domingo, 17 de febrero de 2013

LA BIODIVERSIDAD ELEVA LA SALUD ENTRE ANIMALES

ecoticias.com

Cuanto más rica es la variedad de especies de anfibios que viven en un estanque mayor es la protección para cada comunidad de ranas, sapos y salamandras contra una infección parasitaria que puede causar deformidades severas, incluyendo el crecimiento de las patas adicionales, según un nuevo estudio realizado por la Universidad de Colorado Boulder (Estados Unidos).




Los resultados, publicados este jueves en la revista 'Nature', apoyan la idea de que una mayor biodiversidad en los ecosistemas de mayor envergadura, como los bosques o pastizales, también puede proporcionar más protección contra las enfermedades, incluidas las que atacan a los humanos. Así, un mayor número de especies de mamíferos en un área puede frenar los casos de la enfermedad de Lyme, mientras que una elevada variedad de especies de aves hace de barrera para la propagación del virus del Nilo Occidental.
Los investigadores se han esforzado por diseñar estudios integrales que iluminen sobre la posible conexión entre la transmisión de la enfermedad y el número de especies que viven en los ecosistemas complejos, pero parte del problema era simplemente el enorme número de organismos que se necesitan para tomar muestras y las vastas áreas sobre las que esos organismos vagan.
El nuevo estudio de la Universidad de Colorado supera este problema mediante el estudio de pequeñas y más fáciles muestras de ecosistemas. Pieter Johnson, profesor asistente del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva y autor principal del estudio y su equipo visitaron cientos de estanques en California, grabando los tipos de anfibios que viven allí, así como el número de caracoles infectados por el patógeno ondatrae Ribeiroia.
"Mediante la recopilación de datos de cientos de estanques y miles de huéspedes de anfibios, nuestro equipo fue capaz de proporcionar una prueba rigurosa de la hipótesis, que tiene importancia para una amplia gama de sistemas", explicó Johnson.
El equipo reforzó sus observaciones sobre el terreno, tanto con pruebas de laboratorio diseñadas para medir cómo de propensa a la infección era cada especie de anfibio y mediante la creación de réplicas del estanque exterior con grandes tinas de plástico repletas de renacuajos que fueron expuestos a un número conocido de parásitos. Todos los experimentos llevaron a la misma conclusión: una mayor reducción de la biodiversidad incidió en el éxito de las infecciones de anfibios y el número de ranas deformes.
Los investigadores analizaron durante tres años 345 humedales y malformaciones, que incluyen patas traseras perdidas, deformes o adicionales, causadas por infecciones parasitarias en 24.215 anfibios y catalogaron 17.516 caracoles, lo que les llevó a detectar que los estanques con media docena de especies de anfibios tuvieron una reducción del 78 por ciento en la transmisión del parásito en comparación con estanques con una sola especie de anfibios. También llevaron a cabo experimentos en el laboratorio y al aire libre con 40 estanques artificiales, cada uno equipado con 60 anfibios y 5.000 parásitos.
La razón de la disminución en las infecciones parasitarias a medida que aumenta la biodiversidad está probablemente relacionada con el hecho de que los estanques agregan especies de anfibios en un patrón predecible, con la primera especie que parece ser la más propensa a la infección y la segunda que tiende a ser menos propensa.
El equipo de investigación encontró que en un estanque con un solo tipo de anfibio, el anfibio era casi siempre la rana coro Pacífico, una criatura que es capaz de reproducirse rápidamente y colonizar los hábitats de humedales, además de que también es especialmente vulnerable a la infección y parásitos que inducen deformidades.
Por otra parte, la salamandra tigre de California era típicamente una de las últimas especies en ser agregadas a una comunidad del estanque y también una de las más resistentes a la infección parasitaria. Por lo tanto, en un estanque con una mayor biodiversidad, los parásitos tienen una mayor probabilidad de encontrar un anfibio que es resistente a la infección y reducir la tasa de éxito global de transmisión entre caracoles infectados y anfibios.
Este mismo patrón de que las comunidades menos diversas están formadas por especies que son más susceptibles a la infección de la enfermedad también puede jugar en los ecosistemas más complejos porque las especies que se dispersan rápidamente a través de los ecosistemas parece que compensan su capacidad de repdroducción con la de desarrollar resistencia a las enfermedades.
"Esta investigación llega a la sorprendente conclusión de que todo el conjunto de especies en una comunidad afecta a la susceptibilidad a la enfermedad. La biodiversidad importa", destacó Doug Levey, director del programa en la División de la Fundación Nacional de Ciencia de Biología Ambiental, que ayudó a financiar la investigación.
"Nuestros resultados indican que una mayor diversidad reduce el éxito de los agentes patógenos --concluye Johnson--. No obstante, si la presión de infección es alta, por ejemplo, en un año con alta abundancia de vectores, todavía habrá un riesgo significativo de enfermedad, por lo que la biodiversidad simplemente funcionará para amortiguar el éxito de la transmisión".

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