jueves, 10 de mayo de 2012

LA COEXISTENCIA ENTRE RATONES Y HUMANOS PERMITE RASTREAR EN RATONES LOS VIAJES VIKINGOS DE COLONIZACIÓN

noticiasdelaciencia.com

Los ratones han sido durante buena parte de la historia de la humanidad un acompañante persistente y molesto. No sólo se han aposentado en viviendas, graneros y otros edificios, sino que también han viajado como polizones en barcos y carretas. Debido a su coexistencia con el Ser Humano, el estudio genético de los linajes de los ratones de cada región puede aportar datos, o respaldar los ya conocidos, acerca de migraciones humanas.


Reconstrucción de una casa vikinga. (Foto: Cornell U.)

Eso lo sabe bien Jeremy Searle, profesor de ecología y biología evolutiva en la Universidad de Cornell, Nueva York, quien explora la distribución global del ratón doméstico (Mus musculus) y usa al animal como biomarcador de los asentamientos humanos.
Las investigaciones anteriores realizadas por Searle apoyan la teoría de que el ratón australiano se originó en las Islas Británicas, y probablemente vino desde tan lejos a bordo de los barcos en los que se transportaba a convictos que fueron desterrados a Australia para colonizar el continente entre finales del siglo XVIII y mediados del XIX.
Searle llegó a esta conclusión utilizando técnicas evolutivas para analizar el ADN mitocondrial, comparando las poblaciones modernas de ratones australianos con las poblaciones actuales de ratones de las regiones de donde se sospechaba que llegaron los antepasados de los ratones australianos, en la Europa Occidental.
En un nuevo estudio, sobre los vikingos, Searle y sus colaboradores en Islandia, Dinamarca y Suecia, fueron un paso más lejos, empleando ADN antiguo de ratones cuyos restos fueron hallados en yacimientos arqueológicos que datan de los siglos X, XI y XII, así como de ratones modernos.
El equipo de Searle y Eleanor Jones, de la Universidad de York en el Reino Unido y la de Uppsala en Suecia, ha demostrado que los ratones se colaron en los barcos vikingos y alcanzaron colonias en áreas donde los noruegos se habían asentado, como las Islas Británicas, las Islas Feroe, Islandia y Groenlandia. Es decir, que, incluso si desconociéramos la historia de los viajes de colonización de los vikingos, podríamos reconstruirla valiéndonos sólo de los datos obtenidos de los ratones.
Donde vayan las personas, con ellas irán también los ratones. A pesar de que estos animales no suelen aventurarse más allá de un radio de tan sólo 100 metros alrededor de su escondrijo, y a pesar de que el área geográfica en la que surgió la especie era bastante limitada, el ratón doméstico se las ha arreglado para colonizar cada continente, lo que lo ha convertido en un valioso instrumento para investigadores como Searle.

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