domingo, 25 de enero de 2015

ACLARANDO EL MISTERIO DEL ORIGEN DEL AGUA DE LA TIERRA

noticiasdelaciencia.com

Entre las explicaciones que la comunidad científica baraja para la formación de la Tierra, algunas asumen que el planeta era seco e inhóspito para la vida hasta que una buena cantidad de cometas, muy ricos en hielo, cayeron a la Tierra y depositaron agua en la superficie. También se ha propuesto que la Tierra se formó con océanos en su interior, y que ha estado continuamente suministrando agua a la superficie desde entonces.

Un punto de las profundidades marinas de la zona del Arco de las Islas Marianas, concretamente en la ladera Este de la caldera del volcán submarino West Rota. Mediante procesos basados en la tectónica de placas, el agua retenida en las profundidades de la Tierra aflora a los mares a través de fisuras en el fondo marino. Asimismo, hay agua que ingresa en el subsuelo marino, por lo que este preciado líquido se recicla constantemente también a través de esas dos vías. (Foto: Pacific Ring of Fire 2004 Expedition. NOAA Office of Ocean Exploration; Bob Embley, NOAA PMEL)

Al respecto de esta última hipótesis, se ha venido aceptando que el manto terrestre contiene algo de agua, pero cuánta ha sido un misterio hasta tiempos recientes. Y sobre todo, ha faltado el conocimiento de qué mecanismo geológico ha estado proporcionando agua a la superficie durante todo este tiempo.
Un nuevo estudio está ayudando a responder a la intrigante cuestión de si nuestro planeta aportó a la superficie su propia agua a través de procesos geológicos, o si por el contrario el agua vino a nosotros a través de cometas procedentes de los confines del sistema solar.
La respuesta es probablemente “ambas cosas”, según el equipo de Wendy Panero y Jeff Pigott, de la Universidad Estatal de Ohio en la ciudad estadounidense de Columbus.
Estos investigadores estiman que la misma cantidad de agua que actualmente llena el Océano Pacífico podría estar enterrada ahora mismo en las profundidades del planeta, y que esta agua está siendo reciclada de forma continua a través de la zona de transición como resultado de la tectónica de placas. Su más reciente hallazgo es una vía geoquímica previamente desconocida por la cual la Tierra puede retener agua en su interior durante miles de millones de años y al mismo tiempo liberar pequeñas cantidades hacia la superficie a través de la tectónica de placas, reabasteciendo así nuestros océanos desde dentro. De este modo, aunque parte del agua de los mares se acaba escurriendo hacia el subsuelo marino, otra parte aflora, manteniéndose en cierta medida un “reciclaje” del agua.
Muchos geólogos pensaban que era muy probable que si las placas tectónicas llevaban agua hacia el interior de la corteza terrestre, no sería mucha cantidad. El modelo del equipo de Adam Schultz muestra claramente una asociación estrecha entre las zonas de subducción y una alta conductividad. La explicación más sencilla es el agua.
Un punto crucial del estudio es la idea de que las rocas que parecen secas al ojo humano pueden en realidad contener agua en potencia, en la forma de átomos de hidrógeno atrapados dentro de huecos naturales y defectos cristalinos. El oxígeno es abundante en los minerales, de manera que cuando un mineral contiene algo de hidrógeno, ciertas reacciones químicas pueden liberar a este último para que se una con el oxígeno y produzca agua.
Esos átomos dispersos de hidrógeno suponen solo una pequeña parte de la materia rocosa del manto, pero dado que este constituye más del 80 por ciento del volumen total del planeta, pueden dar pie a mucha agua potencial.

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