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Hasta la mitad de toda la vida en la Tierra consiste en microorganismos simples que viven ocultos en rocas del subsuelo, y desde hace algún tiempo los astrobiólogos barajan la idea de que el subsuelo marciano pudo tener en el pasado e incluso hoy en día un papel igual de importante. Ahora, esta teoría ha sido respaldada por las conclusiones de una nueva investigación, que sugieren que los ingredientes de la vida han estado presentes en el subsuelo marciano durante gran parte de la historia del Planeta Rojo.
Deanne Rogers. (Foto: Universidad de Stony Brook)
Cuando los meteoritos golpean la superficie de Marte, actúan como excavadoras naturales, sacando a la superficie piedras que estaban sepultadas a gran profundidad en el subsuelo. Investigaciones recientes han demostrado que muchas de las rocas procedentes del subsuelo marciano contienen arcillas y otros minerales cuya composición química ha sido alterada por el agua, elemento esencial para sostener la vida. Ahora parece estar claro que algunos cráteres profundos de Marte también actuaron como cuencas en las cuales las aguas subterráneas probablemente emergieron para producir lagos. La presencia en dichos cráteres de minerales de arcilla y carbonato, que ahora comienzan a ser reconocidos como tales, implicaría la acción del agua en algún periodo de su historia. Los fluidos que formaron estos minerales podrían por tanto aclarar si bajo la superficie marciana existió vida.
Una investigación realizada por el equipo de Deanne Rogers, profesora en el Departamento de Geociencias de la Universidad de Stony Brook en Nueva York, y Joseph Michalski, geólogo planetario en el Museo de Historia Natural de Londres, indica que los minerales procedentes del subsuelo marciano presentan indicios mucho más claros de un pasado marciano apto para la vida que los minerales que llevan mucho más tiempo en la superficie.
No sabemos cómo se formó la vida en la Tierra pero es posible que se originara en el subsuelo, protegida de las duras condiciones que existían en la superficie terrestre de aquellos tiempos remotos. Debido a la tectónica de placas, sin embargo, el registro geológico temprano de la Tierra es muy escaso, por lo que nunca sabremos qué procesos llevaron a la aparición de la vida y a su evolución inicial. No obstante, tal como argumenta Michalski, analizar las rocas del subsuelo marciano que denotan la antigua presencia de agua resulta más fácil, por estar el registro geológico marciano del pasado remoto mejor conservado que el de la Tierra en la época equivalente. Un análisis a fondo de esos minerales marcianos podría aportar datos extrapolables a la Tierra; en ese sentido sería como encontrar un fajo de páginas que han sido arrancadas del libro de la historia geológica de la Tierra.
Tanto si el registro geológico de Marte contiene huellas de vida como si no las alberga, lo cierto es que el análisis de estos tipos de rocas ofrecerá a la comunidad científica la mejor oportunidad de desvelar muchos de los entresijos de los primeros procesos geoquímicos que operaron en el sistema solar y que ayudaron a crear el escenario que permitió a por lo menos un planeta, la Tierra, forjar formas de vida.
Los nuevos análisis de datos reunidos por la Mars Odyssey y la Mars Global Surveyor han permitido detectar e identificar minerales que encajarían en ese escenario de un Marte con agua líquida en algunas zonas.
"Nuestro conocimiento de Marte está cambiando muy rápidamente con todos los nuevos datos", explica el profesor Rogers. "Varios modelos y observaciones recientes han señalado la posibilidad de una gran provisión de agua subterránea en el pasado marciano y tal vez en el presente".
Todo apunta, por tanto, a que la mejor vía para buscar indicios de vida en Marte es centrarse en áreas donde se formaron rocas sedimentarias a partir de fluidos del subsuelo. No parece imprescindible perforar la superficie para buscar huellas de vida antigua. Los autores del nuevo estudio creen que bastará analizar las rocas que han sido extraídas de manera natural hacia la superficie por el impacto de meteoritos, e investigar en cuencas profundas donde se sepa que fluidos del subsuelo alcanzaron la superficie. Los depósitos geológicos formados como resultado del afloramiento de agua subterránea en Marte podrían albergar las pruebas definitivas de una biosfera subterránea en Marte
En la investigación también han trabajado científicos de la NASA, la Universidad de Auburn en Alabama, Estados Unidos, y la Universidad de Aberdeen en el Reino Unido.
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