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Al igual que los humanos, algunos pájaros cantores son más efusivos que otros a la hora de lanzar amenazas contra un adversario, mientras que otros lanzan menos amenazas pero optan por la vía expeditiva de pasar a la acción atacando al bravucón.
Un gorrión vigilando el entorno en su territorio. (Foto: Çaglar Akçay)
Así se ha comprobado en una investigación realizada por el equipo de Çaglar Akçay, de la Universidad de Washington en Seattle, Estados Unidos, y ahora en el Laboratorio de Ornitología de la Universidad Cornell en Ithaca, Nueva York, del mismo país.
Estos resultados son los primeros en enlazar explícitamente la comunicación en la fauna silvestre, concretamente aves, con diferencias individuales en una variable de personalidad.
Tal como cualquiera que tenga una mascota puede atestiguar, los animales tienen diferencias claras de personalidad entre un individuo y otro de la misma especie. Algunos son más agresivos, o más valientes, otros son más tímidos, o más despreocupados, y así en un largo etcétera de rasgos de personalidad. Estas diferencias de personalidad han sido identificadas en muchas especies, que van desde los insectos hasta los primates, incluido el Ser Humano, por supuesto. Pero el papel de la personalidad en la comunicación entre aves no ha sido investigado del modo en que se ha hecho en el nuevo estudio.
Akçay, Michael Beecher y Elizabeth Campbell, de la Universidad de Washington, estudiaron 69 gorriones machos de la especie Melospiza melodia en el Discovery Park de Seattle, Estados Unidos. Las aves residen allí todo el año y pasan la mayor parte de su tiempo defendiendo su territorio de intrusos.
En este nuevo estudio, los investigadores observaron y contabilizaron las veces que cada ave mostraba ciertas conductas que, en líneas generales, se pueden dividir en dos grandes clases:
Una de estas clases es la de las conductas de agresión o de ataque inminente, que incluye ir a por el intruso, algo que se determina midiendo cuánto se acerca un pájaro al altavoz que emite un canto de ave y cuanto tiempo vuela alrededor de éste buscando al intruso simulado.
La otra clase es la de las conductas de amenaza, que incluye los trinos que el ave puede emitir sin tener que estar cerca necesariamente del individuo al que amenaza.
Los investigadores observaron que cada pájaro que estudiaron exhibía un nivel sistemático de conducta de agresión y de conducta de amenaza, sin que necesariamente ambas conductas discurrieran paralelas a un mismo nivel. Por ejemplo, algunos pájaros amenazaban mucho, pero atacaban poco. Otros amenazaban poco pero atacaban más. Se podía prácticamente etiquetar a algunos pájaros como bravucones que vociferan insultos contra su rival pero son reacios a atacarle, y a otros como "tipos duros" que no dicen nada pero callan al bravucón con un puñetazo.
Estos resultados son los primeros en enlazar explícitamente la comunicación en la fauna silvestre, concretamente aves, con diferencias individuales en una variable de personalidad.
Tal como cualquiera que tenga una mascota puede atestiguar, los animales tienen diferencias claras de personalidad entre un individuo y otro de la misma especie. Algunos son más agresivos, o más valientes, otros son más tímidos, o más despreocupados, y así en un largo etcétera de rasgos de personalidad. Estas diferencias de personalidad han sido identificadas en muchas especies, que van desde los insectos hasta los primates, incluido el Ser Humano, por supuesto. Pero el papel de la personalidad en la comunicación entre aves no ha sido investigado del modo en que se ha hecho en el nuevo estudio.
Akçay, Michael Beecher y Elizabeth Campbell, de la Universidad de Washington, estudiaron 69 gorriones machos de la especie Melospiza melodia en el Discovery Park de Seattle, Estados Unidos. Las aves residen allí todo el año y pasan la mayor parte de su tiempo defendiendo su territorio de intrusos.
En este nuevo estudio, los investigadores observaron y contabilizaron las veces que cada ave mostraba ciertas conductas que, en líneas generales, se pueden dividir en dos grandes clases:
Una de estas clases es la de las conductas de agresión o de ataque inminente, que incluye ir a por el intruso, algo que se determina midiendo cuánto se acerca un pájaro al altavoz que emite un canto de ave y cuanto tiempo vuela alrededor de éste buscando al intruso simulado.
La otra clase es la de las conductas de amenaza, que incluye los trinos que el ave puede emitir sin tener que estar cerca necesariamente del individuo al que amenaza.
Los investigadores observaron que cada pájaro que estudiaron exhibía un nivel sistemático de conducta de agresión y de conducta de amenaza, sin que necesariamente ambas conductas discurrieran paralelas a un mismo nivel. Por ejemplo, algunos pájaros amenazaban mucho, pero atacaban poco. Otros amenazaban poco pero atacaban más. Se podía prácticamente etiquetar a algunos pájaros como bravucones que vociferan insultos contra su rival pero son reacios a atacarle, y a otros como "tipos duros" que no dicen nada pero callan al bravucón con un puñetazo.
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