martes, 12 de agosto de 2014

PROSIGUE LA CANDENTE POLÉMICA SOBRE LA PRESUNTA ESPECIE HUMANA HOMO FLORESIENSIS

noticiasdelaciencia.com

En octubre de 2004, una excavación que sacó a la luz restos esqueléticos fragmentarios en la isla indonesia de Flores dio lugar a lo que se calificó como "el más importante hallazgo de los últimos cien años en el campo de la evolución humana". Sus descubridores le dieron el nombre de Homo floresiensis, al asumir que se trataba de una especie de humano previamente desconocida, que vivió hace 15.000 años. Debido a la estatura estimada de un metro de altura a edad adulta, al Homo floresiensis a menudo se le llama popularmente "Hobbit", en referencia a la especie ficticia del mismo nombre, obra del novelista J.R.R. Tolkien. El supuesto Homo floresiensis parece ser además un caso único de humano arcaico sobreviviendo en una época relativamente reciente, cuando neandertales y denisovanos (primos evolutivos del Hombre anatómicamente moderno) ya llevaban miles de años extintos.

El LB1 visto de tres modos diferentes para poder apreciar mejor la asimetría facial. A es el espécimen real, B es el lado derecho duplicado, y C es el lado izquierdo duplicado. Son claras las diferencias entre  las arquitectura facial de la derecha y la de  la izquierda, e ilustran anomalías de crecimiento del sujeto conocido como LB1. (Imagen: A: E. Indriati. B y C: D.W. Frayer)

En la comunidad científica, el hallazgo del Homo floresiensis se viene debatiendo muy acaloradamente, habiéndose llegado en algunos casos muy cerca de la descalificación personal y hasta del insulto. A lo largo de estos años, los redactores de NCYT de Amazings hemos escrito numerosos artículos exponiendo la situación de cada fase de la "guerra" entre ambos bandos, una situación que suele alternar abruptamente entre la demostración por unos científicos de que el Homo floresiensis es una especie nueva, y la demostración por parte de otros de que no lo es, y así sucesivamente. Uno de los estudios más enérgicos de este segundo tipo fue el que divulgamos en un artículo (http://www.amazings.com/ciencia/noticias/290906b.html) publicado el 29 de septiembre de 2006, al que titulamos elocuentemente con la conclusión esgrimida por los autores de aquel estudio: "El Homo Floresiensis No Existió". Un ejemplo de signo contrario es el recogido en nuestro artículo (http://www.amazings.com/ciencia/noticias/110305b.html) publicado el 11 de marzo de 2005 y con un título diametralmente opuesto al del otro: "El Pequeño "Hobbit", Nueva Rama del Árbol Humano".
Ahora, la última palabra vuelven a decirla los detractores de la teoría de la nueva especie. Un nuevo reanálisis detallado realizado por el equipo internacional de Robert B. Eckhardt, profesor de evolución y genética del desarrollo en la Universidad Estatal de Pensilvania en University Park, Estados Unidos, Maciej Henneberg, profesor de anatomía y patología en la Universidad de Adelaida en Australia, y Kenneth Hsü, geólogo y paleoclimatólogo de los Institutos Nacionales de Ciencias de la Tierra en Pekín, China, sugiere que el único espécimen sobre el que se sustenta la nueva designación, conocido como LB1, no representa una nueva especie. Al contrario, todo apunta a que se trata del esqueleto de un humano desarrollado de forma anormal y que, según los investigadores, contiene características importantes que encajan con un diagnóstico de síndrome de Down.
“Cuando vimos por primera vez los huesos, varios de nosotros nos percatamos de inmediato de la presencia de un trastorno en el desarrollo”, explica Eckhardt. “Con los años, varias líneas de evidencias han convergido hacia el síndrome de Down”.
El indicador más claro, según los autores del nuevo estudio, es la asimetría craneofacial, una falta acentuada de coincidencia entre los lados izquierdo y derecho del cráneo, que es típica de este y otros trastornos. Otros indicios se han ido agregando en los últimos tiempos, y el análisis que de todo ello hacen los autores del nuevo estudio les lleva a la citada conclusión de que el individuo catalogado como un ejemplar de Homo floresiensis era en realidad un humano convencional aquejado de síndrome de Down.

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