martes, 20 de mayo de 2014

TODA LA FLORA IBÉRICA CON UN CLIC

ecoticias.com

Los autores, profesores de Botánica de la UPM y la UAM, subrayan el carácter divulga­tivo y docente de la página. “Además de su uso por aficionados o los que sienten curiosi­dad por la naturaleza, tiene un claro enfoque académico para las asignaturas relacionadas con la Botánica de diversas titulaciones uni­versitarias de Grado




El territorio de la península ibérica y las islas Baleares alberga una de las mayores diversi­dades florísticas de Europa. No obstante, po­cas personas conocen que en él prosperan grupos vegetales que asociaríamos a zonas tropicales antes que a un ambiente medite­rráneo. Es el caso de las orquídeas, plantas de alto interés ornamental cuyo origen se iden­tifica en muchas ocasiones con zonas exóti­cas o cultivos artificiales.
Y si hablamos de árboles, a pesar de que la diversidad vegetal de la Península es equipara­ble a la de otros países del continente, el nues­tro tiene un buen número de especies que da lugar a formaciones boscosas de gran interés.Una manera de conocer esta heterogeneidad ambiental es recorrer las páginas web Orquí­deas Ibéricas y Árboles Ibéricos.
Sus creado­res, los profesores de la Escuela Universitaria de Ingeniería Forestal de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) Pablo Galán Cela y Juan Ignacio García Viñas, junto al doctor Roberto Gamarra de la Universidad Au­tónoma de Madrid (UAM), han recopilado en ellas toda la información disponible sobre los especímenes que habitan en la España penin­sular, Portugal y las islas Baleares.
Ambas páginas ofrecen una guía detallada de los géneros ibéricos y sus especies, descri­ben las características generales de los gru­pos y aportan datos sobre distribución geo­gráfica, hábitats y otras curiosidades. Y si queremos saber más de ellos, proporcionan un listado con la bibliografía existente. Accediendo a estos catálogos virtuales, se puede identificar cada especie gracias a las más de 800 fotografías que incluye cada página.

La web de nuestros árboles

¿Dónde viven los árboles más longevos de la Península? ¿Qué hojas tienen el récord de du­ración en el árbol? ¿Cuáles son las especies que soportan las temperaturas más bajas o una mayor aridez? Las respuestas las descu­brimos en estas páginas. Pinos salgareños de la Sierra del Segura (Jaén), con cerca de mil de vida, forman el conjunto de árboles más longevos de nuestro país. Las hojas del pinsapo, que pueden perdurar en la rama más de 10 años, tienen el récord de duración. Juniperus thurifera (sabina) y Pinus uncinata (pino negro) son las especies que soportan las temperaturas más bajas, hasta -25°C, mien­tras que Pinus halepensis (pino carrasco) y Tetraclinis articulata (ciprés de Cartagena) son las que soportan mayor aridez.
La web Árboles Ibéricos refleja todas las es­pecies arbóreas autóctonas de la Península Ibérica y las Islas Baleares, además de las exóticas utilizadas en plantaciones en el me­dio natural, para producción de madera, como ornamentales o como protectoras de ecosistemas. Recoge hasta 139 especies, con su denominación científica, según las normas de la nomenclatura botánica, y con los nom­bres como vulgarmente se conocen en nues­tra geografía.
En cada caso, se indican los caracteres morfológicos necesarios para el reconoci­miento de la especie, en base a caracteres vegetativos como corteza, tronco, tallo, ye­mas y hojas, y a los reproductores, como in­florescencias, flores, frutos y semillas, con numerosas claves de identificación.
Se incluyen datos sobre la distribución geográfica, tanto mundial como ibérica, y los hábitats o las necesidades ecológicas de las especies. Todas ellas aparecen reflejadas en imágenes, con cuidadosas fotografías de de­talles anatómicos de órganos (hojas, flores y frutos) o de la corteza, o con vistas más gene­rales, por ejemplo, el porte de ejemplares bien caracterizados o de formaciones paisajísticas.
Los autores, profesores de Botánica de la UPM y la UAM, subrayan el carácter divulga­tivo y docente de la página. “Además de su uso por aficionados o los que sienten curiosi­dad por la naturaleza, tiene un claro enfoque académico para las asignaturas relacionadas con la Botánica de diversas titulaciones uni­versitarias de Grado (Biología, Ciencias Am­bientales, Ingenierías Agroforestales y del Medio Natural), tanto en los aspectos teóri­cos como en las prácticas de laboratorio y de campo”, afirman.
Basada en dos libros anteriores de los au­tores, Árboles y arbustos de la Península Ibé­rica y Árboles de los Montes Ibéricos, la iniciativa sigue la tendencia actual de 'informatizar' los conocimientos.
“Hemos pretendido aunar una ciencia consi­derada tradicional, como es la botánica, con las nuevas tecnologías, en un proyecto que también está disponible como aplicación para teléfonos inteligentes y tablets”, explican los autores. Esta aplicación permitirá acceder a la descripción de géneros, especies y fotos en todo lugar y sin ne­cesidad de una conexión a Internet.

