noticiasdelaciencia.com
La vida de las hormigas en las copas de los árboles de ciertas regiones
selváticas es peligrosa: caerse del árbol puede significar la muerte. Sin
embargo, este peligro no ha impedido que numerosas especies de hormigas
tropicales establezcan su hogar entre las ramas. Para compensar el peligro de
sufrir una caída, bastantes han desarrollado la capacidad de deslizarse
planeando por el aire a fin de procurar aterrizar en un sitio seguro. Pero no
todas tienen la suerte de posarse en otra rama o en otro árbol. Bastantes pueden
acabar cayendo al agua de charcas, lagunas y ríos.
A lo largo de su historia evolutiva, las hormigas se han adaptado con éxito a muchos hábitats distintos. (Foto: Amazings / NCYT / JMC)
Steve Yanoviak y Dana Frederick, de la Universidad de Louisville, Estados
Unidos, investigaron lo que les ocurre a las hormigas tropicales al caer al
agua. Para su asombro, los individuos de algunas especies resultaron saber nadar
muy bien. Profundizando en las observaciones, a fin de determinar cuán extendida
está entre las especies de hormigas esta capacidad para nadar y qué técnicas de
natación prefieren estos insectos, los investigadores han descubierto que el 57
por ciento de las especies de hormigas tropicales de los árboles pueden nadar, y
que la natación debe ser muy importante para ellas ya que todo apunta a que ésta
se desarrolló en cuatro ocasiones diferentes en el árbol genealógico evolutivo
de la hormiga.
De las nadadoras, 10 especies resultaron ser lo más parecido a deportistas de
élite, con la Gigantiops destructor alcanzando una velocidad máxima del orden de
los 16 centímetros por segundo, mientras que las 10 especies menos hábiles se
ponían a salvo nadando con lentitud y un tanto torpemente.
Cuando Yanoviak y Frederick compararon las habilidades natatorias de las
hormigas con su habilidad para deslizarse por el aire planeando, encontraron que
las mejores planeadoras tendían a ser las peores nadadoras.
También constataron que las hormigas que nadan sumergidas son capaces de
divisar y reconocer objetos que son o parecen partes bajas de árboles. Eso les
permite nadar hacia esa dirección a fin de poder trepar luego por ellas.
Los resultados de la investigación se han publicado en la revista académica
Journal Of Experimental Biology.
No hay comentarios:
Publicar un comentario