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Se ha descubierto en cultivos de maíz que estas plantas emiten señales químicas que atraen a microbios que estimulan el crecimiento vegetal. Con estas señales químicas, los vegetales logran que tales microorganismos se queden a vivir entre sus raíces.
(Foto: NCYT / Amazings / MMA)
Ésta es la primera señal química de su clase que se descubre en el maíz.
Al profundizar en el conocimiento de cómo los cereales interactúan con los microorganismos en el suelo, esta nueva investigación ayudará a impulsar los esfuerzos que se vienen realizando desde hace algún tiempo en la comunidad científica para aumentar la producción de cereales de manera sostenible con el fin de poder alimentar a una población mundial cada vez más numerosa.
El hallazgo lo ha hecho el equipo de Andy Neal de Rothamsted Research en Hertfordshire y Jurriaan Ton del Departamento de Ciencias Animales y Vegetales de la Universidad de Sheffield, ambas instituciones en el Reino Unido.
Lo descubierto podría ser particularmente útil en la lucha contra plagas y enfermedades trasmitidas por el suelo. Con la selección para el cultivo de plantas que sean mejores reclutando bacterias que suprimen enfermedades y promueven el crecimiento, los científicos esperan reducir la dependencia de fertilizantes y pesticidas en la agricultura.
Ya se sabía que ciertas plantas liberan por sus raíces sustancias que atraen a otros organismos y hacen que se aposenten a su alrededor. De hecho, el entorno de las raíces de una planta está lleno de microorganismos, y las poblaciones de células bacterianas pueden ser hasta 100 veces más densas alrededor de las raíces que en otros lugares. Para estos microorganismos resultan atractivos compuestos simples como azúcares y ácidos orgánicos, ya que son una buena fuente de energía. Sin embargo, no se sabía que otros productos químicos más complejos sirven para atraerlos también, porque generalmente se pensaba que estos resultaban tóxicos.
En el nuevo estudio se ha constatado que ciertas bacterias, en particular una que es común en los suelos y que se llama Pseudomonas putida, se valen de estas toxinas químicas para localizar las raíces de una planta. La planta se beneficia de la presencia de estas bacterias porque ellas incrementan la disponibilidad de nutrientes importantes como el hierro y el fósforo, y la benefician también al competir contra bacterias dañinas en torno al sistema radicular.
Al profundizar en el conocimiento de cómo los cereales interactúan con los microorganismos en el suelo, esta nueva investigación ayudará a impulsar los esfuerzos que se vienen realizando desde hace algún tiempo en la comunidad científica para aumentar la producción de cereales de manera sostenible con el fin de poder alimentar a una población mundial cada vez más numerosa.
El hallazgo lo ha hecho el equipo de Andy Neal de Rothamsted Research en Hertfordshire y Jurriaan Ton del Departamento de Ciencias Animales y Vegetales de la Universidad de Sheffield, ambas instituciones en el Reino Unido.
Lo descubierto podría ser particularmente útil en la lucha contra plagas y enfermedades trasmitidas por el suelo. Con la selección para el cultivo de plantas que sean mejores reclutando bacterias que suprimen enfermedades y promueven el crecimiento, los científicos esperan reducir la dependencia de fertilizantes y pesticidas en la agricultura.
Ya se sabía que ciertas plantas liberan por sus raíces sustancias que atraen a otros organismos y hacen que se aposenten a su alrededor. De hecho, el entorno de las raíces de una planta está lleno de microorganismos, y las poblaciones de células bacterianas pueden ser hasta 100 veces más densas alrededor de las raíces que en otros lugares. Para estos microorganismos resultan atractivos compuestos simples como azúcares y ácidos orgánicos, ya que son una buena fuente de energía. Sin embargo, no se sabía que otros productos químicos más complejos sirven para atraerlos también, porque generalmente se pensaba que estos resultaban tóxicos.
En el nuevo estudio se ha constatado que ciertas bacterias, en particular una que es común en los suelos y que se llama Pseudomonas putida, se valen de estas toxinas químicas para localizar las raíces de una planta. La planta se beneficia de la presencia de estas bacterias porque ellas incrementan la disponibilidad de nutrientes importantes como el hierro y el fósforo, y la benefician también al competir contra bacterias dañinas en torno al sistema radicular.
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