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A través del análisis en las diferencias de los sonidos generados ante ciertas
situaciones por dos comunidades de monos africanos separadas geográficamente, se
ha comprobado la existencia de lo que puede definirse como un par de
protodialectos de un mismo protoidioma en estos inteligentes animales. El
estudio revela además que los sonidos emitidos por estos monos tienen una
estructura más sofisticada de lo que se venía creyendo.
Las dos poblaciones de monos, residentes en países distintos de la misma zona de África, presentan diferencias reveladoras en su protoidioma. (Ilustración: Amazings / NCYT / JMC)
El equipo de Philippe Schlenker, investigador del Instituto Jean-Nicod
adscrito al CNRS (Centro Nacional francés para la Investigación Científica), y
también profesor en la Universidad de Nueva York, Estados Unidos, ha constatado
que estos monos, en los sonidos de comunicación que emiten, mantienen una
distinción entre raíces y sufijos, y que su combinación les permite describir
tanto la naturaleza de una amenaza como su grado de peligrosidad. Estos
primates, conocidos como monos de Campbell, han sido fuente de sorpresas
científicas en los últimos años, en lo que se refiere a su uso de un
protoidioma, del que se ha conseguido descifrar el significado de algunas
“palabras”, tal como los redactores de NCYT de Amazings escribimos en un
artículo (http://www.amazings.com/ciencia/noticias/150210b.html)
publicado el 15 de febrero de 2010. Es por tal asombrosa habilidad lingüística
que el equipo que ha realizado el nuevo estudio está formado no solo por
primatólogos sino también por lingüistas.
Estos científicos analizaron gritos de alarma de monos de Campbell en dos
lugares: el Bosque de Tai en Costa de Marfil, y la Isla de Tiwai en Sierra
Leona. Curiosamente, los depredadores de los monos en ambos sitios son
distintos: los primates son amenazados por las águilas en la Isla de Tiwai, y
por águilas y leopardos en el Bosque de Tai.
Basándose en transcripciones de esos gritos de monos recolectados en
experimentos de campo, los cuales implicaron reproducir vocalizaciones de
depredadores (por ejemplo, los gritos emitidos por águilas y los rugidos de
leopardos), los investigadores encontraron en las comunicaciones entre los monos
una mayor complejidad de lo que previamente se consideraba, así como diferencias
en los avisos de alarma entre los dos lugares.
Confirmando con medios lingüísticos algunas hipótesis hechas inicialmente por
los primatólogos, su análisis mostró que en estas “palabras” de alerta se hacía
una distinción importante entre raíces (especialmente "hok" y "krak") y sufijos
(-oo), y que su combinación permite a los monos describir tanto la naturaleza de
la amenaza como su grado de peligrosidad. Por ejemplo, "hok" avisa de amenazas
aéreas graves (normalmente águilas), mientras que "hok-oo" puede utilizarse para
varias alteraciones aéreas en general; de hecho, el sufijo ”¬oo” sirve como una
especie de atenuador.
Además, los resultados de la investigación sugieren que las palabras no se
utilizan de la misma forma en el Bosque de Tai y en la Isla de Tiwai. Por
ejemplo, en Tai, "krak" funciona normalmente como aviso de la presencia de
leopardos, siendo en cambio en Tiwai un aviso genérico de alerta (para advertir
sobre todo tipo de alteraciones, incluyendo la presencia de águilas).
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