miércoles, 23 de diciembre de 2015

UN MINERAL EXTRATERRESTRE QUE PUDO SER DECISIVO PARA EL SURGIMIENTO DE VIDA EN LA TIERRA

noticiasdelaciencia.com

En la Tierra primitiva, fueron abundantes las caídas de meteoritos en forma de bolas de fuego. Ahora, una investigación ha demostrado que estos meteoritos pudieron transportar en su interior un mineral extraterrestre que, al corroerse en el agua de la Tierra, pudo proporcionar la “chispa” química esencial que llevó al nacimiento de las primeras formas de vida en el planeta.

Fragmento del meteorito de Seymchan, de Rusia. La mayor parte de este meteorito de 15 centímetros consiste en metal de hierro y níquel, y la estructura de color oscuro en el centro es schreibersita. (Foto: University of South Florida)

El estudio lo ha realizado el equipo de Matthew Pasek y Maheen Gull, de la Universidad del Sur de Florida en Estados Unidos.
En trabajos anteriores, Pasek y sus colegas sugirieron que los meteoritos caídos en la Tierra primitiva contenían el mineral de fosfuro de hierro-níquel llamado “schreibersita”, y que cuando este entró en contacto con el medio acuoso de la Tierra se liberó un fosfato, una sal, que los científicos creen que pudo jugar un papel clave en el desarrollo de las moléculas prebióticas.
En un estudio reciente, los investigadores se centraron en las propiedades de la schreibersita y llevaron a cabo experimentos con el mineral para entender mejor cómo, en una reacción química con los efectos corrosivos del agua, llamada “fosforilación”, la schreibersita pudo proporcionar el fosfato, vital para hacer posible la aparición de las primeras formas de vida.
Hasta el 10 por ciento del fosfato de la corteza terrestre pudo haberse originado a partir de la schreibersita; el mineral era abundante y fácilmente disponible para participar en reacciones químicas en la Tierra primitiva. Esta fuente abundante de fósforo reactivo pudo ser una pieza importante de la maquinaria prebiótica que funcionó en la Tierra y posiblemente en el planeta Marte.
Los autores del nuevo estudio construyeron un modelo del ambiente primitivo de la Tierra, una solución acuosa rica en materia orgánica en la que la schreibersita pudiese reaccionar y corroerse de una forma similar a lo que pudo ocurrir en la cadena de acontecimientos bioquímicos esenciales de la naciente química prebiótica. El modelo que construyeron proporcionó una oportunidad para observar la termodinámica de las reacciones de fosforilación de una modalidad de schreibersita sintética que contenía fósforo, la cual fue creada para ser estructuralmente idéntica a su homóloga meteorítica.
La reacción prebiótica que Pasek y sus colegas duplicaron en el laboratorio puede ser similar a las reacciones que acabaron llevando a la aparición de moléculas metabólicas, como el trifosfato de adenosina (adenosín trifosfato, o ATP por sus siglas en inglés), al que se llama “molécula de la vida” porque es crucial para el metabolismo energético en todos los seres vivos conocidos.

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