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Es bien conocido que el plástico suele permanecer en el medio ambiente
durante muchísimos años sin descomponerse, contribuyendo de forma notable a los
problemas medioambientales. Ahora, unos científicos han comprobado que ciertas bacterias del intestino de
unas orugas, de la que se sabe que ingiere trozos de envases de alimentos, son
capaces de degradar polietileno, el plástico más habitual. El hallazgo hecho por
el equipo de Jun Yang, de la Universidad de Beihang en Pekín, China, podría
llevar a nuevas formas de deshacerse de los persistentes residuos de plástico.
Plástico. (Foto: Amazings / NCYT / JMC)
La industria global de los plásticos produce unos 140 millones de toneladas
de polietileno cada año. Buena parte de él va a parar a bolsas, botellas y cajas
que muchos de nosotros utilizamos regularmente, y que después desechamos.
Durante muchos años, la comunidad científica ha estado intentando averiguar
cómo hacer que esta basura plástica desaparezca. En algunos de los estudios más
recientes, se ha intentado hacer que ciertas bacterias presentes en el plástico
lo degraden, pero esto requería exponerlo primero a la luz o al calor. El equipo
de Yang quería encontrar bacterias que pudieran degradar el polietileno en un
único paso.
Los investigadores se fijaron en una larva de polilla de la especie Plodia
interpunctella, que en su fase de oruga ingiere trozos de plástico. Encontraron
que al menos dos cepas de microbios intestinales de esas orugas pueden degradar
el polietileno sin un paso de pretratamiento.
El descubrimiento abre un alentador camino hacia una forma nueva y directa de
biodegradar plástico.
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