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Los cetáceos son capaces de aprender de uno a otro individuo nuevas estrategias de caza, tal como podemos hacer los humanos. Así se ha confirmado en una investigación hecha con individuos de la especie conocida popularmente como ballena jorobada.
Las ballenas jorobadas tienen rasgos de conducta que denotan su notable inteligencia. En la foto, una de ellas se acerca con curiosidad al buceador Joe Pica que está recogiendo un instrumento científico en aguas próximas a la República Dominicana. (Foto: Tony Perry III, NOAA Corps)
Los autores del estudio, dirigidos desde la Universidad de St. Andrews en el Reino Unido, han descubierto que una nueva técnica de caza se ha extendido al 40 por ciento de una población de ballenas jorobadas.
La comunidad de ballenas jorobadas de las aguas costeras de Nueva Inglaterra, Estados Unidos, se vio obligada a buscar nuevas presas después de que las existencias de arenques (su alimento preferido) se redujeran drásticamente a principios de la década de 1980.
La solución que algunas ballenas idearon (golpear el agua con sus colas al dar caza a una presa diferente) ha terminado extendiéndose a muchos otros individuos de su población mediante la transmisión cultural. En 2007, se había visto usar esa nueva técnica de caza a casi el 40 por ciento de la población.
Tal como subraya Luke Rendell, del equipo de investigación, este estudio muestra cuán vital es la transmisión cultural en las poblaciones de ballenas jorobadas. No sólo aprenden unas de otras sus famosas "canciones", sino que también aprenden técnicas de caza que les permitan amortiguar los efectos nocivos de una ecología cambiante.
La comunidad de ballenas jorobadas de las aguas costeras de Nueva Inglaterra, Estados Unidos, se vio obligada a buscar nuevas presas después de que las existencias de arenques (su alimento preferido) se redujeran drásticamente a principios de la década de 1980.
La solución que algunas ballenas idearon (golpear el agua con sus colas al dar caza a una presa diferente) ha terminado extendiéndose a muchos otros individuos de su población mediante la transmisión cultural. En 2007, se había visto usar esa nueva técnica de caza a casi el 40 por ciento de la población.
Tal como subraya Luke Rendell, del equipo de investigación, este estudio muestra cuán vital es la transmisión cultural en las poblaciones de ballenas jorobadas. No sólo aprenden unas de otras sus famosas "canciones", sino que también aprenden técnicas de caza que les permitan amortiguar los efectos nocivos de una ecología cambiante.
El equipo de Rendell ha determinado de forma clara que la nueva conducta se extendió mediante transmisión cultural, el mismo proceso subyacente en la gran riqueza y diversidad de la cultura humana.
Los científicos creen que sus resultados respaldan la idea de que los cetáceos poseen habilidades culturales sofisticadas.
Los científicos creen que sus resultados respaldan la idea de que los cetáceos poseen habilidades culturales sofisticadas.
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