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La mayoría de las arañas siguen una vida solitaria. Pero algunas especies forman comunidades. Una investigación revela el notable grado de complejidad de las comunidades de ciertas arañas en el sur de África y hasta qué punto se reparten las tareas según las aptitudes de cada individuo.
La mayoría de las arañas siguen una vida solitaria, pero algunas especies forman comunidades. En la imagen, una de las arañas estudiada, ostentando marcas de pintura de colores empleada en los experimentos para identificar a cada individuo. (Foto: Carl Keiser)
A primera vista, en las colonias de miles de arañas sociales, todos los individuos parecen iguales y todos parecen estar haciendo las mismas tareas. Sin embargo, esto no es así, según ha comprobado el equipo de Carl Keiser y Devin Jones de la Universidad de Pittsburgh en Estados Unidos, después de estudiar cuidadosamente varias congregaciones de arañas sociales de la especie Stegodyphus dumicola, del Desierto de Kalahari en Sudáfrica. El tamaño y estado del cuerpo de una araña en particular indican qué tarea lleva a cabo generalmente dentro de una colonia.
Las arañas Stegodyphus dumicola viven en colonias de hasta 2.000 miembros en ciertos árboles, en zonas áridas del África sudoccidental. Las arañas construyen grandes redes, en las que se combinan densas áreas de vida comunitaria y una tela de captura bidimensional. Para estudiarlas, Keiser y sus colegas transportaron varias colonias recogidas de la zona meridional del Desierto de Kalahari a su laboratorio en la Universidad de Pittsburgh. Una vez allí vigilaron cuidadosamente hasta qué punto ciertos individuos se dedicaban a labores tales como atacar, construir telas o repararlas.
Estudios de este tipo son vitales para entender cómo los rasgos físicos y de conducta de los individuos se combinan para formar y desarrollar la organización social y el comportamiento colectivo de una especie en particular. En el caso de la Stegodyphus dumicola, el grupo de investigación halló que el tamaño del cuerpo y su estado influyen en las posibilidades de que una araña realice una serie de tareas necesarias para el mantenimiento de la colonia. Así, las arañas con cuerpos más pequeños tienden más a ayudar a la construcción de telarañas y al mantenimiento.
Los resultados son intrigantes porque esta variación de rasgos y la resultante división de tareas permiten la aparición de una sociedad basada en la cooperación y compuesta de individuos con un estrecho parentesco, de hecho bastante inmersos en la endogamia. Muchas de las arañas tienen una edad casi idéntica y crecen juntas en sincronía.
Lo descubierto en este último estudio contradice la idea muy aceptada de que las sociedades de arañas son homogéneas.
Los resultados de este estudio se han publicado en la revista académica Behavioral Ecology and Sociobiology, editada por Springer.
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