viernes, 14 de marzo de 2014

LA PEOR EXTINCIÓN MASIVA DE LA TIERRA OCURRIÓ MUCHO MÁS DEPRISA DE LO CREÍDO

noticiasdelaciencia.com

La extinción masiva más grande en la historia de la vida animal ocurrió hace unos 252 millones de años, acabando, según algunas estimaciones, con más del 96 por ciento de las especies marinas y aproximadamente el 70 por ciento de las terrestres, incluyendo a los insectos más grandes conocidos que han existido en la Tierra. Múltiples teorías han intentado explicar la causa de esa extinción. Entre ellas figuran el impacto de un asteroide, erupciones volcánicas masivas, o una cascada catastrófica de trastornos medioambientales. De hecho, es probable que las tres cosas ocurrieran.

Recreación artística de paisaje dantesco durante la Gran Extinción de finales del Pérmico. (Imagen: José Luis Olivares / MIT)

En cualquier caso, localizar la causa exacta de la extinción, o el acontecimiento que lo inició todo, exige disponer de mejores mediciones sobre la duración del periodo de extinción. Ahora, el equipo de Sam Bowring, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en la ciudad estadounidense de Cambridge, ha determinado que esa extinción de fines del Periodo Pérmico ocurrió en unos 60.000 años, con un margen de duda de 48.000 años de más o de menos, pero en cualquier caso de forma prácticamente instantánea, desde una perspectiva geológica. La nueva cronología acorta significativamente el periodo en el que tuvo lugar la extinción. Los valores anteriores eran mucho más imprecisos.
La nueva cronología se basa en técnicas de datación más precisas que las usadas en estimaciones previas, e indica que la más grave extinción de la que se tiene conocimiento en la historia de la Tierra pudo haber ocurrido más de 10 veces más rápido de lo que los científicos habían asumido.
El hallazgo aclara el calendario de la extinción pero rodea ésta de más misterio, ya que, tal como argumenta Bowring, una aniquilación tan grande en un periodo tan pequeño resulta más difícil de explicar que si se hubiera desarrollado a lo largo de un periodo más extenso. "Una extinción excepcional requiere una explicación excepcional", resume Bowring.
Además de establecer con una precisión mucho mayor la duración de la extinción, el equipo de Bowring también encontró que, 10.000 años antes de la hecatombe, se produjo lo que parece ser una adición masiva de dióxido de carbono a la atmósfera. Este cambio drástico pudo provocar una acidificación generalizada en el mar, y un aumento de 10 grados centígrados o más en las temperaturas oceánicas, exterminando a la mayoría de la vida marina.
Hay indicios de que esa descarga masiva de dióxido de carbono a la atmósfera fue el resultado de pavorosas erupciones volcánicas cuya lava incendió inmensos yacimientos de carbón, con el resultado de emisiones colosales de dióxido de carbono y otras sustancias tóxicas que exterminaron a cuantiosas formas de vida. Uno de los principales candidatos como lugar donde se originó esta oleada imparable de daños medioambientales es una zona siberiana caracterizada por una sucesión de raras colinas que parecen grandes escalones o terrazas, y que son conocidos como las Traps Siberianas. El término "Traps" deriva de la palabra sueca "Trapp", que significa escalón.
Para confirmar si las Traps Siberianas son realmente una prueba definitiva del mecanismo por el que se desencadenó la extinción, el equipo de Bowring y Seth Burgess planea obtener una cronología igual de precisa para las erupciones de las Traps de Siberia, y compararlas con la cronología de la extinción obtenida en el último estudio, para ver dónde los dos eventos se superponen. Los investigadores examinarán áreas adicionales en China a fin de comprobar si la duración de la extinción puede ser determinada con una precisión aún mayor.

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