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Científicos de la Universidad de St. Andrews (Reino Unido) han llevado a cabo un estudio que determina que los microbios que habitan las cuevas subterráneas será la última vida en la Tierra, justo antes de que la Tierra se convierta en un planeta inhabitable por el calor del Sol, dentro de unos 2.800 millones de años.
El trabajo, publicado en 'arxiv.org', ha estudiado el proceso de la Tierra durante el aumento de temperaturas que sufrirá la superficie de la Tierra a distintas latitudes, junto con cambios a largo plazo en las características orbitales del planeta.
Los científicos han creado un modelo que muestra que a medida que el Sol y la Tierra se calientan más, las vidas "complejas", plantas, mamíferos, peces e invertebrados, irán despareciendo, por este orden, a medida que las temperaturas se disparan. Posteriormente, los océanos se evaporarán y la tectónica de placas se paralizará sin el agua como lubricante.
Con el tiempo, sólo existirán "piscinas de salmuera caliente" en las altitudes más altas y "menos ardientes en cuevas subterráneas protegidas". Es en este hábitat en donde sobrevivirán los microbios y que serán los últimos en permanecer con vida en el planeta antes de que el calentamiento lo haga inhabitable para cualquier organismo vivo.
Según han explicado los expertos, la última vida en la Tierra perecerá en 2,8 millones de años, quemada por el Sol moribundo cuando este se convierta una gigante roja. Para entonces, el planeta tendrá un paisaje sombrío.
El autor principal del estudio, Jack O'Malley-James, ha señalado que "la habitabilidad no es tanto un conjunto de atributos de un planeta, sino que tiene más que ver con una vida propia".
En este estudio también se ha trabajado en un modelo de estrellas de varios tamaños, con el que los investigadores han determinado que la vida unicelular en planetas similares a la Tierra durarían los primeros tres millones de años de vida. Por su parte, han señalado que la vida 'compleja' podría existir durante períodos relativamente cortos antes de que la estrella comience a morir y las condiciones vuelven a ser favorables solamente para los microbios.
En este sentido, los expertos han indicado que, estadísticamente, si la vida extraterrestre está ahí fuera es más probable que sea simplemente microbiana. Por ello, el equipo está trabajando en las estos organismos en la Tierra y en las señales químicas que determinan su presencia.
"Así, si se detectan señales similares en exoplanetas, se puede estudiar si contienen vida", ha apuntado el investigador, quien ha defendido que hay planetas que "se creen muertos" pero que también deberían estudiarse "porque pueden estar en el final de su vida útil y puede ser habitable igualmente".
De este modo, los expertos han invitado a sus colegas a pensar en la vida de un planeta como "un ciclo de simple a complejo" y que, "tal vez regrese a simple otra vez". "Esto ayudará a la búsqueda de vida extraterrestre", ha concluido O'Malley-James.
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