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Las esponjas son consideradas habitualmente los animales vivos más antiguos,
habiendo aparecido en la historia evolutiva antes que cualquier otro grupo. La
simplicidad de la estructura de su cuerpo y de la organización de sus tejidos ha
parecido avalar durante muchos años su condición de grupo ancestral de animales,
y han sido señalados desde hace tiempo como la mejor ilustración del aspecto que
habrían tenido los animales más primitivos. Esto ha sido apoyado en estudios
previos por análisis genéticos, que sugieren que las esponjas se ramificaron a
partir de otros animales hace mucho tiempo, en el lejano Precámbrico. Hasta hace
poco, la mayoría de los zoólogos creían que las esponjas eran poco más avanzadas
que un protista colonial, con tejidos y órganos nunca totalmente desarrollados.
Una parte de uno de los nuevos especímenes fósiles del género Metaxyspongia con simetría tetrarradial, y la reconstrucción, a la derecha, de todo el animal. (Imágenes: © Science China Press)
Sin embargo, en años recientes ha aumentado el reconocimiento científico de
la complejidad de la genética y la bioquímica de las esponjas, y esto ha
proyectado dudas sobre la impresión de simplicidad. Ahora, nuevas pruebas
procedentes del registro fósil confirman que las primeras esponjas eran, en
algunos aspectos, más complejas que sus descendientes vivos, lo que plantea
numerosos interrogantes y aumenta el misterio sobre su origen.
Estas evidencias llegan en la forma de nuevos y sorprendentes fósiles de
esponjas de hace unos 520 millones de años, que han sido encontrados en la
provincia de Anhui, del sur de China, por Joseph Botting y sus colegas del
Instituto de Paleontología de Nanjing en China.
Estos fósiles son sorprendentes porque muestran una clase de simetría
corporal inesperada. Los fósiles, que están clasificados en el género
Metaxyspongia, tenían un contorno someramente circular, pero también un
esqueleto simétrico con cuatro columnas de grandes espículas extendiéndose por
toda la altura de la esponja.
Si las esponjas tenían originalmente una simetría tetrarradial, entonces ello
mostraría que estaban demasiado organizadas como para haber evolucionado
directamente a partir de protistas coloniales. La simetría sugiere también una
relación directa con uno de los otros grupos primitivos de animales, los
Cnidarios (animales del filo Cnidaria, entre los que figuran corales y medusas).
Estos son el único otro grupo de animales que incluye una configuración corporal
tetrarradial. Más importante aún, esta complejidad inesperada de las primeras
esponjas significa que ya no tenemos una idea clara del aspecto que tenía el
último antepasado común de los animales, pues pudo no parecerse en nada a una
esponja.
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