martes, 4 de junio de 2013

LA HABILIDAD ARITMÉTICA DE LOS MONOS

noticiasdelaciencia.com
 
Pulgares oponibles, rostros expresivos, sistemas sociales complejos... Es difícil no percatarse de las similitudes entre simios y seres humanos. Ahora, un nuevo estudio realizado sobre un conjunto de monos babuinos de un parque zoológico y montones de cacahuetes (maníes) ha mostrado que un rasgo menos obvio, la capacidad de evaluar y comparar cantidades, también es compartido por el Hombre y sus primos evolutivos primates.


Uno de los monos babuinos que han sido sujetos de estudio en la investigación. (Foto: J. Adam Fenster, Universidad de Rochester)

La capacidad humana de trabajar con matemáticas simbólicas complejas claramente es exclusiva de nuestra especie en la Tierra, pero ¿de dónde provino este talento numérico? En este estudio, el equipo de Jessica Cantlon, profesora de ciencias cognitivas y del cerebro en la Universidad de Rochester, Nueva York, Estados Unidos, ha mostrado que nuestros primos primates también poseen habilidades básicas para evaluar cantidades. De hecho, pueden ser tan precisos para discriminar entre cantidades diferentes como lo es un niño humano pequeño.
Esto denota que comparten con nosotros una capacidad fundamental para hacer razonamientos cuantitativos aproximados. Los humanos expandimos este talento aprendiendo palabras para los números y desarrollando un sistema lingüístico para ellos, pero en ausencia del lenguaje y la capacidad de contar, ciertas habilidades matemáticas importantes aún pueden existir.
Cantlon, Allison Barnard, Kelly Hughes, y otros investigadores de la Universidad de Rochester y el Parque Zoológico Seneca en Rochester, realizaron un seguimiento a ocho monos babuinos de la especie Papio anubis, con edades entre 4 y 14 años, en pruebas separadas consistentes en determinar qué taza tenía una mayor recompensa. Los investigadores colocaron entre uno y ocho cacahuetes en cada una de dos tazas, variando la cantidad que cada una contenía.
Los monos recibían todos los cacahuetes de la taza que elegían.
Los monos determinaron cuál de las dos tazas tenía mayor cantidad en cerca del 75 por ciento de las veces cuando la diferencia relativa entre las cantidades de las dos tazas era grande y fácil de apreciar, como por ejemplo dos frente a siete. Pero cuando las cantidades eran más parecidas y por tanto más difíciles de diferenciar, como por ejemplo seis frente a siete, su precisión cayó al 55 por ciento.

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