jueves, 31 de diciembre de 2015

MONOS CON CAPTACIÓN DE TONOS DE SONIDOS TAN SOFISTICADA COMO LA HUMANA

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La percepción del tono es esencial para nuestra capacidad de comunicarnos y hacer música, pero hasta ahora no se creía que ninguna especie animal, incluyendo los monos, percibieran tonos de la manera en que lo hacemos nosotros. Los resultados de un estudio indican ahora que los humanos no somos los únicos capaces de percibir con gran sensibilidad diferencias entre tonos de sonido.

Un mono tití. (Foto: Yunyan Wang, Johns Hopkins Medicine)

Así pues, la capacidad humana especializada de percibir la cualidad del sonido conocida como “tono” ya no puede ser listada como exclusiva de los humanos. La investigación aporta nuevas pruebas de comportamiento de que los monos titíes se valen de señales auditivas similares a las que empleamos los humanos, para distinguir entre notas altas y bajas. El descubrimiento, realizado por el equipo de Xiaoqin Wang y Xindong Song, de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos, sugiere que algunos aspectos de la percepción del tono pudieron forjarse evolutivamente hace más de 40 millones de años, permitiendo la posterior comunicación oral, así como las futuras vocalizaciones comparables a las canciones.
Los titíes son pequeños monos nativos de Sudamérica con habilidades vocales y sociales muy elevadas. Wang, un neurocientífico auditivo e ingeniero biomédico, ha estado estudiando su audición y sus vocalizaciones durante los últimos 20 años. Hace una década, él y su equipo de investigadores identificaron una región en el cerebro de estos monos que parece procesar el tono. Las células nerviosas en esa región, en el borde de la corteza auditiva primaria, solo “disparaban” sus señales después de que los titíes fueran expuestos a sonidos con patrones tonales, como el cambio de notas altas y bajas asociado a una melodía, y no a aquellos carentes de tonos claros, como el ruido. Los cerebros humanos muestran una actividad similar en esa región, como otros investigadores han comprobado.
Faltaban pruebas de comportamiento de que los titíes podían percibir y responder a diferencias en el tono de la manera en que lo hacemos los humanos, y el grupo del laboratorio de Wang pasó años buscándolas y verificándolas, así como desarrollando dispositivos electrofisiológicos diseñados para monitorizar cambios sutiles en la actividad neural de los monos.
Tras esta larga fase, se pudo pasar a los experimentos, y tras completarlos se ha corroborado el alcance de esa capacidad de percepción en los monos titíes.
Se ha informado sobre la posesión en otras especies animales de capacidades de percepción tonal, pero ninguna había mostrado las tres características especializadas de la percepción humana del tono.
En primer lugar, los humanos somos mejores a la hora de distinguir diferencias de tono en bajas frecuencias que en altas. Por ejemplo, las personas que oyen simultáneamente tonos de 100, 200, 300 y 400 hercios perciben cuatro sonidos separados, pero solo un sonido cuando se reproducen a un tiempo tonos de 1.100, 1.200, 1.300 y 1.400 hercios, incluso pese a que los intervalos de frecuencia son los mismos en ambos casos.
En segundo lugar, los humanos somos capaces de captar cambios sutiles en la distribución entre tonos a bajas frecuencias o pocos hercios, de manera que nos damos cuenta si una serie de tonos que se incrementan en 100 hercios cada vez incluyen uno que es solo 90 hercios mayor.
Y en tercer lugar, a altas frecuencias, la capacidad de las personas para percibir diferencias de tono entre aquellos que se reproducen de forma simultánea está relacionada con cuán sensibles son al ritmo, o fluctuaciones acompasadas, de las ondas sonoras.
A través de una serie de pruebas auditivas, el equipo de Wang y Song ha determinado que los titíes comparten las tres características con los humanos, lo que sugiere que los componentes humanos de la percepción de tono evolucionaron mucho antes de lo que se pensaba anteriormente.

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