jueves, 23 de febrero de 2012

MÁS CLARIDAD EN EL NEBULOSO PASO DESDE LA VIDA UNICELULAR A LA PLURICELULAR

noticiasdelaciencia.com

Hace más de 500 millones de años, algunos de los organismos unicelulares que vivían en la superficie de la Tierra comenzaron a formar racimos multicelulares que finalmente se convirtieron en plantas y animales. Pero el modo en que esto ocurrió ha sido un enigma casi total para los biólogos evolutivos durante mucho tiempo.
El paso desde la vida unicelular a la pluricelular encierra aún muchos misterios. (Foto: CDC / Dr. Gordon D. McLaren)

Ahora, sin embargo, un equipo de científicos ha conseguido reproducir ese paso clave (o un paso muy similar a ese) en un laboratorio, valiéndose de la selección natural y de la levadura cervecera común, que es una especie unicelular.
En los experimentos, la levadura "evolucionó" hacia racimos multicelulares que trabajaron de modo cooperativo, se reprodujeron y se adaptaron a su entorno. En definitiva, la levadura "evolucionó" hacia formas parecidas a los precursores de la vida pluricelular actual en la Tierra.
El equipo de Will Ratcliff, Michael Travisano, R. Ford Denison y Mark Borrello, todos de la Universidad de Minnesota, escogió la levadura cervecera o Saccharomyces cerevisiae, una especie de levadura usada desde la antigüedad en la fabricación de cerveza y también de pan, porque es abundante en la naturaleza y se reproduce con facilidad.
El equipo colocó la levadura en un medio de cultivo rico en nutrientes, y dejó que las células se multiplicaran en tubos de ensayo durante un día. Luego, usó una centrifugadora para estratificar el contenido según el peso. A medida que la mezcla se asentaba, los racimos de células se depositaban más rápidamente en el fondo de los tubos porque eran más pesados. Luego transfirieron los racimos a un nuevo medio, y los dejaron desarrollarse nuevamente. Sesenta ciclos después, los racimos, para entonces ya compuestos por cientos de células, presentaban un cierto parecido con copos de nieve esféricos.
El análisis mostró que los racimos no eran simples conjuntos de células agrupadas al adherirse por azar unas a otras, sino clanes de células emparentadas que permanecían adheridas después de completarse la división celular. Esto es importante, porque significa que esas células se agrupaban con arreglo a su similitud genética, que estimula la cooperación. Cuando los racimos familiares alcanzaban un tamaño crítico, algunas células activaban en ellas el proceso de la apoptosis (básicamente, se suicidaban) para permitir que la descendencia se separara y se formasen nuevas "familias" o "protoseres" pluricelulares. La descendencia se reproducía sólo después de alcanzar el tamaño de sus progenitores.
Un racimo de esos no es en realidad una forma de vida pluricelular, pero cuando las células de un racimo cooperan, el resultado es que hacen sacrificios por el bien común, y se adaptan a los cambios, todo lo cual constituye el primer paso de una transición evolutiva hacia la pluricelularidad.

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