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Los insectos de la especie Dysdercus fasciatus constituyen una grave plaga agrícola para el algodón y otros cultivos. Unos investigadores en el Instituto Max Planck para la Ecología Química en Jena, Alemania, han descubierto recientemente que estos insectos necesitan simbiontes bacterianos para poder sobrevivir solamente a base de semillas de algodón como alimento.
Los simbiontes bacterianos en el intestino medio de los insectos de la especie Dysdercus fasciatus son necesarios para el crecimiento y la reproducción de dichos insectos. (Foto: Instituto Max Planck para la Ecología Química / Martin Kaltenpoth)
Usando tecnologías de secuenciación de alto rendimiento, el equipo de Sailendharan Sudakaran y Hassan Salem descubrió que dichos insectos tienen una comunidad bacteriana característica que coloniza una región específica de su intestino medio. En los experimentos, eliminar a los simbiontes generaba una elevada mortalidad y un bajo éxito en el apareamiento, lo que demuestra la importancia de estos ayudantes bacterianos para el crecimiento y la reproducción de esos insectos.
Por tanto, las bacterias simbióticas son un factor clave en los estragos agrícolas que dichos insectos pueden causar.
Con más de 80.000 especies descritas, los insectos del orden Hemiptera representan uno de los cinco órdenes de insectos con gran diversidad en la Tierra.
Muchas especies constituyen plagas agrícolas graves que son responsables de importantes pérdidas en la producción agrícola.Entre ellas se encuentra la especie Dysdercus fasciatus, perteneciente a la familia Pyrrhocoridae, que daña el algodón al alimentarse de las cápsulas de semillas y al dejar manchas imborrables en el algodón cosechado.
Aunque investigaciones anteriores sobre insectos chupadores de savia demostraron que estos dependen de simbiontes microbianos para su alimentación, no se sabía cómo los insectos de la especie Dysdercus fasciatus y otros que se nutren de semillas son capaces de alimentarse de semillas que son ricas en metabolitos secundarios tóxicos pero pobres en algunos nutrientes esenciales. Las bacterias son la respuesta.
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