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Tanto con la construcción de una máquina voladora como con la evolución natural de un ser volador, hay presión para optimizar la eficiencia. Un nuevo análisis realizado por biólogos, físicos e ingenieros revela el grado sutil pero importante al que esa presión ha dado forma a las alas de los murciélagos.
Murciélago. (Foto: Breuer and Swartz/Brown University)
Las observaciones y cálculos que este grupo de especialistas ha realizado muestran que los murciélagos al flexionar sus alas hacia dentro durante el movimiento hacia arriba efectuado por el ala, usan sólo el 65 por ciento de la energía inercial que emplearían si se mantuvieran sus alas completamente extendidas. A diferencia de los insectos, los murciélagos tienen alas pesadas y musculosas con articulaciones flexibles semejantes a las de una mano.
El estudio, llevado a cabo por el equipo de Sharon Swartz, Kenneth Breuer, Attila Bergou y Daniel Riskin, de la Universidad Brown, en Providence, Rhode Island, Estados Unidos, sugiere que los murciélagos usan su flexibilidad para compensar esa masa.
La masa del ala es importante, pero a menudo se pasa por alto en los análisis de eficacia de vuelo. Lo común es tener más en cuenta la sustentación en el aire y la resistencia al avance, y dejar de lado la medición de la energía necesaria para mover las alas.
Siempre se ha pensado que los murciélagos sólo flexionan hacia dentro sus alas al moverlas hacia arriba para así reducir la resistencia al avance ejercida por el aire. Aunque obviamente esa forma de flexionar las alas reduce dicha resistencia, la importancia evolutiva de este rasgo de la técnica de vuelo de los murciélagos no parece estar tanto en la cuestión aerodinámica en sí, sino en el ahorro energético derivado de ello.
Los resultados de la nueva investigación permitirán conocer mejor los entresijos del vuelo de los murciélagos y de algunos pájaros. Y también podrían tener aplicaciones para el diseño de pequeños robots voladores que en vez de comportarse como aviones o helicópteros logren una mayor eficiencia batiendo alas flexibles, a imitación de los murciélagos. Este posible campo de aplicación no es una mera especulación, como lo demuestra el hecho de que la investigación la ha financiado la USAF (Fuerza Aérea Estadounidense).
La clave es que a un vehículo con alas pesadas y que no deba volar a velocidades muy grandes le puede beneficiar mucho en términos de ahorro energético flexionar las alas hacia dentro al moverlas hacia arriba
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