emplea las señales para localizar a presas ocultas. Los experimentos que ha 
realizado al respecto lo han confirmado.
 

 
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