sábado, 12 de julio de 2014

LA EVOLUCIÓN DE LA HABILIDAD DE NADAR EN LAS HORMIGAS

noticiasdelaciencia.com

La vida de las hormigas en las copas de los árboles de ciertas regiones selváticas es peligrosa: caerse del árbol puede significar la muerte. Sin embargo, este peligro no ha impedido que numerosas especies de hormigas tropicales establezcan su hogar entre las ramas. Para compensar el peligro de sufrir una caída, bastantes han desarrollado la capacidad de deslizarse planeando por el aire a fin de procurar aterrizar en un sitio seguro. Pero no todas tienen la suerte de posarse en otra rama o en otro árbol. Bastantes pueden acabar cayendo al agua de charcas, lagunas y ríos.

A lo largo de su historia evolutiva, las hormigas se han adaptado con éxito a muchos hábitats distintos. (Foto: Amazings / NCYT / JMC)

Steve Yanoviak y Dana Frederick, de la Universidad de Louisville, Estados Unidos, investigaron lo que les ocurre a las hormigas tropicales al caer al agua. Para su asombro, los individuos de algunas especies resultaron saber nadar muy bien. Profundizando en las observaciones, a fin de determinar cuán extendida está entre las especies de hormigas esta capacidad para nadar y qué técnicas de natación prefieren estos insectos, los investigadores han descubierto que el 57 por ciento de las especies de hormigas tropicales de los árboles pueden nadar, y que la natación debe ser muy importante para ellas ya que todo apunta a que ésta se desarrolló en cuatro ocasiones diferentes en el árbol genealógico evolutivo de la hormiga.
De las nadadoras, 10 especies resultaron ser lo más parecido a deportistas de élite, con la Gigantiops destructor alcanzando una velocidad máxima del orden de los 16 centímetros por segundo, mientras que las 10 especies menos hábiles se ponían a salvo nadando con lentitud y un tanto torpemente.
Cuando Yanoviak y Frederick compararon las habilidades natatorias de las hormigas con su habilidad para deslizarse por el aire planeando, encontraron que las mejores planeadoras tendían a ser las peores nadadoras.
También constataron que las hormigas que nadan sumergidas son capaces de divisar y reconocer objetos que son o parecen partes bajas de árboles. Eso les permite nadar hacia esa dirección a fin de poder trepar luego por ellas.
Los resultados de la investigación se han publicado en la revista académica Journal Of Experimental Biology.

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