viernes, 7 de agosto de 2015

LAS “VACUNAS” DE LAS ABEJAS

noticiasdelaciencia.com

Se han descubierto los detalles de un mecanismo que permite a la abeja reina de una colmena “vacunar” a la descendencia que engendra. En lo que se refiere a vacunar a sus crías, las abejas no tienen elección: inmunizan de forma natural a sus vástagos contra enfermedades específicas que se encuentran en sus entornos. Y ahora, por vez primera, los científicos han descubierto cómo lo hacen.

Con el descubrimiento de cómo las abejas vacunan de forma natural a sus crías, es ahora factible desarrollar la primera vacuna para insectos. Esta vacuna podría emplearse para luchar contra enfermedades graves que diezman a las colmenas de abejas. Se trata de un importante avance en el sector alimentario humano, teniendo en cuenta su producción de miel, un alimento muy valorado, así como el papel destacado que las abejas e insectos comparables tienen como polinizadores para la agricultura. (Foto: Christofer Bang)

Unas investigadoras de la Universidad Estatal de Arizona en Tempe, Estados Unidos, las de Helsinki y Jyväskylä en Finlandia y la Universidad Noruega de Ciencias Biológicas han hecho el descubrimiento después de estudiar una proteína sanguínea de abeja llamada vitelogenina. Las científicas encontraron que esta proteína desempeña un papel esencial pero previamente desconocido contribuyendo a proteger a las crías contra las enfermedades.
El proceso por el cual las abejas transfieren inmunidad a sus crías ha sido un misterio hasta ahora. Lo que Gro Amdam, Heli Salmela y Dalial Freitak han hallado es que el proceso se manifiesta de un modo tan sencillo como lo es el comer. Este sorprendente descubrimiento ha sido posible gracias a 15 años de investigación básica sobre la vitelogenina.
En una colonia de abejas de la miel, la reina raramente deja la colmena, así que las abejas obreras deben traerle comida. Las abejas recolectoras pueden captar involuntariamente patógenos en el entorno mientras recogen polen y néctar. De vuelta a la colmena, las abejas obreras utilizan este mismo polen para crear la “jalea real”, un alimento hecho solo para la reina, que de forma fortuita contiene bacterias del entorno exterior.
Después de comer esas bacterias, los patógenos son digeridos y sus restos acaban pasando a un órgano de la reina parecido al hígado. Trozos de las bacterias son entonces unidos a la vitelogenina (una proteína), y transportados a través de la sangre hasta los huevos en desarrollo. Debido a ello, las crías de abeja son “vacunadas” y sus sistemas inmunitarios quedan mejor preparados para luchar contra las enfermedades provocadas por gérmenes del entorno una vez han nacido.
La vitelogenina es la portadora de estas señales preparatorias inmunitarias, algo que la comunidad científica no sabía hasta ahora.
Si bien las abejas vacunan mediante este mecanismo a sus crías contra algunas enfermedades, muchos patógenos son mortíferos para ellas, y los insectos no pueden luchar contra ellos. Pero ahora que se ha descubierto cómo las abejas vacunan a sus crías, esto abre la puerta a la creación de la primera vacuna comestible natural para insectos.
Las autoras de la investigación trabajan en un modo de producir una vacuna inofensiva, así como en el modo de cultivarlas e introducirlas en las colmenas de abejas a través de un “cóctel” que estas acepten comer.

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