martes, 23 de junio de 2015

LA IMPORTANCIA DE LAS MICORRIZAS

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La  revista ‘Microbial Ecology’ ha publicado recientemente un artículo sobre el papel esencial que juegan las micorrizas en el establecimiento y funcionamiento de los ecosistemas terrestres y del que es coautora la profesora Estibaliz Sarrionandia Areitio, del Laboratorio de Botánica del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (España). El artículo es fruto de la colaboración entre grupos de investigación de la UPV/EHU y la Universidad Nacional de Córdoba en Argentina.

(Foto: UPV/EHU)

La  revista ‘Microbial Ecology’ ha publicado el artículo titulado ‘Greenhouse seedlings of Alnus showed low host intrageneric specificity and a strong preference for some Tomentella ectomycorrhizal associates’, cuya coautora es Estibaliz Sarrionandia Areitio, investigadora del Laboratorio de Botánica del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la UPV/EHU y que es fruto de la colaboración entre grupos de investigación de la universidad vasca y la Universidad Nacional de Córdoba en Argentina, con el investigador Eduardo Nouhra al frente. En concreto, la investigación se centra en el estudio comparativo de las especies micorrícicas asociadas a las especies vicariantes Alnus glutinosa y Alnus acuminata en la Península Ibérica y Argentina respectivamente.
Como explica la profesora Sarrionandia, “la planificación de este proyecto surgió de un primer contacto entre los miembros de micología de la Universidad Nacional de Córdoba y la UPV/EHU, que dio paso a una visita a la universidad argentina para encaminar el estudio comparativo de las estructuras micorrícicas de las especies de Alnus (Betulaceae) presentes en los dos territorios implicados: A. glutinosa, aliso común (Península Ibérica) y A. acuminata, aliso del cerro (Argentina)”. Hay que destacar que las dos especies vicariantes forman alisedas (bosques de ribera) que, en el caso de Europa, están incluidas entre los hábitats prioritarios a proteger (Directiva 92/43/CE) por su situación y reconocido valor ecológico. Son, además, las únicas especies de su familia que están presentes en África y en el Hemisferio austral respectivamente.
El género Alnus está compuesto por especies realmente interesantes desde el punto de vista biológico, ecológico y económico, en general, y micológico en particular. “Alnus es uno de los pocos géneros de plantas capaz de establecer una asociación tetrapartida de forma simultánea con actinobacterias del género Frankia y con hongos que establecen diferentes tipos de micorrizas (simbiosis mutualista entre las raíces vegetales y las hifas de ciertos hongos filamentosos): micorrizas arbusculares (MA) y Ectomicorrizas (ECM)”, aclara la investigadora de la UPV/EHU. A través de las micorrizas los hongos obtienen de las plantas la fuente de carbono que precisan para su desarrollo y las plantas, a su vez, reciben a través de los hongos minerales, como el fósforo y nitrógeno principalmente, agua y resistencia frente a patógenos. Esta particularidad les confiere a las especies de alisos una gran tolerancia al estrés medioambiental como pantanos, humedales, zonas riparias y ambientes de alta montaña. Además, las especies de este género se caracterizan por ser pioneras y de rápido crecimiento, adaptadas a un amplio abanico de hábitats como depósitos glaciares, dunas, suelos volcánicos con depósitos de cenizas o corrimientos de tierra.
Las micorrizas también juegan un papel esencial en el establecimiento y funcionamiento de los ecosistemas terrestres, siendo, en parte, responsables de la estructura y dinámica de las poblaciones y comunidades vegetales. “A pesar de su importancia aún se desconocen muchísimos aspectos de la micorrización. Las MA son las más extendidas en el mundo (85% de las plantas  terrestres) y las más primitivas (400 millones de años), y solo las especies de la división Glomeromycota toman parte en ellas. Parece, además, que las MA fueron decisivas en la colonización inicial del medio terrestre por las plantas -continua la investigadora-. Por otra parte, las ECM sólo las establecen el 3% (8.000 especies) de los espermatófitos, pero su repercusión ecológica y económica es muy importante, ya que implica a un gran número de especies leñosas dominantes en numerosos ecosistemas forestales”. Según parece, desde su aparición, hace aproximadamente 50 millones de años, las ECM evolucionaron varias veces y de forma independiente. La enorme especificidad que algunos géneros fúngicos muestran hacia el hospedante parece apuntar, además, que ha habido un verdadero proceso de coevolución entre algunas plantas y hongos.
