jueves, 1 de noviembre de 2012

EL INSÓLITO MODO DE ORIENTARSE DE CIERTOS PECES EN UNA CAVERNA DE ECUADOR

noticiasdelaciencia.com
 
En una intrigante cueva ecuatoriana, una especie de pez de caverna ha evolucionado para hacer algo que quizás sólo haga ella: navegar orientándose gracias a sus dentículos, estructuras similares a los dientes pero que emergen de la piel.


Un ejemplar de Astroblepus pholeter. (Foto: Daphne Soares, University of Maryland)

El uso sensorial de estas estructuras parece ser un fenómeno evolutivo no conocido hasta ahora, y puede que sólo exista en esta caverna.
Así lo creen los investigadores, de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, la Universidad de Maryland en College Park, Estados Unidos, y los Institutos Nacionales estadounidenses de Salud, quienes han descubierto la existencia de esta fascinante rareza evolutiva, una extraordinaria adaptación a vivir en un ambiente sumido en una oscuridad total y en el que las aguas circulan a gran velocidad.
Muchos peces tienen dentículos. Llamarles dientes no es del todo desacertado en lo que se refiere a su composición, ya que cuentan con capas de dentina y esmalte dental, como los dientes propiamente dichos, los de la boca. El uso común de los dentículos en los peces es para efectuar cortes, protegerse, o reducir la resistencia al avance por el agua cuando nadan.
El Astroblepus pholeter, el pez que vive en esta cueva ecuatoriana, desarrolló un nuevo modo de usarlos: una forma de percepción sensorial de su entorno. El equipo de Daphne Soares, de la Universidad de Maryland, ha comprobado que los dentículos de estos peces se han acabado convirtiendo en herramientas para percibir su entorno, las cuales crean imágenes hidrodinámicas que les permiten orientarse en un entorno oscuro y con rápidas corrientes de agua.
Por regla general, los peces perciben el flujo de agua mediante neuromastos, órganos pequeños en su línea lateral que comparten características con el oído humano. La mayoría de los peces de caverna tiene un sistema de neuromastos ampliado, para adaptarse mejor a la vida en la oscuridad, pero el del Astroblepus pholeter casi no le sirve de nada a este animal. En cambio, sus dentículos están conectados a la parte mecanosensorial del cerebro, lo cual permite al pez detectar la dirección del flujo de agua y la distancia desde el fondo a medida que las corrientes desvían sus dentículos, a juzgar por los hallazgos hechos en el estudio.
Lo descubierto revela un nuevo camino por el cual la evolución ha permitido a una especie animal vivir en este desafiante entorno. No sólo está completamente oscuro, sino que el mundo que rodea a esos peces fluye con mucha rapidez.
Soares cree que las corrientes de agua rápidas y turbulentas de la caverna donde vive el Astroblepus pholeter pueden ser la razón de que sus dentículos hayan evolucionado de esta forma. Las corrientes imperantes probablemente son demasiado fuertes como para que el sistema de neuromastos se haya podido desarrollar como lo hizo en otras especies. Y pone el ejemplo de intentar escuchar a alguien hablando en un concierto de rock: Para una persona normal, el ruido de fondo es demasiado alto.

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