Más de un centenar de orquídeas en España

Junto a la página dedicada a árboles, estos profesores han desarrollado otra que recoge los representantes autóctonos de la familia botánica Orchidaceae en nuestro territorio. “La afición por la observación de esta llamativa familia ha crecido mucho en los últimos años, sobre todo con la llegada de la fotografía digi­tal, muy accesible para todos los aficionados a la naturaleza”, subrayan.
La familia de las orquídeas consta de unas 25.000 especies silvestres conocidas, lo que la sitúa entre las más amplias del reino vegetal. Distribuidas por la superficie del globo, a ex­cepción de las zonas polares y los desiertos más secos, la gran mayoría se desarrolla en el ámbito tropical y subtropical. Abundan las que viven sobre grandes árboles (epífitas) o las tre­padoras y, precisamente entre estas últimas se encuentra una de las más conocidas por sus aplicaciones aromáticas, la vainilla.
No obstante, las orquídeas ibéricas son to­das ellas terrestres. “Esta familia está bien re­presentada en la Península, pero es muy des­conocida para el público, incluso para muchos aficionados a la naturaleza, ya que salvo ex­cepciones su aspecto no recuerda a las orquí­deas típicas de viveros y floristerías”, explica Galán.
Este investigador y Gamarra mantienen desde hace más de 25 años una línea de in­vestigación continua sobre diversos aspectos de esta familia: taxonomía, nomenclatura, biogeografía, micromorfología, etc. En el apartado de bibliografía de la página web se aporta referencia de casi todos sus trabajos, así como de muchos otros artículos y publica­ciones de interés.
En el portal mencionan 115 táxones a nivel específico, indicando cuáles están bien carac­terizados y cuáles se consideran como simples sinónimos sin significado biológico real porque reflejan variaciones morfológicas que no man­tienen constancia. También han hecho espe­cial hincapié en los aspectos biogeográficos, intentando reflejar en mapas los actuales co­nocimientos en cuanto a distribución y hábitat de las especies.
A pesar de la enorme variabilidad que ma­nifiesta, la flor de las orquídeas resulta muy fácil de reconocer. En esta página web se puede comprobar cómo el número de flores varía desde 1 a 4 en el caso de Cypripedium calceolus, hasta más de 60 en representantes de los géneros Himantoglossum, Dactylorhiza y Anacamptis.
Junto a su carácter divulgativo, otra de las finalidades del portal es “mostrar los avances científicos que se producen en el estudio botá­nico de esta familia, especialmente la taxono­mía que se va adaptando a los recientes traba­jos de genética molecular y a nuestros propios estudios sobre micromorfología de las semillas al microscopio electrónico”.
Con ambas páginas, han tratado no sólo de incentivar la capacidad de investigación en Bo­tánica, sino también proporcionar la informa­ción necesaria para comprender el modo de vida de plantas de especial interés. “Entender la diversidad biológica de la Península Ibérica y fomentar el hábito de la observación ayuda a concienciar sobre la importancia y el valor de la flora ibérica y, especialmente, sobre la urgente necesidad de su conservación”, concluyen los autores.

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