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Algunas reinas de hormiguero se aprovechan de machos de una especie distinta
pero similar que las confunden con una reina de su propia especie, para
"robarles" el esperma, y son capaces de retener por la fuerza a esos machos
cuando descubren su error, y alargar la cópula con ellos, hasta lograr
extraerles la carga completa de esperma.
La reina roja en el centro está copulando con el
macho situado a la derecha y que está patas arriba. Sus órganos de copulación
están amarrados con firmeza, de modo que aunque el macho pueda mover con total
libertad sus patas, está firmemente unido a ella. La hormiga a la izquierda es
un macho competidor que intenta entrar en la acción. (Foto: Michael Herrmann y
Sara Helms Cahan)
Este hallazgo lo ha hecho el equipo de Sara Helms Cahan, y Michael Herrmann,
de la Universidad de Vermont en Estados Unidos, y es una pintoresca pero
contundente demostración de que el conflicto sexual de intereses entre dos
especies puede desembocar en una situación comparable en algunos aspectos a una
vampirización de semen, efectuada en este caso por una reina contra un macho
incauto. Hay que tener en cuenta que en muchas especies, las reinas tienden a
ser de mayor tamaño corporal y más fuertes que los machos, por lo que pueden
dominar físicamente a estos. Además cuentan con una longevidad y una vida fértil
extraordinarias, equiparables en el caso de la especie humana a una mujer que
viviera durante varios siglos, manteniéndose joven y seductora, algo que la
humanidad solo ha conocido en las historias de ficción sobre vampiras y entes
similares.
En el desierto a lo largo de la frontera entre Arizona y Nuevo México, los
científicos observaron el apareamiento entre dos especies de hormigas del género
Pogonomyrmex, de las que se sabe que pueden tener descendencia conjunta híbrida.
Las reinas de una especie serán felices de aparearse con machos de la otra
especie, porque ellas obtienen provecho de eso. Sin embargo, los apareamientos
de este tipo resultan evolutivamente perniciosos para los machos. El motivo es
que estas reinas sólo usan este esperma de la otra especie para producir las
obreras estériles que necesitan para construir sus colonias.
Esto es contrario a la finalidad del instinto de reproducción en el caso del
macho, ya que en vez de transmitir sus genes a una amplia descendencia, su unión
con la reina indebida solo producirá hembras estériles y por tanto ahí acabará
su linaje por esa vía; no tendrá ni siquiera nietas. Entonces, para empezar,
¿por qué estos machos se aparean con estas reinas? En los estudios de campo,
Herrmann observó que los machos, en la avalancha frenética de apareamiento que
estas hormigas exhiben una vez al año, tras las lluvias del monzón de verano, no
parecen ser capaces de distinguir las reinas de su propia especie de las reinas
de la otra especie. O más concretamente, no pueden distinguirlas hasta que
comenzaban a copular con ellas. Entonces, los machos se percatan de que se están
apareando con una reina de la especie equivocada. Al darse cuenta de su gran
error, reducen el flujo de esperma hacia estas reinas. Si la estrategia del
macho da buen resultado, aún tendrá la oportunidad de aparearse de nuevo, esta
vez con una reina de su misma especie, ya que preservará suficiente cantidad de
su esperma para invertirlo en una pareja mejor.
Sin embargo, la reina se da cuenta de esto y procura impedirlo. Una vez que
ha comenzado a copular con el macho incauto, no permitirá que este la deje
plantada tan fácilmente. Las reinas han desarrollado otro truco para
contrarrestar la estrategia de los machos: Mientras ella mantiene sujeto al
amante incauto mediante el firme acoplamiento de los órganos de copulación, lo
que impide que escape aunque tenga libertad de movimientos en sus patas, la
reina alarga la cópula hasta obtener todo el semen que el macho quería negarle y
que sería el mismo que le habría dado a una reina de su misma especie. En cierto
modo, estas reinas, al copular con un macho de la otra especie, se comportan
como vampiras de semen.
Las reinas deben aparearse con machos de ambos tipos, para por ejemplo
engendrar hijas que serán reinas, y para producir a la "plantilla laboral" que
trabajará en el hormiguero.
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