Como objetivos iniciales, el trabajo de investigación planteaba describir la flora fúngica MA y ECM asociada a Alnus glutinosa y Alnus acuminata, comparar la micota asociada a la rizosfera de los bosques riparios formados por A. glutinosa en la Península Ibérica y A. acuminata en Argentina, y analizar la especificidad de las especies micorrícicas asociadas a ambas especies de Alnus. “La flora fúngica ectomicorrícica asociada a Alnus es muy específica y no muy diversa. Fenómeno éste que posibilita analizar los procesos de coevolución planta-hongo partiendo con la ventaja de la existencia de trabajos filogenéticos y biogeográficos de Alnus. La flora micorrícica asociada a A. glutinosa sólo se ha estudiado en centroeuropa. En la Península éste sería el primer trabajo que, debido a su posición geográfica entre la Región Eurosiberiana y la Mediterránea, permitiría ampliar el estudio al ambiente mediterráneo, inexplorado hasta la fecha. Este sería, asimismo, el primer trabajo comparativo de las micorrizas asociadas a estas dos especies”, destaca Sarrionandia. Sin embargo, hasta la fecha, y a pesar del esfuerzo, no se ha conseguido financiación para llevar a cabo el proyecto, pero el tesón e interés de los miembros de investigación por este tema ha dado como resultado la presente publicación.
Cada uno de los grupos participantes está formado por personas con una amplia experiencia en el estudio de estructuras micorrícicas y con la suficiente ilusión, dedicación y capacidad para generar y ejecutar este tipo de proyectos. “Todos los miembros del equipo han participado, de forma independiente o en colaboración, en numerosos proyectos que abordan diferentes aspectos de la micorrización. Se ha trabajado en la caracterización de la flora fúngica ectomicorrícica de diferentes ecosistemas forestales, tanto de Argentina como de la Península Ibérica. Así mismo, se han desarrollado proyectos para inducir la micorrización de planta leñosa en vivero para repoblaciones forestales con fines madereros, o se ha procedido a inducir la micorrización en campo a plantas leñosas de replobaciones forestales sobre terrenos abandonados”.
La crisis es un fenómeno que está afectando de manera global a muchos países y numerosos sectores, y la investigación científica es uno de ellos. Así, una de las medidas que se pueden adoptar para paliar sus consecuencias y conseguir objetivos comunes es aunar las fuerzas. “El equipo de micología de la UPV/EHU es un grupo pequeño, formado por docentes-investigadores jóvenes y entusiastas, capacitados y con la posibilidad de acceder a convocatorias de cooperación. Por su parte, el grupo homólogo de la Universidad Nacional de Córdoba no es mucho más grande, pero formado así mismo por personas con entusiasmo dispuestas a avanzar en la investigación, pero con dificultades para conseguir financiación”, constata la profesora.
Los estudios básicos de identificación y reconocimiento de especies son esenciales para determinar los beneficios y aplicaciones que se pueden obtener de los recursos naturales. Algunas especies de Alnus, como las que se tratan en este trabajo, tienen un gran interés forestal y ecológico por su crecimiento rápido y porque mejoran la calidad y fertilidad de suelos especialmente en terrenos que han estado bajo presión humana. La micorrización es una técnica ampliamente utilizada para mejorar la estabilización y desarrollo de plantas forestales en lugares deforestados. Pero no todas las especies fúngicas ofrecen los mismos beneficios a la planta hospedante, ni tampoco son igual de fáciles para manejar. Por lo tanto, ampliar el conocimiento del cortejo fúngico ofrece la posibilidad de mejorar la micorrización de las plantas de Alnus y optimizar su aplicación. (Fuente: UPV/EHU)

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