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En una situación no muy distinta de la imperante en cualquier grupo humano en el
que solo se admita a la gente conocida y se rechace a la desconocida, una
especie de avispas tropicales puede memorizar los rostros de los miembros de su
colonia y atacarán a cualquier individuo que no conozcan.
Las caras de tres avispas diferentes. Aunque
obviamente los humanos estamos más acostumbrados a identificar rostros humanos,
observando con atención las caras de estas tres avispas sí es posible detectar
diferencias en sus rasgos faciales. (Fotos: QMUL)
En efecto, unos científicos de la Universidad Queen Mary de Londres (QMUL) en
el Reino Unido, y la de Florencia en Italia, han descubierto que el individuo
típico de cierta especie de avispas tropicales puede memorizar los rostros de
los miembros de su colonia, de tal modo que al mirar a la cara a estos les
reconoce y reacciona pacíficamente a su presencia, mientras que cuando los
rostros de los individuos le resultan desconocidos asume que está ante intrusos
y les ataca.
Estas avispas pueden también reconocer el olor de sus compañeros de avispero,
pero dicho olor tiende a parecerse demasiado al de los miembros de otros
avisperos cercanos, por lo que estos insectos prestan más atención a los rasgos
faciales, por lo visto tan exclusivos de cada individuo como en el caso del Ser
Humano, al considerar si una avispa es amiga o enemiga.
La especie estudiada por el equipo de David Baracchi, de la Universidad Queen
Mary de Londres, se llama Liostenogaster flavolineata. Las observaciones se
hicieron en su hábitat natural, en unos bosques tropicales remotos del sudeste
de Asia.
Cada avispero contiene una familia de individuos emparentados, y cientos de
avisperos pueden formar grupos para constituir una especie de ciudad. La
proximidad cercana de muchas otras familias implica que cada colonia afronta
intentos persistentes de entradas de intrusos desde el vecindario, cuyo objetivo
puede ser robar recursos ajenos.
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