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Los resultados de un meticuloso análisis ratifican que unos fósiles descubiertos
en sedimentos de arcilla cerca de Franceville, en Gabón, en un antiguo lecho
acuático, corresponden a los organismos multicelulares más antiguos que se hayan
encontrado hasta hoy, y revelan en toda su magnitud la gran importancia de este
abundante yacimiento paleontológico, al sacar a la luz una amplia biodiversidad
compuesta de organismos micro y macroscópicos de tamaños y formas muy variados,
que se desarrollaron en un ecosistema marino. En total, se han recolectado y
examinado más de 400 fósiles de hace 2.100 millones de años, incluyendo docenas
de nuevos tipos.
Dos macrofósiles del conjunto de restos estudiados. (Foto: © Abderrazak El Albani)
Antes del hallazgo de este conjunto asombroso de fósiles, los de los
organismos complejos más antiguos conocidos tenían unos 600 millones de años
(los Vendobionta de Ediacara en Australia) y se asumía que, antes de ese
período, la vida en nuestro planeta estaba integrada exclusivamente por
organismos unicelulares (bacterias, algas unicelulares, y otras formas por el
estilo). Con el descubrimiento en Franceville, la aparición de las primeras
formas de vida compleja ha dado un espectacular salto de 1.500 millones de años
hacia atrás en el tiempo.
En definitiva, el hallazgo de los fósiles, y el extenso análisis de los
mismos realizado por un equipo que incluye a expertos del CNRS (Centro Nacional
francés para la Investigación Científica), la Universidad de Poitiers en
Francia, y otras instituciones francesas, han cambiado drásticamente la
cronología de la evolución de la vida en la Tierra.
Las excavaciones llevadas a cabo desde 2008 por parte del equipo de
Abderrazak El Albani han desenterrado hasta la fecha unos 400 fósiles.
La rápida fosilización de estos especímenes conservó muy bien sus formas
originales, lo que aumenta el valor científico del yacimiento.
Los investigadores han catalogado algunos nuevos morfotipos, como, por
ejemplo, circulares, alargados, lobulados, cada uno incluyendo individuos de
diferentes tamaños. Sus análisis revelan organismos con textura radial y cuerpos
gelatinosos blandos. Sus formas pueden ser lisas o con pliegues, su textura
puede ser uniforme o por el contrario nudosa, y su material corporal puede estar
esencialmente en una sola pieza o dividido en partes. Las estructuras corporales
con un muy alto nivel de organización, así como los tamaños diversos de los
especímenes macroscópicos (de hasta 17 centímetros) resultan sorprendentes para
una época tan antigua y supuestamente tan primitiva. La diversidad y las
estructuras altamente organizadas de los especímenes estudiados sugieren que ya
llevaban un tiempo bastante largo evolucionando. Hay datos suficientes para
determinar que este complejo ecosistema marino estuvo compuesto por organismos
micro y macroscópicos, muy variados en cuanto a formas, que vivían en un entorno
marino de escasa profundidad.
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