domingo, 26 de octubre de 2014

LAS ANTIGUAS MONTAÑAS QUE HICIERON POSIBLE LA GRAN PROLIFERACIÓN DE ESPECIES ANIMALES DE LA QUE DERIVA LA FAUNA ACTUAL

noticiasdelaciencia.com

Unos científicos han hallado evidencias de que una antigua y vasta cordillera propició la explosión de vida sobre la Tierra que comenzó a registrarse hace aproximadamente 600 millones de años.
La cordillera era similar en escala al Himalaya, y se extendía a lo largo de al menos 2.500 kilómetros de territorios que hoy forman parte de África occidental y del nordeste de Brasil, los cuales en esa época formaban parte del supercontinente Gondwana.

Se encontró la base de la antigua cordillera montañosa, erosionada hace mucho tiempo, en el nordeste de Brasil. Este lugar, con paisajes de apariencia biológicamente modesta como el mostrado en la imagen, fue en muchos sentidos una fuente de la vida. (Foto: Carlos Ganade de Araujo)

Al igual que en el caso del Himalaya, la cordillera fue erosionada intensamente debido a su enormidad. A medida que los sedimentos fueron transportados hacia los océanos, esas aportaciones proporcionaron los nutrientes perfectos para que la vida floreciera en una impresionante explosión evolutiva de nuevas especies.
La comunidad científica ya llevaba tiempo especulando sobre el posible papel de tan enorme cordillera montañosa en la aportación a los océanos de sedimentos aptos como nutrientes, debido a la forma en que la vida prosperó y la química oceánica cambió en esa época.
Finalmente, el equipo de Daniela Rubatto y Joerg Hermann, de la Universidad Nacional Australiana, así como Carlos Ganade de Araujo, de la Universidad de Sao Paulo en Brasil, ha encontrado pruebas que lo demuestran.
El descubrimiento es la prueba más antigua de la existencia en la Tierra de montañas comparables en escala al Himalaya.
Aunque las montañas hace mucho que fueron consumidas por la erosión, las rocas de su base aún son capaces de revelar la historia de la gran influencia ejercida por la antigua cordillera montañosa en su época dorada.
La cordillera fue formada por dos continentes que colisionaron. Durante este choque, las rocas de la corteza fueron empujadas unos 100 kilómetros hacia el interior del manto, donde las altas temperaturas y presiones formaron nuevos minerales.
A medida que las montañas se erosionaron, su base regresó a la superficie, y materia pétrea de esas antiguas “raíces” fue identificada y extraída en Togo, Mali, y el nordeste de Brasil, por Ganade de Araujo. Él reconoció que las muestras eran únicas, así que trajo las rocas a la Universidad Nacional Australiana donde, usando equipamiento muy sofisticado, se identificó con precisión que tenían una edad similar, y que se habían formado a profundidades parecidas y muy grandes.

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