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Algunos animales son de vida solitaria y ni siquiera viven en familia. Otros,
como por ejemplo humanos, hormigas y abejas, formamos sociedades. Parece
evidente que el concepto de familia sirvió de puente entre la vida solitaria y
la vida en sociedad, pero ¿cómo exactamente?
Una tijereta hembra ocupándose de limpiar y transportar a sus crías. (Foto: Joël Meunier)
La cooperación entre hermanos en familias del insecto conocido popularmente
con nombres como tijereta o cortapicos ha aportado en una investigación reciente
algunas claves para avanzar en el esclarecimiento de esta incógnita.
El equipo de Joël Meunier, de la Universidad Johannes Gutenberg en la ciudad
alemana de Maguncia, y Janine W. Y. Wong, de la Universidad de Basilea en Suiza,
ha investigado la conducta de cada grupo de hermanos en 125 familias de la
tijereta de la especie Forficula auricularia.
Los hermanos de una misma camada de esta especie animal, a diferencia de lo
que ocurre en otras especies en las cuales las crías compiten entre sí para
obtener la mayor cantidad posible de alimento, comparten la comida disponible,
especialmente cuando la madre no está presente.
Hasta ahora se había estudiado poco a los insectos en relación a la conducta
de cooperación entre hermanos, salvo en el caso de especies de clara vida social
como son por ejemplo las hormigas y las abejas.
En otoño, las tijeretas hembras ponen un promedio de entre 40 y 45 huevos, y
permanecen junto a ellos durante el invierno. Las madres vigilan los huevos y
los mantienen limpios, impidiendo por ejemplo que los hongos se aposenten en
ellos, y los transportan de un lado a otro si es necesario. Una vez que las
crías emergen de los huevos, permanecen en el refugio durante algunas semanas,
en compañía de su madre, aunque ya no necesitan la presencia de ésta para
sobrevivir. De hecho, las crías podrían abandonar la unidad familiar tan pronto
como salen del huevo y cuidar de sí mismas desde ese momento.
Los autores del nuevo estudio suministraron comida a las 125 familias de
tijereta y observaron cómo los hermanos se dividían la comida. Comprobaron que
los hermanos tienen una conducta cooperativa y comparten la comida, y que este
comportamiento aparece con mucha más frecuencia cuando la madre no está presente
y no es ella quien los alimenta.
Este aspecto muy pasado por alto anteriormente de la cooperación entre
hermanos posiblemente sea uno de los factores clave que estimularon la
transición de una vida solitaria a una social.
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