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Las características de los lagos de Banyoles (Banyoles y Cisó), en Gerona,
España, son muy parecidas a las de los océanos que existían cuando aparecieron
las primeras formas de vida, según un estudio liderado por el Consejo Superior
de Investigaciones Científicas (CSIC) y publicado en la revista The ISME
Journal: falta de oxígeno y altos niveles de hierro y gases de azufre.
Vista aérea de lagos de Banyoles. (Foto: Wikipedia)
El trabajo analiza el metabolismo de los microorganismos de estos lagos. “Los
microorganismos actuales se comportan igual que en el pasado y pueden dar pistas
sobre cómo se establecieron las primeras relaciones ecológicas y las estrategias
pioneras para obtener energía y alimento”, explica Emilio O. Casamayor,
investigador del CSIC que lidera el estudio desde el Centro de Estudios
Avanzados de Blanes.
Hasta hace aproximadamente 2.500 millones de años, el planeta Tierra carecía
prácticamente de oxígeno y sus océanos eran ricos en hierro, según indican los
científicos. Actualmente, solo en las zonas profundas de algunos lagos, como los
de Banyoles, se mantienen esas condiciones similares a las del inicio de la vida
en la Tierra.
Tras secuenciar masivamente el ADN total de las zonas profundas del lago de
Banyoles ricas en compuestos tóxicos de azufre, metano, anhídrido carbónico,
amoniaco e hidrógeno, los investigadores han confirmado que es un ambiente
dominado por bacterias y con escasez de arqueas y protistas.
Esto “nos permite reconstruir las complejas conexiones existentes entre la
geología, la química y la biología que se han ido tejiendo a lo largo de
millones de años”, comenta Casamayor. Según los científicos, el trabajo también
ha posibilitado determinar las especies clave para diferentes ciclos
biogeoquímicos, y las responsables potenciales de procesar y transformar las
diferentes moléculas.
“Encontrar huellas de estas especies en sedimentos antiguos ayudará a
reconstruir el pasado”, afirman los investigadores. Asimismo, señalan que las
muestras analizadas ayudarán a predecir el comportamiento de los océanos en
zonas costeras ante los futuros escenarios de cambio climático y proliferación
de “zonas muertas” carentes de oxígeno.
Este trabajo se enmarca en la campaña Sorcerer, iniciada en 2003 por el
científico Craig Venter con el objetivo de descubrir los secretos de los océanos
a través del muestreo, la secuenciación y el análisis del ADN de los
microorganismos que viven en los ecosistemas acuáticos, y cuenta con la
participación de los grupos de informática y de genómica microbiana del
Instituto de investigación genómica J. Craig Venter (EEUU), el Instituto Catalán
de Investigación del Agua y la Universidad de Gerona. (Fuente: SINC)
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