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El guepardo, también conocido como chita, es el animal terrestre más veloz del mundo, pero, en contra de lo que podría suponerse, su éxito al atrapar a una presa no depende solo de su formidable velocidad del orden de los cien kilómetros por hora, sino también de otra habilidad.
Un guepardo fotografiado durante la investigación. (Foto: Johnny Wilson)
Así lo revela un nuevo estudio acerca de este fascinante felino.
Los autores del estudio, de la Queen's University de Belfast en Irlanda, en colaboración con especialistas de instituciones británicas (las universidades de Aberdeen, Swansea y Oxford, el Instituto de Zoología y la Sociedad Zoológica de Londres), así como la Universidad Estatal de Carolina del Norte en Estados Unidos, y otras entidades, utilizaron datos de GPS y acelerómetros colocados en guepardos, junto con métodos tradicionales de observación, para poder analizar de manera muy detallada los movimientos de estos veloces depredadores.
Los análisis hechos por el equipo de Michael Scantlebury, de la Queen's University de Belfast, revelan que el guepardo ajusta su forma de perseguir a una presa a las tácticas de escape propias de cada clase de animal, anticipándose incluso a la puesta en práctica de tales tácticas, en vez de recurrir tan solo a su velocidad y agilidad, como previamente se creía.
Los autores del estudio, de la Queen's University de Belfast en Irlanda, en colaboración con especialistas de instituciones británicas (las universidades de Aberdeen, Swansea y Oxford, el Instituto de Zoología y la Sociedad Zoológica de Londres), así como la Universidad Estatal de Carolina del Norte en Estados Unidos, y otras entidades, utilizaron datos de GPS y acelerómetros colocados en guepardos, junto con métodos tradicionales de observación, para poder analizar de manera muy detallada los movimientos de estos veloces depredadores.
Los análisis hechos por el equipo de Michael Scantlebury, de la Queen's University de Belfast, revelan que el guepardo ajusta su forma de perseguir a una presa a las tácticas de escape propias de cada clase de animal, anticipándose incluso a la puesta en práctica de tales tácticas, en vez de recurrir tan solo a su velocidad y agilidad, como previamente se creía.
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