sábado, 17 de agosto de 2013

EL INESPERADO Y VARIADO CORTEJO ULTRASÓNICO DE LAS POLILLAS

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Las polillas son nocturnas, y tienen un gran enemigo, el murciélago. Como mecanismo de defensa, muchas polillas han desarrollado a lo largo de la historia de la evolución oídos sensibles a los chillidos de ecolocalización que, a modo de sónar, emiten los murciélagos, y también han desarrollado diferentes comportamientos para eludir a estos depredadores. Ahora, una nueva investigación indica que muchas polillas son capaces de valerse tanto de su oído como de las reacciones instintivas de conducta evasiva, para una función completamente diferente: la comunicación acústica orientada a encontrar pareja para el apareamiento.


A la izquierda, polilla de la especie Ostrinia furnacalis. A la derecha, polilla de la especie Eilema japonica. (Fotos: Ryo Nakano)

Durante mucho tiempo se creyó que las polillas eran mudas, pero muchas producen sonidos, que pueden usar para el cortejo previo al apareamiento, e incluso algunas imitan bastante bien los chillidos ultrasónicos de los murciélagos, para sabotear activamente los intentos de ecolocalización de estos.
Un nuevo estudio, realizado por el equipo de la fisióloga sensorial Annemarie Surlykke de la Universidad del Sur de Dinamarca y sus colegas de la Universidad de Tokio en Japón, ha sacado a la luz aspectos muy curiosos sobre la existencia de esas dos vertientes en las señales ultrasónicas emitidas por las polillas.
La nueva investigación se ha centrado en dos especies de polilla, la Ostrinia furnacalis y la Eilema japonica. Ambas especies, al igual que otras polillas, desarrollaron en la historia evolutiva una capacidad auditiva idónea para escuchar a los murciélagos, pero con el paso del tiempo han logrado sacarle más provecho a su sentido del oído. Los machos de ambas especies han desarrollado un método para propiciar mediante el sonido sus apareamientos con hembras, aunque los mecanismos son muy diferentes.
La técnica de la polilla Ostrinia furnacalis es simple: Genera sonidos similares al chillido de ecolocalización de un murciélago que caza, y de ese modo, el macho engaña a la hembra que cree que un murciélago anda cerca. Ella reacciona deteniéndose y permaneciendo totalmente quieta, para evitar llamar la atención, situación que es aprovechada por el macho para aparearse con ella, porque es mucho más fácil cuando ella deja de revolotear y se mantiene quieta sobre algún sitio. Cuando el equipo de investigación hizo sonar en el laboratorio primero el sonido de un murciélago que sale a cazar y luego el sonido de cortejo del macho, las hembras reaccionaron en ambos casos quedándose inmóviles, ya que no pueden notar la diferencia.
El macho de Eilema japonica es todavía más sofisticado. También emite un sonido similar al de un murciélago cazando. Pero cuando los investigadores emitieron en el laboratorio primeramente el sonido del murciélago y luego el sonido de un macho de la especie en actitud de cortejo, las hembras en el laboratorio captaban la diferencia de matices entre los sonidos y sólo se apareaban si el sonido provenía de un macho en actitud de cortejo.
Esto significa que la evolución de un sentido del oído capaz de permitir a las polillas tanto defenderse contra los murciélagos como comunicarse con intenciones sexuales, ha ido un paso más allá en la polilla Eilema japonica: Este animal ha desarrollado una señal específica de apareamiento que es reconocible como tal por las hembras, a diferencia de la polilla Ostrinia furnacalis, cuyas hembras no distinguen entre el sonido de un murciélago y la señal de cortejo de un macho.

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