viernes, 20 de febrero de 2015

UNOS ANCESTROS DEL SER HUMANO MUY PRIMITIVOS YA USABAN SUS MANOS COMO NOSOTROS

noticiasdelaciencia.com

Algunas de las características morfológicas de la mano humana son bastante diferentes de las de otros primates, permitiéndonos coger objetos con precisión y utilizarlos ejerciendo una fuerza considerable sobre ellos. Sin embargo, ¿cómo utilizaban sus manos nuestros primitivos antepasados homínidos? Sorprendentemente, unos científicos han encontrado evidencias, en detalles del uso de herramientas de piedra entre individuos de la especie Australopithecus africanus, de hace entre 2 y 3 millones de años, de que estos homínidos a los que se ha dado en llamar "hombres-mono" utilizaban sus manos de la manera en que lo hacemos los humanos modernos.

En una postura de agarre típica de la mano humana moderna, y al parecer también de las de los primates homínidos del género Australopithecus, una mano sujeta el primer hueso metacarpiano del pulgar de una mano de un Australopithecus africanus. (Foto: © Tracy Kivell / Matthew Skinner)

La habilidad tan humana de la precisión enérgica (por ejemplo, cuando giramos una llave con la que apretar una tuerca), y la capacidad de agarrar un objeto con fuerza suficiente como para que no se nos escape ante la acción de otras fuerzas (como cuando usamos un martillo), están unidas a dos transiciones evolutivas clave en el uso de la mano: una reducción de la actividad de trepar a los árboles, y la entrada en escena de la fabricación y uso de herramientas de piedra. Sin embargo, no está claro cuándo sucedieron estas transiciones locomotoras y de manipulación.
Unos científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, y la Universidad de Kent en el Reino Unido, entre otras instituciones, examinaron mediante técnicas avanzadas de análisis ciertos rasgos óseos de las manos. Tomaron como referencias la mano humana y la del chimpancé. Una diferencia clave entre ambas manos es que la humana tiene una capacidad única para la precisión enérgica entre el pulgar y los dedos. La mano del chimpancé, en cambio, no puede adoptar ciertas posturas que sí son comunes en la mano humana. Este patrón específico humano está presente en especies fósiles humanas no arborícolas y fabricantes de herramientas de piedra, como los neandertales.
El equipo de Matthew Skinner y Tracy Kivell ha comprobado ahora que el Australopithecus africanus, del cual se ha venido creyendo que no se dedicaba habitualmente a fabricar herramientas, tiene características óseas en la mano que concuerdan con la capacidad de oposición enérgica del pulgar y los dedos adoptada normalmente durante el uso de herramientas.
Este hallazgo anatómico confirma la sospecha, planteada por huellas arqueológicas encontradas tiempo atrás, de que los primates homínidos del género Australopithecus usaban herramientas de piedra y sus manos eran capaces de adoptar posturas propias de la mano humana anatómicamente moderna, mucho antes y de manera más habitual que lo asumido hasta ahora por los antropólogos.

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