jueves, 28 de noviembre de 2013

HALLAZGO DE UNA EXTRAÑA BACTERIA EN DOS CENTROS ESPACIALES

noticiasdelaciencia.com
 
Un raro microbio descubierto recientemente, y que sobrevive con muy escasos nutrientes, ha sido encontrado en dos lugares llamativos de la Tierra: Dos recintos dedicados a preparativos finales de naves espaciales. La bacteria es muy diferente de cualquier otra conocida. De hecho, se la considera única en su género.

Esta imagen microscópica muestra docenas de células bacterianas individuales de la especie recientemente descubierta, Tersicoccus phoenicis. La imagen incluye una barra para indicar la escala, que muestra que cada una de las células bacterianas es de aproximadamente un micrómetro de tamaño. (Imagen: NASA/JPL-Caltech)

Las salas para preparación de naves espaciales cuentan con altos niveles de esterilización y aislamiento, a fin de evitar o minimizar la presencia de microorganismos y de partículas indeseadas a bordo de las naves que allí se preparan. Son análogas a las "salas blancas" o "cuartos limpios" usados en microelectrónica. Una de estas dos salas en las que se ha detectado la bacteria exótica está en Florida, Estados Unidos, y la otra en Kourou, Guayana Francesa, América del Sur. Estos dos sitios son por ahora los únicos lugares de la Tierra en los que se ha encontrado al citado microbio.
Los microbiólogos suelen hacer revisiones exhaustivas de bacterias y otros microbios en salas blancas destinadas a la preparación de vehículos espaciales. En dichas salas, debido a las fuertes medidas de esterilización y aislamiento, hay menos microbios que en cualquier otro ambiente de la Tierra, pero los pocos que sobreviven deben ser catalogados tan exhaustivamente como sea posible, ya que es muy probable que algunos de ellos acaben viajando al espacio a bordo de satélites, sondas u otras naves espaciales.
Esto resulta de especial importancia para el caso de naves que viajan a otros planetas, ya que un aterrizaje en otro planeta de una nave portando a estos polizones microscópicos podría originar una contaminación biológica en ese mundo por los microorganismos terrestres que sean capaces de sobrevivir allí. Por ejemplo, en el caso de Marte se sabe ya de unas cuantas especies potencialmente capaces de vivir allí.
Si se encuentra alguna vez vida fuera de la Tierra, por ejemplo en Marte, será imperativo compararla con los varios centenares de tipos de microbios detectados en las salas esterilizadas para preparación de naves espaciales, a fin de verificar si la supuesta vida extraterrestre no es en realidad vida terrestre llevada accidentalmente al astro donde se la ha detectado.
Las medidas de esterilización imperantes en esas salas de centros espaciales reducen de manera espectacular la cantidad total de microbios, una multitud entre la que sería difícil detectar una especie concreta de bacteria, quizá sumida además en una situación de desventaja frente a otras especies que la lleva a tener una población ínfima en condiciones ambientales normales. Sin embargo, después de la esterilización, la muchedumbre desaparece y resulta más fácil percatarse de las especies exóticas que perduran. Estas especies son además extremadamente resistentes, pues si siguen ahí es que han resistido condiciones durísimas tales como sequedad extrema, limpieza química, irradiación de rayos ultravioleta y carencia de nutrientes.
El equipo del microbiólogo Parag Vaishampayan, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California, que ha investigado el caso de la nueva bacteria, quiere tener un mejor conocimiento de estos "superorganismos", por las razones expuestas..
La bacteria recién descrita, a la que se le ha dado el nombre de Tersicoccus phoenicis, es tan diferente de las otras bacterias conocidas que ha sido catalogada no solo como una nueva especie, sino también como un nuevo género, el siguiente nivel de la clasificación de la diversidad de la vida.
Una base de datos de ADN bacteriano compartida por los microbiólogos en todo el mundo permitió a Vaishampayan determinar la extrema rareza de la bacteria.
La detección en Kourou del microorganismo fue incluido en la base de datos por una Christine Moissl-Eichinger, antes en el JPL, y ahora en la Universidad de Ratisbona en Alemania.
Hay casos previos de microbios que han sido descubiertos en una sala esterilizada de un centro espacial y en ningún lugar más del mundo. Pero el caso de la Tersicoccus phoenicis es el primero de un microorganismo encontrado en dos centros espaciales distintos y en ningún lugar más de la Tierra. Ambos centros espaciales están separados por unos 4.000 kilómetros (2.500 millas) de distancia, y son el Centro Espacial Kennedy de la NASA y un centro espacial de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Kourou, Guayana Francesa.
Como hemos apuntado antes, el mismo organismo detectado por ahora solo en dos centros espaciales, podría estar presente en muchos otros lugares, pero la presencia de infinidad de microbios de otras especies tiene un efecto parecido a cuanto no podemos divisar a una persona porque está en una muchedumbre.
Poblaciones de Phoenicis Tersicoccus podrían encontrarse en algún entorno natural con niveles de nutrientes muy bajos, como por ejemplo una cueva o en el desierto, tal como especula Vaishampayan. Este es el caso de otra especie de bacteria (Paenibacillus phoenicis) identificada por los investigadores del JPL y que actualmente se ha detectado en sólo dos lugares en la Tierra: una sala esterilizada para preparar naves espaciales en Florida y un pozo de más de 2,1 kilómetros (1,3 millas) de profundidad en una mina de molibdeno en Colorado, Estados Unidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario