domingo, 27 de enero de 2013

IDENTIFICAN TRES ESPECIES DE PRIMATES VENENOSOS

noticiasdelaciencia.com

En un análisis reciente, se ha descubierto que ciertos loris perezosos (Nycticebus), que originalmente habían sido agrupados con otra especie, pertenecen en realidad a tres especies separadas de la otra. La división de la especie en cuatro clases diferentes implica que el riesgo de extinción de estos animales es mayor de lo que se pensaba. Conocer que existe este riesgo mayor podría ayudar a impulsar los proyectos dirigidos a proteger a estos primates tan inusuales.


Una de las especies de loris perezosos recién identificadas, el Nycticebus kayan. (Foto: Ch'ien C Lee)


Las especies recién identificadas (N. bancanus, N. borneanus y N. kayan) están ahora por tanto separadas de la cuarta especie, la original, N. menagensis.
El equipo de las investigadoras Rachel Munds, de la Universidad de Misuri, Estados Unidos, Susan Ford de la Universidad del sur de Illinois en el mismo país, y Anna Nekaris de la Universidad de Oxford Brookes en el Reino Unido, había observado que la especie original, de la isla de Borneo, contenía animales con tamaños del cuerpo, grosor del pelaje, hábitats y rasgos faciales, notablemente diferentes.


Valiéndose de dichas observaciones, así como de especímenes de museo, fotografías y animales vivos, el equipo de investigación logró aclarar debidamente la situación y dividir en cuatro especies la original. Ahora, en vez de haber un animal considerado como vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, puede haber cuatro amenazados o en peligro de extinción. Este cambio potencial en el estado de conservación podría servir para llamar la atención sobre la difícil situación de estos primates y aumentar su protección legal.
Pese a ser animales venenosos, el aspecto de juguetes de peluche que tienen los loris ha promovido su captura y venta como mascotas exóticas. También se les emplea para elaborar productos usados por curanderos.
La caza furtiva de estos singulares primates en toda su área de distribución geográfica en el sudeste asiático y en las islas cercanas se ha convertido en un negocio muy lucrativo.
El proceso de extracción de los citados productos de curanderos implica torturar y matar a los loris, pero el fin que les aguarda si se convierten en mascotas también suele ser la muerte. Munds asevera que tener estos animales como mascotas es cruel y que no es viable domesticarlos.
"Incluso los parques zoológicos tienen dificultades para satisfacer sus necesidades nutricionales", explica

Munds. "Los zoos rara vez logran que se reproduzcan. Casi todos estos primates en el comercio de mascotas son arrancados de su medio natural, rompiendo los vínculos de las complejas y poco comprendidas estructuras sociales de los loris. Los dientes que usan para su mordedura venenosa les son arrancados. Muchos de ellos mueren por las sórdidas condiciones imperantes en los mercados de mascotas donde son vendidos. Una vez que llegan a un hogar, sus amos no les proporcionan los requisitos sociales, de nutrición y de hábitat que necesitan para vivir confortablemente. Los dueños también quieren jugar con estos animales nocturnos durante el día, alterando así sus patrones de sueño".

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