miércoles, 30 de septiembre de 2015

¿LOS VIRUS SON SERES VIVOS?

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Tradicionalmente, los virus han sido difíciles de clasificar para la biología. Poseen algunos de los rasgos esenciales de toda forma de vida, pero no otros. Esto último ha hecho que se tienda a considerarlos más bien como fragmentos de maquinaria bioquímica. Esta visión de los virus puede que comience a cambiar de manera drástica ahora, con motivo de los resultados del estudio realizado por el equipo de Gustavo Caetano-Anollés, de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, Estados Unidos.

Los diversos atributos físicos, tamaños de genoma y estilos de vida de los virus los hacen difíciles de clasificar. El nuevo estudio se ha basado en pliegues de proteínas para evidenciar que los virus son entidades vivas que pertenecen a su propia rama del árbol genealógico evolutivo. (Imagen: Julie McMahon)

Parte de la confusión sobre si los virus son o no entes vivientes surge de su abundancia y diversidad. Hasta ahora se han identificado y secuenciado menos de 4.900 virus, a pesar de que los científicos estiman que existen más de un millón de especies víricas. Muchos virus son diminutos, bastante más pequeños que las bacterias u otros microbios, y contienen apenas un puñado de genes. Pero otros, como los mimivirus, descubiertos no muchos años atrás, son de tamaño enorme, y con genomas más grandes que los de algunas bacterias.
El nuevo análisis apoya la hipótesis de que los virus son entidades vivientes que comparten una larga historia evolutiva con las células. El estudio ofrece además el primer método fiable para hacer un seguimiento de la evolución vírica hasta la época en que ni los virus ni las células existían en las formas que hoy en día se reconocen.
El nuevo estudio se centró en el enorme repertorio de estructuras llamadas pliegues de proteínas que están codificados en los genomas de todas las células y virus. Estos pliegues son los bloques de construcción estructurales de las proteínas, dándoles sus formas tridimensionales complejas. Comparando las estructuras de pliegues a lo largo de las diferentes ramas del árbol de la vida, los investigadores pueden reconstruir las historias evolutivas de los pliegues y de los organismos cuyos genomas codifican para ellas.
Los investigadores eligieron analizar pliegues de proteínas porque las secuencias que codifican genomas víricos son objeto de cambios rápidos; su alta tasa de mutación puede oscurecer señales evolutivas profundas. Los pliegues de proteínas son mejores marcadores de sucesos biológicos antiguos porque sus estructuras tridimensionales pueden ser mantenidas incluso cuando las secuencias que las codifican empiezan a cambiar.

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