jueves, 24 de abril de 2014

LOS PERROS EXPERIMENTAN UNA FUERTE REACCIÓN EMOTIVA ANTE OLORES DE PERSONAS QUERIDAS AUSENTES

noticiasdelaciencia.com

Para los humanos, ver en una foto a un ser querido ausente despierta en nosotros una reacción emocional. Algo similar parece que les ocurre a los perros con los olores de personas ausentes por las que sienten afecto.

Zen, uno de los perros que han participado en el estudio. (Foto: Helen Berns)


Se ha descubierto que un área del cerebro canino asociada con la sensación de gratificación o recompensa responde con más fuerza a los olores de humanos con quienes el perro convive que a los olores de otros humanos, o incluso en algunos casos, y esto es llamativo, que a los olores de otros perros del mismo hogar.
Éste es el primer estudio de su tipo sobre las reacciones de perros a olores biológicos.
Una cosa es que cuando el dueño de un perro llega a casa, éste reaccione con manifiesta alegría. Otra bastante distinta es la que se ha hecho en los experimentos del nuevo estudio, ya que los perros percibían los olores de sus dueños sin estar estos presentes allí. Puede parecer una diferencia poco importante desde nuestra perspectiva humana, pero para un perro es una reacción mental un tanto compleja e indicadora de que esas reacciones son activadas por algo distante en el tiempo y el espacio. El fenómeno demuestra que los perros con los que convivimos tienen en su cerebro representaciones mentales de nosotros y que tales representaciones persisten cuando los perros no están con nosotros.
Cuando una persona percibe el olor del perfume que usa habitualmente su pareja o alguien a quien ama, puede experimentar una reacción emocional inmediata que no es necesariamente cognitiva. Los resultados de los experimentos llevados a cabo por el equipo de Gregory S. Berns, de la Universidad Emory en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, aparentemente demuestran la existencia del mismo fenómeno en los perros. Pero, dado que el olfato es un sentido mucho más importante para los perros que para los humanos, sus respuestas emocionales ante olores pueden ser más poderosas que las que nosotros podemos experimentar.
En la investigación también han trabajado Andrew M. Brooks, de la Universidad Emory, y Mark Spivak, de la empresa Comprehensive Pet Therapy, de Sandy Springs, Georgia, Estados Unidos.

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